El calvario de una mujer: denunció a su acosador 18 veces, amenazó a su hija y teme por su vida

Belén pide ayuda porque teme lo peor. El acusador se metió con su familia y puso en riesgo a su hija de 12 años. La justicia lo detuvo, pero lo dejó libre.

19 de marzo, 2021 | 08.49

Cientos de mensajes insultantes, llamados reiterados, persecución y vigilancia en su domicilio, grafitis en su casa (y hasta en el auto de sus amigas) y la gota que colmó el vaso: la exposición de su hija de 12 años en una página de servicios sexuales. Belén pasó por todas estas cosas, porque un acosador no deja de perseguirla, hostigarla, insultarla y amenazarla. La Justicia no hizo demasiado, pese a las 18 denuncias que realizó. Detuvieron al sujeto en diciembre pasado, pero lo soltaron poco tiempo después y otra vez lo mismo. Más denuncias y no hay respuestas.

Belén tiene miedo. El hombre (de apellido Rosales) con el que un día trabajó, mostró su cara más perversa y no dejó de hostigarla desde entonces. Todo tuvo inicio en junio del año pasado, cuando en tiempos de pandemia ella debió reinventarse con un negocio propio para salir adelante con sus dos hijas. Belén confió en un hombre que comenzó a trabajar con ella. Él era remisero y se ofreció para trasladar las tortas que ella preparaba y vendía con la modalidad de delivery, la única permitida en ese momento. Si bien todo parecía normal, un contratiempo cambió todo y él mostró su costado macabro.

Comenzaron los insultos, los reclamos constantes, las llamadas reiteradas a su móvil a cualquier hora del día, las advertencias sobre que ella era vigilada, las amenazas de que pasaría lo peor. Belén no dudó en denunciarlo, pero nada pasó. Él siguió varios meses sometiéndola, a ella y a sus allegados quienes también estaban al tanto de lo ocurrido. Un día, la puerta de su monoblock apareció con pintadas insultantes, otro día fue el auto de su amiga; así, reiteradas situaciones insoslayables la mantuvieron vulnerable, temerosa.

Fue en diciembre del año pasado cuando decidió hablar ante los medios de comunicación. Incluso, el remisero acosador llamaba a los programas de TV de San Juan para denunciar que Belén, supuestamente, dejaba a sus hijas sola en su casa y las mantenía sumidas en el abandono. De hecho, ella recibió un par de veces a la Policía en su casa por llamados anónimos al 911. Todo era mentira, pero estaba harta; por eso pidió ayuda para dar a conocer su historia.

Ni bien salió su caso por Canal 8 de San Juan, la Justicia lo detuvo. Cuando parecía que todo se había calmado, determinaron su liberación por tratarse de un hecho excarcelable, y con una perimetral en mano, quedó fuera de la cárcel. Otra vez, volvieron todos los mensajes, llamados y situaciones extremas. Un hecho más rebasó el vaso.

Amenazas a su hija

"Tu hija va a pagar por todo el daño que me hiciste", un mensaje atemorizaba nuevamente a Belén. La obsesión del agresor psicológico llegó lejos; cuando se metió con la hija de la víctima.

Un día la nena de 12 años, que estaba en un vivo de Instagram con sus amigos, fue alertada por un seguidor de que su foto aparecía en un sitio de citas sexuales que hay en San Juan. "Le dijeron: salen fotos tuyas y de otra señora, que calculo que es tu mamá". "Cuando me fijé, estaba mi nena en la página de citas, con fotos y la dirección de mi casa", contó a El Destape.

Por eso, hubo hombres que se acercaron a su domicilio particular para preguntar sobre los "servicios sexuales" que realizaban ella y su hija. Otra vez, el calvario y los malos momentos. "Nunca supe por qué le dieron la libertad ni qué pasó con las pericias que hicieron cuando lo detuvieron. Pero al momento que lo liberaron comencé a escribir mensajes", relató.

Más denuncias, porque su número telefónico y el de su pareja aparecieron publicados en una página de citas. "Llegaban mensajes amenazantes a mi mamá, a mi hermana, a toda mi familia, como advirtiendo que me van a hacer cosas a mí", confió.

A la espera de una respuesta, Belén espera que la Justicia entienda que el acoso también es peligroso. Que la obsesión puede terminar de la peor manera. Con el temor de que un día, las amenazas virtuales y telefónicas rompan en un episodio mayor, Belén no sabe qué hacer ni a quién pedirle ayuda por su vida y por la de los suyos. Teme por ella, y por aquellas mujeres que se atraviesan en la vida de ese remisero. 

Si sos víctima de violencia de género podés acercarte por la Dirección de la Mujer (25 de Mayo 451, Oeste) o comunicarte a los teléfonos 4222713 – 4221358. También, se pueden comunicar a la Línea Rosa: 0800 666 6351 o a la Línea 144.

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