“Andá preparándote, en media hora paso a buscarte”, le dijo Verónica Tottis a una amiga de la localidad de Luque, a la que tenía que buscar de pasada en su viaje desde Colonia Caroya hacia la ciudad de Las Varillas, donde vivía con su marido Julio Salusso (45) y sus tres hijos. A la media hora, Verónica no llegó. Ni una hora, ni dos horas después. Tampoco contestó el teléfono celular cuando la llamó su amiga. La mujer escuchó que por la ruta pasaban los bomberos y al rato se enteró por las noticias que en la Ruta Provincial 13, en el kilómetro 43, entre Luque y Villa del Rosario hubo un accidente vial.
Cuando la fiscal de Río Segundo, Patricia Baulies, llegó al kilómetro 43 de la Ruta Provincial 13, ya sabía que la víctima no había muerto en un siniestro carretero, sino que había sido asesinada. Y comenzó la búsqueda del asesino.
La noche del pasado jueves 4, los medios cordobeses cronicaron que Verónica Tottis, una mujer de 44 años, que vivía en Las Varillas, donde era muy conocida, había muerto esa tarde al chocar con su camioneta. La primera en llegar al lugar de la tragedia, de casualidad, fue una mujer policía que circulaba por la zona. Cuando se acercó al fuego, vio que ardía una pick up Ford Ranger y dentro había una mujer. No pasaron más de dos minutos y la camioneta explotó. El fuego, además, por el viento, se había extendido hacia unos pastizales. Pero la mujer policía vio un hilo de fuego que salía de la camioneta hacia un bidón de combustible.
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El femicidio de Verónica Tottis reveló una trama donde se mezclan violencia de género, patriarcado, política y mucho dinero en juego. Incluso, en Las Varillas hablaron de “un segundo caso Dalmasso”, en referencia a Nora Dalmasso, la mujer de 52 años presuntamente asesinada por su marido Marcelo Macarrón en su chalé de Villa Golf el 25 de noviembre de 2006, que aún sigue impune. Esta trágica muerte conmocionó, además, a Las Varillas, un pueblito de 18 mil habitantes del sudeste cordobés –está a 173 kilómetros de esta Capital- y a los del conglomerado de Colonia Caroya y Jesús María, famoso por el Festival Nacional de Doma y Folklore.
Cuatro días después, la madrugada del lunes 8, policías detuvieron al viudo Julio Salusso: “Tenemos prueba objetiva muy contundente que lo incrimina”, señaló la fiscal. Y detalló: “Cuando decimos prueba objetiva nos referimos a que es prueba que no tiene que ver con testigos, sino con prueba científica y de la tecnología que nos ha permitido ubicar a este hombre en el lugar del hecho, al momento del hecho, más allá de que hemos podido establecer también los motivos que lo llevaron a esto”.
La fiscal Baulies contó que Salusso presuntamente asesinó a su esposa por “problemas de pareja vinculados a celos, y persecuciones. Cuando en derecho hablamos de femicidio, lo hacemos señalando la existencia de una relación asimétrica de poder donde el hombre ejerce una dominación y una subordinación. Nosotros tenemos que continuar con la investigación pero a prima face se puede hablar de la evidencia de un problema de pareja de larga data y la existencia de hechos de violencia”. Y concluyó: “Acá no hay dudas que se trató de un crimen. Por eso la calificación del femicidio”.
En el pueblo, ese mismo jueves 4 de junio, cuando se enteraron de la muerte de Verónica todo fue dolor. Sin embargo, comenzaron los rumores de que la pareja se llevaba mal, incluso que hubo antecedentes de violencia de género, aunque nunca fueron denunciados.
Familias del poder
Las familias Tottis y Salusso son famosas en el ámbito rural y de la cría de caballos. Nicolás Tottis, hermano de Verónica, fue presidente de la Comisión del Festival de Doma y Folklore de Jesús María hasta enero pasado, cuando tomó licencia, tras haber sido denunciado por abuso sexual por una promotora de dicho evento. La causa está cajoneada y pese a que la denuncia fue en octubre de 2019, recién las pericias a la víctima se realizaron en mayo pasado.
