Desde el Servicio Penitenciario y vía Skype, presenció la primera audiencia que se celebró en su contra, en el cual el Ministerio Público Fiscal lo hizo parte de la acusación que pesa sobre sus hombros. Un delito grave que podría dejarlo encerrado muchos años, sin beneficios por lo menos hasta que cumpla la mitad de la condena. Juan Eduardo Echegaray (30) lo acusan del homicidio agravado en contexto de violencia de género contra su madre adoptiva Liliana Mabel Loyola (64), quien falleció luego de agonizar por dos meses tras el violento ataque de su hijo, en una cama del hospital Marcial Quiroga en San Juan.
El violento episodio se produjo en noviembre de 2018 en una vivienda del barrio Aramburu, y tuvo su desenlace fatal el 9 de enero del año siguiente. Fue una tarde cuando Echegaray, sacado por su estado de adicción y desenfreno producto del consumo de estupefacientes, agarró una botella de alcohol, roció e hizo arder en llamas a su madre adoptiva Liliana.
En su desesperación por el posible "arrepentimiento" que le causó hacer lo que hizo, trasladó su cuerpo en partes calcinado y lo introdujo en una bañadera. Luego, llamó a su padre para decirle que su madre estaba quemada y luego al 911, asegurando que había sido un “accidente”, para que Emergencias llegara de inmediato. En ese momento, con las pocas fuerzas que tenía la mujer intentó encubrir a su hijo y manifestó a las autoridades policiales que se le había prendido fuego el colchón por una vela.
Tardó varios días en decir la verdad, pero antes de morir con el 40% de su cuerpo incinerado, lo hizo cuando nuevamente fue consultada por los investigadores que no creyeron su versión. Su propio hijo, a quien adoptó cuando era pequeño, intentó lo peor. Ahí fue cuando la mujer se quebró y reveló el horror que había vivido cuando su propio hijo intentó quemarla viva. Según confiaron fuentes judiciales, en base a la investigación posterior al hecho, no era la primera vez que Echegaray tenía episodios psicóticos contra su madre.
La versión del joven, respaldada por la defensa, se basó en una negativa. Él aseguró haber estado en otro lugar al momento del hecho y que cuando llegó a su casa advirtió el humo y las llamas que, supuestamente, venían de la habitación de su madre. Allí fue cuando la descubrió, según reveló en la ampliación de indagatoria, luego de la muerte de su madre. Pero las pruebas en su contra serían contundentes y la fiscal Marcela Torres se ocuparía de revelarlas a lo largo del juicio.
El maltrato psicológico, verbal y físico del joven hacia la mujer era extremo. Según revelaron testigos a medida que se fue desarrollando la investigación, Echegarray le gritaba a tal punto que sus propios vecinos escuchaban sus amenazas y sus insultos. Ella era una mujer sometida que obedecía, quizás por miedo, los desplantes y mandatos del joven y muchos lo sabían, incluso la familia de Liliana. Se supo que desde chico tuvo problemas con las drogas y le exigía a su madre que le entregara dinero para comprarlas. Ella nunca habría dicho que no, por la violencia que se desataba ante una posible negativa, pero al parecer, ese día la mujer se negó a darle plata. Agotada de vivir día a día el mismo calvario, no quiso entregar el dinero y su final fue dramático. Terminó rociada con alcohol.
Echegaray desapareció, luego de que la Policía se enterara de la verdad por boca de la propia Liliana y hasta se emitió una captura internacional en su contra. Sin embargo, horas más tarde de la muerte de su madre, el principal y único sospechoso de la muerte de la mujer, empleada del Poder Judicial, se entregó ante la Justicia sólo para “demostrar” su inocencia. Aunque todavía no puede probarla y este será el momento.
El juicio por femicidio
A Echegaray lo sentarán en el banquillo de los acusados de lunes a viernes a partir de ahora, en la Sala II de la Cámara Penal de San Juan para enjuiciarlo por el femicidio de su madre adoptiva. El proceso en su contra tendrá un plazo de entre 15 y 20 días, según se estima.
La Fiscalía representada por la doctora Marcela Torres organizó un desfile de testigos que pasarán por los pasillos de Tribunales en la capital sanjuanina hasta que finalice el proceso con la lectura de los alegatos, se estima sobre fin de mes o principios de octubre.
Se escucharán las voces de los médicos que peritaron el cuerpo de la mujer, cuando estuvo internada y luego de su muerte. También, los oficiales y agentes que llegaron al lugar, al igual que el equipo médico que asistió a la mujer en noviembre de 2018. Es posible que haya reconstrucción de los hechos, además de la inspección ocular que se realiza comúnmente siguiendo los protocolos judiciales.