El futbolista de Lanús, Lautaro Acosta, fue denunciado nuevamente por violencia de género en las últimas horas. La víctima, su expareja Ludmila Isabella, pidió ayuda a través de las redes sociales y solicitó, por el mismo medio, una "medida cautelar" urgente. La causa la lleva el Juzgado de Familia N° 10 de Lomas, según dijo. Desde el club del Sur confirmaron a El Destape que la denuncia fue recibida y se activó el protocolo. Tal como este indica, en las próximas horas se pondrán en contacto con la denunciante y a disposición para acompañarla a través del proceso judicial.
"Ya no sé qué más hacer, necesito ayuda y hacerlo público para que pague todo lo que me hizo y deje de manejar con tanta impunidad. Sufrí violencia física, psicólogica y económica, de lo peor que se puedan imaginar. Tengo fotos y audios para demostrarlo, le hice dos denuncias. Una en 2019 y otra hace unos días. A mí ya me cagó la vida, me la arruinó", comenzó el comunicado en sus redes sociales.
En Instagram, la mujer continúa: "Siempre voy a recordar esas madrugadas que me golpeaba sin parar, me arrastraba por el piso y hasta llegó a darme una patada en la nuca ya tirada, hecha bolita. Una vez llegó a amenazarme con una cuchilla blanca que teníamos en cas, de carnicero, y me la ponía en la panza, me rompía la ropa, me la escupía y pateaba". Y añadió: "Iba a la pieza de Beni (el hijo de ambos) y me tapaba con la frazada al lado de él para que tenga un poco de compasión y pare o que le dé un poco de lástima. Pero no pasaba, me venía a buscar y me sacaba de los pelos hasta nuestra habitación, para seguir torturándome".
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Ludmila recordó cómo la torturaba, le pegaba golpes en la cabeza o "sopapos" mientras la insultaba. "El día a día también fue una tortura, todo lo que yo hacía estaba mal, no servía para nada, era poca cosa y que él me salvó la vida, me sacó del barro. Me decía que si yo hacía o decía algo me iba a matar a mí y a mi familia", expresó. Adjunto varias fotos para mostrar cómo había quedado su cuerpo después de las golpizas denunciadas.
Frente a la falta de acción, manifestó: "Por favor pido ayuda y que esto no vuelva a pasar más. Tengo miedo por mi vida y la vida de mi hijo, nos ha dejado en la calle. Siempre creí que iba a cambiar y me equivoqué. Otra vez volví a vivir el infierno que no le deseo a ninguna mujer y menos con un hijo". Y sostuvo: "Está impune, viaja, sigue jugando al fútbol y la gente lo sigue queriendo pese al monstruo de persona que es. Es violento hasta en la cancha, lo demuestra en cada partido".
"El Juzgado de Familia N° 10 de Lomas de Zamora todavía no ha sacado una medida cautelar desde el 8 de junio, día en que hice mi denuncia y él sigue amenazando. Por favor, ayúdenme", sentenció.
A mediados del 2019, la mujer ya había denunciado maltrato físico y psicológico de parte de Acosta pero la causa no prosperó. "La pasé estando embarazada, es lo que más me duele y lo que más cuesta sanar. Tengo pesadillas de todos los hechos violentos que padecí. Sentí mucho destrato, me sentí muy sola, tuve que afrontarlo sola", contó en su momento. El caso se resolvió a través de una mediación.
Lanús activó el protocolo para las situaciones de violencia
Según pudo confirmar El Destape, la institución ya recibió la denuncia y activó el protocolo de acción para la prevención e intervención ante situaciones de violencia de género. Fuentes del club indicaron a este medio que se pondrán en contacto con Ludmila y estarán a disposición de la denunciante para ver cómo acompañarla durante el proceso judicial y quedar a disposición de la Justicia, en caso de que las autoridades lo dispongan.
El objetivo de este, según indica el documento público en la página oficial del club, es "garantizar un ambiente libre de discriminación, de cualquier tipo de hostigamiento o violencia por razones de identidad sexual, de género, clase, etnia, nacionalidad o religiosas" y así promover condiciones de igualdad y equidad. A su vez, prevenir, abordar e intervenir en este tipo de situaciones en el ámbito de la institución; promover acciones de sensibilización y difusión sobre la problemática; fomentar acciones que eliminen las violencias, acoso y discriminación; y generar un ambiente de "contención y confianza" para que las personas afectadas puedan denunciar.
Entre los principales ejes, se destaca: la no re-victimización (evitar la reiteración innecesaria del relato de los hechos, su exposición pública o datos), respecto y privacidad, trato digno y humanizado, celeridad del procedimiento y confidencialidad. La intervención del Departamento de Género y Diversidad de Lanús, tal como ocurrió en este caso, se iniciará a partir de la denuncia; aunque también puede intervenir de oficio en caso de tomar conocimiento de una situación de violencia. La denunciante podrá notificar la situación, recibir orientación, el club realizará un seguimiento y un informe para que se proceda según el estatuto.
"Independientemente de cualquier orden judicial que se disponga al respecto, el Club Atlético Lanús podrá adoptar toda medida que considere viable y pertinente a los fines de proteger a la víctima, incluso para evitar el contacto entre los/las involucrados/as en todo ámbito del Club, si ese contacto expusiese a la misma a una situación de vulnerabilidad", expresan. Si hubiese una restricción judicial, la institución "se compromete a actuar con la mayor celeridad" para dar cumplimiento de la misma.
Sobre el cierre, el Art. 10, resalta que "en los contratos de los/as deportistas profesionales se contemplará especialmente la obligación de que los/as mismos/as mantengan una conducta adecuada a los principios y valores" del Protocolo y del Estatuto.