La mujer que fue víctima de la violación grupal en Palermo ocurrida el pasado 28 de febrero compartió una carta abierta dirigida especialmente hacia los medios de comunicación. En la misma, la joven de 20 años pidió explícitamente que se respete la protección a su identidad y repudió la irresponsabilidad por algunos medios por difundir tanto su nombre como su rostro con total impunidad, generando un "espectáculo pochoclero que sólo alimenta morbo y genera más dolor".
En principio, agradeció por la visibilización de su caso ya que le sirvió de ayuda para que la causa avanzara con "seriedad y velocidad", pero manifestó que "casi desde el momento inicial de lo ocurrido" se sintió "totalmente hostigada por parte de los medios". "Jamás pensé que la presión sería tanta", expresó la víctima en la carta abierta a la que tuvo acceso El Destape.
La joven se preguntó: "Cuando las pruebas fílmicas ya están siendo investigadas, ¿Por qué seguir televisando las imágenes una y otra vez? Siento que con la sed de justicia social que hay (y bastante morbo en cierta otra parte), se deshumaniza a la víctima de cierta manera".
"No he visto que ninguno de los medios que trasmitieron ese mensaje de "apoyo" hayan blureado mí imagen al 100%, creo que ni siquiera se cuestionan (o no quieren hacerlo) que que el hecho sea trasmitido todos los días en todo momento es revictimizante y me genera mucho dolor, ya que claramente lejos de ayudar más que nada hace que me remita al hecho constantemente, cosa se imaginarán, no es para nada saludable luego de una experiencia así", expresó.
"¿Por qué seguimos consumiendo los mismos videos una y otra vez dando opiniones personales e incluso hablando de inconsistencias donde las fuentes son dudosas o no hay fundamentos? ¿Cómo se sentirá la víctima y su familia al ver un episodio traumático y doloroso de su vida expuesto una y otra vez como un trailer de un policial? Si lo que queremos es la recuperación de la víctima ¿Por qué se le pone en un rol de mártir en el que parece que la víctima no es una persona sino más bien la situación de abuso que sufrió?", se preguntó la víctima en su carta abierta a los medios de comunicación.
La damnificada afirmó que tuvo que desconectar su teléfono porque los periodistas le pedían notas o hasta incluso se presentaban en la puerta de su casa. Durante todo el texto, pidió que se tenga respeto por su imagen y que no se caiga en la revictimización: "Más de uno y más de dos me han reconocido con el simple hecho de mirar las imágenes con mi rostro difuminado (ni hablar ahora con mi rostro y mi nombre al descubierto); sin embargo, si eso no les mueve un pelo, les pido que difuminen la imagen de mi persona en un 100%".
Por otro lado, la joven confirmó que las drogas que se detectaron en el test toxicológico "no fueron consumidas" bajo su consentimiento. También defendió la decisión de su abogado Hugo Figueroa de decir su orientación sexual públicamente: "No tengo ningún problema en manifestar que mi inclinación sexual implica que no tengo interés sexoafectivo con hombres, lo tomo como hecho de conocimiento público y estoy totalmente orgullosa de ello. Resultaba importante para reafirmar la posición de que no presté consentimiento alguno en la situación".
"Diagnóstico de estrés post-traumático": cómo esta la salud de la víctima
En la misma carta, la joven de 20 años contó cómo se encuentra de salud actualmente: "Si me preguntan como estoy a partir de esta situación, si antes me daba miedo salir a la calle, ahora me da pánico, tengo episodios de hipervigilancia y angustia desmesurada, tengo un diagnóstico de estrés post-traumático y lo único que quiero es poder recuperarme para continuar con todos los proyectos que tenía planificados y en la medida de lo posible retomar la vida normal que tenía antes de ser violentada".