Los Salusso son una de las familias más reconocidas en el país dedicadas a la cría de tropillas. El fundador del clan Salusso, Alberto Félix Salusso, creó la tropilla “El Relincho” en 1937, con la que recorrió toda la región pampeana dando espectáculos de destreza criolla y jineteada. Con el paso de los años, la empresa quedó en manos de su hijo Roberto Salusso, a quién todo el mundo lo nombra por su apodo “Tito”. Salusso y su esposa Lidia tuvieron tres hijos: Marcelo, el detenido Julio y Gabriela.
“Los Salusso son una familia tradicional, dos veces al año hacen fiestas gauchas en Las Varillas y lo recaudado va para escuelas rurales de la zona. Yo hace mucho que no estoy en la ciudad, pero la noticia nos sorprendió a todos, nadie puede creer lo que pasó”, le contó a El Destape un ex intendente de Las Varillas.
Las dos familias, los Salusso y los Tottis, transitan vidas similares: los caballos, las tropillas, las jineteadas; relaciones con el poder político y también la violencia de género: Nicolás Tottis, acusado de violar a una chica en el Festival de Jesús María y Julio Salusso, acusado del femicidio de Verónica.
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Antes de ser detenido, cuando declaró como testigo, Julio Salusso admitió ante los investigadores que la relación con Verónica era pésima, pero que no la había asesinado, que él amaba a sus hijos: “El marido reconoció que se llevaban mal, que en la pareja había insultos, gritos, sólo violencia verbal; nunca golpes”, detalló una fuente de la investigación.
“La relación estaba rota. La pobre chica, aunque no hay fotos, ni testigos, ni nadie lo acredite públicamente, había empezado una relación con un muchacho. El año pasado, fue Salusso hasta la casa de este chico y esperó a que Verónica saliera. Cuando la vio en la vereda, le pegó y con una de las trompadas, le quebró una costilla”, contó otra amiga de la víctima a El Destape. Ese incidente ya está incorporado al expediente.
El patriarcado
Quienes conocen a los Salusso aseguran que “Julio y Marcelo son hijos de “Tito” y “Tito” es hijo de Don Alberto. El modelo patriarcal se transmite de generación en generación, y no hablamos sólo de la cría y explotación de tropillas. Fue “Tito” el que le dijo a Julio que Verónica tenía un amante. No la descubrió Julio, sino fue el suegro el que pescó a su nuera pecando”, detalló una amiga de Verónica. Incluso Roberto “Tito” Salusso declaró ante la fiscal Baulies que su nuera “le fue infiel a mi hijo; había mantenido una relación paralela, adúltera”.
Hace unos años, el mayor de los Salusso, Marcelo, se divorció; y “Tito” se enfureció: “Son todas putas, vienen a llevarse nuestra plata, se van a quedar sin herencia por culpa de esas putas”, dicen que sentenció el patriarca de los Salusso. Por esa razón, Julio no se divorció de Verónica y posibilitó que ambos reiniciaran sus vidas. La violencia de género también vendría de herencia familiar.
El jueves pasado, Las Varillas salió de su modorra con una marcha exigiendo justicia por el femicidio de Verónica: “Acá sentimos que su femicidio es la gota que rebalsó el vaso. Está todo el mundo conmocionado. Como organización hemos intentado acercarnos a la familia, pero no quieren que nadie se acerque ni que se hagan movilizaciones nombrándola. Hay un hermetismo total”, señalaron desde los colectivos “Les Chapanay” y “La Casa de la Esperanza”.
Con el caso resuelto, con Julio Salusso detenido y alojado en el complejo carcelario de Bouwer por el femicidio de su esposa Verónica Tottis, a la fiscal Baulies sólo le resta determinar cómo fue asesinada la víctima. “Salusso tenía mucha fuerza, estaba acostumbrado a manipular animales, haber sometido a una mujer, físicamente mucho menor que él, no le significó mucho esfuerzo”, aseguró la funcionaria. Salusso aún no consiguió un abogado que lo defienda.