La empleada doméstica, que se desempeñó en su trabajo durante 12 años para el mismo matrimonio, fue detenida ayer por la noche. Según las fuentes judiciales, sobre María “Nina” Ninfa Aquino, de 64 años, recae la sospecha de haber sido la “entregadora” para que entren a robar a la casa de Enrique Del Río, de 74; y Mercedes Alonso, de 72. Tras un allanamiento en su casa habrían encontrado un sobre -estilo billetera- en donde la dueña de la casa de Vicente López supuestamente guardaba las llaves de la caja fuerte de donde se llevaron dinero y joyas. En el barrio descartan esta teoría y la defienden: “No merece que le pase esto”, declaró una vecina.
Cuando un cronista de TN le preguntó a Andrea si ponía las manos en el fuego por “Nina”, como se la conoce en el barrio, ella sin dudarlo respondió que sí: “Sí, sí, sí. Busquen para otro lado, porque para acá, es nada”. La mujer, visiblemente conmocionada, contó que vive hace 15 años en el barrio de Pablo Podestá, en el partido bonaerense de Tres de Febrero, y desde entonces conoce a su vecina.
Nina, de nacionalidad paraguaya, crió a sus dos hijos -hoy mecánicos- y a su hija -policía- en el barrio. En la jornada del jueves fue quien encontró los cadáveres de sus empleadores, Del Río y Alonso. Él con tres tiros en la cabeza; y ella uno. Ambos se encontraban con el cinturón de seguridad puesto dentro del auto Mercedes Benz, estacionado en el garaje de la mansión de tres pisos en donde vivían, ubicado en Melo al 1100, esquina Gaspar Campos, del barrio de la zona norte del conurbano bonaerense de Vicente López. Habían ido a hacer las compras y las bolsas aún estaban dentro del auto.
Según reportó la agencia Télam, la detención de Nina se dio luego de un allanamiento a su casa, en Podestá, en donde se encontró un sobre-billetera en el que supuestamente la dueña guardaba las llaves de la caja fuerte que fue robada. Además, porque habría cometido “una serie de contradicciones y de actitudes extrañas”, según los fiscales de Vicente López Martín Gómez y Alejandro Musso.
“¿Estaba?”, preguntó Rubén al cronista de televisión sobre si la billetera en cuestión estaba en la casa de Nina o si había sido “plantada”. “Nina es una persona muy humilde, hace changas lavando la ropa para los vecinos para ganar un mango más. Si fuera así, de tener la picardía de entregar a alguien, ni siquiera se quedaría con las llaves, me parece ridículo. Me parece algo más plantado que otra cosa”, sostuvo el ferretero.
Gómez y Musso imputaron a la mujer como “partícipe necesaria” de “robo y homicidio agravado criminis causa”, que tiene una pena de prisión perpetua. Según las fuentes, ella llegó a las 6.50 de la mañana a la casa y recién a las 9 le llamó la atención que el matrimonio no hubiera bajado a desayunar, pese a que además había visto que estaba intacta la cena –brócoli y alcauciles-, que ella les había dejado cocinada para la noche anterior.
Tampoco advirtió cuando llegó el desorden que el o los asesinos habían dejado en varios ambientes de la casa que estaban revueltos. “Ella dijo que creyó que era por la mudanza que iban a hacer sus patrones, pero las cosas de la mudanza estaban perfectamente embaladas”, aclaró uno de los investigadores.
De acuerdo a lo reconstruido por los fiscales, la empleada doméstica le mandó a las 9 de la mañana un mensaje a la acompañante terapéutica que también trabajaba en la casa para asistir a Del Río por sus problemas de movilidad, para avisarle que no habían bajado a desayunar. Fue esa mujer –llamada Blanca-, quien le sugirió a “Nina” que vaya a la cochera y recién allí la empleada encontró asesinados al matrimonio Del Río dentro del auto que estaba en el garaje.
“Es extraño que después de ver esa escena, apagó la luz, volvió a cerrar la puerta que lleva desde la casa a la cochera, ponerle llave y colgarla en el llavero. Y en vez de salir corriendo y pedir ayuda a los vecinos o llamar a la Policía, nos dijo que se puso a ordenar la casa”, confió otra de las fuentes. Otro de los indicios que hicieron sospechar a los fiscales es que en el celular de Aquino, los peritos que lo analizaron detectaron una foto borrada de la misma billetera rojiza, marca “Prune”, donde según uno de los hijos de las víctimas, su madre podría guardar la llave de la caja fuerte.
“La foto está borrada de hace un tiempo, pero la pudimos recuperar. La explicación que dio es que esa billetera se la había regalado la señora, que allí alguna vez guardó 2.000 pesos, la perdió y el día que la encontró, le sacó una foto y se la mandó a su hija para avisarle que había aparecido”, confió a Télam uno de los investigadores. A Gómez y Musso también les pareció sospechoso que pese a la cantidad de años que llevaba trabajando en la casa, Aquino dijo desconocer la existencia de una caja fuerte, mientras que la otra empleada, la enfermera, que llevaba menos tiempo de trabajo, sí lo sabía.
“Hubo sustracción de valores, dinero, joyas en lugares determinados de la casa que sin conocimiento previo o sin que lo revelen las víctimas, no podrían haber accedido”, afirmó a Télam uno de los investigadores.
Con información de Télam.