El lunes comenzó el juicio por jurados contra Martín del Río, imputado por el doble parricidio en Vicente López. Quién es el hombre que será juzgado por matar a sus padres José Enrique del Río, de 75 años, y de María Mercedes Alonso, de 72, en agosto de 2022 y cuáles son las pruebas que lo comprometen.
Martín del Río está acusado de doble homicidio calificado por alevosía, agravado por el vínculo, por el uso de arma y por ser "criminis causae" en función de los artículos 45, y 80 inc. 1, 2 y 7 del C.P. El hijo menor de ambas víctimas se enfrentará al debate oral desde el 9 de diciembre hasta el 13 en jornadas dobles y con la declaración de 50 testigos.
Se espera que Del Río declare ante el tribunal y los 12 integrantes del jurado, -elegidos el lunes y que deberán deliberar y expresar su veredicto al final del juicio- durante la fase final porque se considera que es una persona "verborrágica" que se debe "adaptar" a cómo avance la instancia judicial.
Con 49 años recién cumplidos, Martín del Río se presentó al juicio más delgado, un prolijo corte de cabello, los lentes de siempre, cabizbajo y con preocupación en la cara. Entró a la sala esposado y se sentó junto a sus abogados particulares, Mónica Chirivin y Gastón Leonel Salamon. En diálogo con El Destape, desde su defensa describieron que el hombre llega al proceso penal "tranquilo" y "confiado" de su inocencia.
"Nina" Aquino, la empleada doméstica de la pareja asesinada quien fue acusada en un primer momento, prometió decir la verdad para que Del Río sea condenado a la pena de prisión perpetua, sin ninguna posibilidad de libertad condicional, según aseguró su abogado Hugo López Carribero. "Mi clienta es la piedra fundamental para este juicio, no se callará nada, apuntará contra Del Río, desde el inicio de su declaración", agregó el letrado.
El imputado se encuentra detenido en el Complejo Penitenciario 48 de San Martín donde no recibe ninguna visita, tiene diabetes y sufrió "abandono" por parte de sus familiares. "Se va por todo o nada, por la unanimidad del jurado. Acá la clave es saber quién se benefició con las muertes de José Enrique Del Río y su mujer María Mercedes Alonso", expresó la fuente.
Cómo fue el doble parricidio en Vicente López y quién es Martín del Río
Si bien en un comienzo estuvo detenida Aquino, la empleada doméstica, al creerse que fue la entregadora, días después fue sobreseída por falta de pruebas y se ordenó la detención del hijo menor del matrimonio, Martín Del Río, quien administraba los garajes, propiedades y vehículos de sus padres, y se encontraba fuertemente endeudado aunque vivía en Nordelta.
Martín fue detenido tras ser identificado por diferentes testigos como el "caminante encapuchado" que se observó en las cámaras de seguridad el día del crimen. Su contextura física y especialmente su “modo de caminar”, -con un defecto en su pierna izquierda que padece de chico que no le permite seguir una línea recta y por lo que lo apodaron “Pato”- fue lo que determinó que era él. Además, su celular quedó prendido y geolocalizado en Núñez aunque no tuvo actividad en el lapso de tiempo en el que el caminante va y vuelve desde ese barrio porteño a la casa de las víctimas.
Para los fiscales, Del Río ingresó a la casa de sus padres por el garaje y llevó a cabo "un plan que previamente había diagramado". Los funcionarios judiciales detallaron que el acusado baleó a su padre en "la zona cervical derecha, intercostal izquierda y en el muslo izquierdo", mientras que enseguida le efectuó un disparo a su madre en la cabeza a una distancia de menos de 50 centímetros: "El proyectil ingresó por la zona superior a la ceja derecha generando la pérdida del globo ocular derecho, todo lo cual provocó la muerte inmediata".
El arma homicida, la pistola Bersa Mini Thunder 9 milímetros, fue hallada en una caja fuerte de la casa del country San Diego de Moreno donde las víctimas pasaban los fines de semana y que fue secuestrada cuando la inspeccionó la Policía.
El móvil del doble parricidio sería económico, principalmente mencionaron una frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que ese mismo día iban a mudarse a un lujoso departamento del edificio Chateau Libertador del barrio porteño de Núñez, que el acusado nunca pudo concretar. A la vez, también se estima que las víctimas iban a descubrir los desmanejos financieros que había tenido en los negocios familiares.