Martín del Río se enfrenta al juicio por jurados populares, acusado del doble parricidio en Vicente López. Se esperan más de 50 testigos y se buscará la prisión perpetua para el acusado de haber asesinado a sus padres, José Enrique del Río y María Mercedes Alonso. Cómo fue el macabro plan que llevó a cabo.
Los fiscales centran los motivos del crimen en una cuestión económica. Martín, el hijo menor de las víctimas, era el encargado de manejar los bienes y negocios familiares, entre ellos la frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que aquel 24 de agosto de 2022, día en el que fueron asesinados, en realidad iban a mudarse a un lujoso departamento en el edificio Chateau Libertador del barrio porteño de Núñez, valuado en más de un millón y medio de dólares. Algo que nunca sucedió.
Martín fue detenido tras ser identificado por diferentes testigos como el "caminante encapuchado" que se observó en las cámaras de seguridad el día del crimen. Su contextura física y especialmente su modo de caminar -con un defecto en su pierna izquierda que padece de chico, que no le permite seguir una línea recta y por lo que lo apodaron “Pato”, "Pati" para sus papás- fue lo que determinó que era él.
Cronología del caso del parricida Martín del Río: así gestó el plan para asesinar a sus padres
El doble homicidio habría sido pensado de manera meticulosa por Martín. El plan quedó expuesto por las cámaras de seguridad y por las transcripciones de la serie de mensajes que el presunto parricida intercambió con José del Río, su padre, muy molesto por las demoras en la mudanza al nuevo departamento en Núñez.
En sí, los mensajes relevantes entre Martín y José comienzan el 10 de agosto, catorce días antes del doble crimen:
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(José Enrique del Rio [JEDR]. Texto de las 10.03): Buen día ¿cómo viene la mano?
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(Martín del Rio [MDR]. Audio de las 18.08): Pa, ahí hablé con la de Verga (Hermanos, la mudadora), me dijo que hoy no pudieron hacer mucho porque estaban con todo este despelote del viaje, que igual embalaron algunas cosas y eso y que mañana a las 2 de la tarde están ahí de vuelta a ver si ya podemos liquidar.
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(JEDR. Audio a las 18.09): Bue, qué vas a hacer… Esperemos que terminen mañana. Porque si no, parece el cuento de Caperucita esto.
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(MDR. Audio de las 18.10): Dale pa. Ahí me junté con el gordo Rubén, le expliqué todo lo que hicimos, toda la historieta. Sí, sí, sí… Dicen que hoy estaban con todo el despelote ese y bueno, a ver si ya mañana lo podemos liquidar. ¿Qué te iba a decir? Eh… bueno todo bien también con el gordo, estoy saliendo de Almagro.
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(JEDR. Audio de las 18.11): Che Pati, acá hablamos con mami, ¿tenés el montacargas mañana?
Martín del Rio ya no respondió ese día. Al día siguiente, a las 9.49, José le insistió a su hijo: “PATI ayer no me contestaste. ¿Tienen el montacargas? ¿Hoy pagan? ¿Entregan el contrato y las llaves? CONTESTÁ”.
El 16 de agosto a las 8.53, el padre envía otro mensaje escrito: “En cuanto tengas las llaves avísame. Esta semana tiene hoy, jueves y viernes. No podemos irnos a otra semana. Cualquier excusa armá una reunión para hoy. No me voy a pelear. Pero no tenemos más problemas de ellos que tolerar. BESOS".
Dos días después, el 18 de agosto de 2022, los mensajes de José Enrique del Río son más impacientes frente a las demoras, incluso plantea la posibilidad de ir en persona a solucionar la mudanza:
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(JEDR. Audio de las 9.44): Pati, estamos prontos, cuando nos avises vamos. Yo sé que es temprano… [de fondo se escucha la voz de Mercedes Alonso que dice “O si nos pasa a buscar…”] ¿O nos pasás a buscar? No sé, avisanos, te mando un beso.
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(JEDR. Texto de las 14.29): Pati, ¿novedades?
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(MDR. Texto de las 14.30): En un rato te aviso.
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(JEDR. Texto de las 15.17): ¿Qué pasa?
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(JEDR. Texto de las 15.23): Pati estos versos de esta gente son los que hacen mal. Si es necesario voy con vos a la embajada.
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(MDR. Texto de las 15.25): Esperame que está todo perfecto. Salgo de acá y te llamo
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(JEDR. Texto de las 15.25): Ok.
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(MDR. Texto de las 17.41): Ya te llamo.
Ese mismo día es crucial para el plan de Martín del Río, o “Pati” como le decía su padre, porque practicó el trayecto y cuánto le demoraba ir a pie hasta la casa de sus padres. Así quedó registrado en las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Vicente López. Las imágenes del 18 de agosto muestran cómo a las 18.04, Del Rio y Paola C. -una corredora inmobiliaria con la que mantenía una relación sentimental y comercial- cruzaban la avenida General Paz, desde Núñez, por la avenida del Libertador y continuaban a pie por la calle Zufriategui.
Dos minutos después, el sospechoso y su acompañante fueron captados por una cámara de seguridad en Zufriategui y Azcuénaga, a pocos metros del paso a nivel del ferrocarril Mitre, a la altura de la estación Rivadavia. Caminaban agarrados de la mano y ambos continuaron su trayecto por Zufriategui hasta la calle 25 de Mayo, donde doblaron a la derecha, luego se lo ve continuar el camino solo. Los investigadores del caso creen que Paola C. siguió hacia su casa, situada en Aristóbulo del Valle al 2700, en Florida, y que Del Río fue hasta lo de sus padres: a las 18.26 una cámara lo grabó en Melo y Monasterio, a unos 100 metros de la casona de las víctimas.
Qué ocurrió el 24 de agosto, día del crimen
El 24 de agosto, a las 16.49, se produce la última llamada de Martín del Rio a su padre, de unos pocos segundos. El aparato quedó dentro de la camioneta del ahora acusado, que estaba estacionado en el barrio porteño de Núñez, entre las 16.52 y las 19.20, horarios en los que se ve a un hombre con una campera, gorra con visera y barbijo ir y volver desde la escena del crimen. Varios testigos señalan que es Martín.
En los mensajes previos a eso, de la mañana, Martín del Río habla de la supuesta mudanza que iban a realizar:
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(MDR. Audio): ¿Qué hacés, ma? Estoy totalmente disfónico. Me acaban de llamar, hace un ratito que están saliendo con el camión en un rato, que estaban descargando el camión. Ahí me avisa justo cuando salen y te aviso. No te hagas problema, en un ratito seguramente están, pero recién me acaba de avisar eso.
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(MDR. Audio): ¿Qué hacés, ma?, ahí me acaba de avisar que les va a descargar el camión ahí en la embajada, de un montón de cajas y de cosas y de ahí después va para casa. O sea, estará un poquito más tarde, más después del mediodía. Ahora me va a ir avisando. Yo me voy a ir a pagar lo de Ganancias, estoy acá en el centro, yendo a pagar Ganancias y Bienes Personales.
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(MDR. Audio): ¿Qué hacés papuchi? Todavía nada, sé que siguieron embalando, pero no pude hablar con ninguno de los dos todavía. Pero bueno, sé que estuvieron embalando. Ahora ni bien me confirmen te aviso.
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(MDR. Audio): ¡Qué hacés papauchi! Estoy en camino...
Entre las 10.08 y las 15.53, José y María le enviaron mensajes a su hijo menor, en los que le decían que estaban “clavados” y “sin saber qué hacer” porque el camión de la mudadora Verga Hermanos no llegaba. “¿Y vos cuándo venís?, le preguntó su madre a las 11.09, pero Martín no les respondió.
A las 15.53 su padre ya cansado le escribió: “Socorro. ¿Para qué tenés teléfono? Ni los mensajes contestás. No somos clientes”.
A las 15.54, Martín del Rio ensayó alguna respuesta, pero borró el mensaje de texto. Según los forenses, dos horas después, el matrimonio era asesinado a balazos dentro de su Mercedes Benz E350, guardado en la cochera de la casona de Melo y Gaspar Campos. De acuerdo a los forenses, el doble crimen ocurrió entre las 17.32 y las 18.37.
Los cuerpos de las víctimas fueron hallados por la ex empleada doméstica, María Ninfa Aquino, el 25 de agosto siguiente cerca de las 9 de la mañana.