28 de noviembre, 2024 | 00.05

EXCLUSIVO | Ofrecen alquileres en la Costa Atlántica bajo cuotas sin interés, pero son una estafa: las señales del nuevo “hit del verano”, en voz de quienes perdieron millones

"Queríamos contar nuestra historia para que, aunque no recuperemos nuestros ahorros, alguien más no pierda los suyos”, expresaron dos jubilados de más de 70 años, que perdieron casi 2 millones de pesos. Cómo operan, qué dicen, qué venden y cómo evitar caer en el engaño, a pocos días de que comience la temporada.

“Trabajamos con una seña del 30% y el saldo lo cancelás al realizar el check-in, con todos los medios de pago: efectivo, transferencia, tarjeta de crédito y débito. Hay promo de 6 y 12 cuotas sin interés”, responde D.S, quien se presenta como administrador del complejo vacacional Horizonte de Mar (HDM), ante la consulta de El Destape. Pero todo es una mentira, al menos así lo denuncian a este medio, cuyos damnificados llegaron a perder hasta 2 millones de pesos.

El edificio denominado “Cercis”, con vista al mar y ubicado en la calle Belgrano 725 de Mar de Ostende, partido de Pinamar, ofrece salida directa a la playa, solarium, piscina climatizada en la terraza, parrilla individual en el balcón, cochera cerrada con control remoto y un precio sorprendente: $1.500.000 por quince días para toda una familia, en pleno enero. Una cifra llamativa para el nivel de servicios, lujo y ubicación en el mes más costoso del verano.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

D.S. suena convincente. Con amabilidad, responde todas las preguntas y envía fotos del lugar, presupuestos presentados con cierta formalidad, la ubicación del edificio en una imagen de Google Maps e información detallada de los innumerables servicios que vienen incluídos en la mencionada tarifa: servicio de limpieza, desayuno, kit de playa, sombrillas y reposeras, etc. Al ingresar a la página web (https://horizontedemar.simdif.com/) figura la imagen de rostro y DNI de esta persona junto a un presunto certificado de habilitación del inmueble con fines turísticos otorgado por el Municipio de Pinamar.

Belén Guerra, empleada de Mingrone Propiedades, la inmobilaria de la que Horizonte de Mar roba imágenes y datos para montar la estafa, expresó con lo que se topan los damnificados una vez llegado al lugar: “El 30 de diciembre y en enero va a llegar gente a la puerta del edificio para iniciar sus vacaciones, pero se van a encontrar con que fueron estafados. Ahí no hay nada. Los únicos departamentos libres en ese edificio son los nuestros, que ni siquiera tienen apliques de luz”.

Estafa en primera persona

Cada verano o fin de semana largo sucede lo mismo:  se multiplican las denuncias de turistas engañados por publicaciones fraudulentas. Los estafadores replican imágenes de casas y departamentos reales o editados digitalmente, ofreciendo precios competitivos y comodidades ficticias. Aprovechan la escasez de unidades judiciales especializadas en delitos informáticos de esta índole y la dificultad de rastrear a los responsables.

Alejandro y María, de 77 y 70 años, fueron víctimas de Horizonte de Mar. “Ha sido de película lo que nos pasó”, contó el hombre a El Destape. “Reservamos 7 noches porque vimos las publicaciones en Facebook y nos gustaron. Este Diego, muy culto y suave al hablar, nos pidió la mitad del valor, unos $330.000, para concretar la reserva”.

La pareja transfirió el dinero, pero días después, al intentar contactar nuevamente a Diego para hacerle otras consultas, él dejó de responder. Preocupados, le escribieron expresando sus dudas, a lo que Diego respondió que entonces les devolvería el dinero a través de una maniobra que llamó “rebote de transferencia”.

“Me dice ‘usted haga de cuenta que me vuelve a transferir $330.000 y con el rebote de la operación el dinero va a volver a usted y se acabó’. Así que le transferí, esperé unos minutos y le avisé que a mí no me había llegado nada”.

La reacción de Diego mostrarse comprensivo ante “un procedimiento mal hecho” e intentó llevarle tranquilidad ofreciéndole una solución: lo volverían a intentar, pero esta vez por $600.000.

La pareja de jubilados perdió, en total, casi dos millones de pesos. Al ser bloqueados por el estafador, presentaron denuncias en la Policía de Córdoba, Defensa del Consumidor en Pinamar y el banco, donde le respondieron que “no podían hacer nada” ya que las transferencias habían sido voluntarias.

“Ahora tenemos miedo porque hicimos la denuncia y no conocemos al hombre que nos estafó. Nos preocupa que nos amenace. Queríamos contar nuestra historia para que, aunque no recuperemos nuestros ahorros, alguien más no pierda los suyos”, expresó Alejandro.

El sueño de unas vacaciones en la Costa Atlántica puede transformarse en una pesadilla si no se toman precauciones al alquilar. En los últimos años, las estafas vinculadas a alquileres temporales han crecido, facilitadas por el auge de plataformas digitales, redes sociales y el anonimato que éstas prestan.

Especificidad del delito

El abogado Carlos Alberto Díaz, quien lleva adelante la denuncia de los desarrolladores del edificio “Cercis”, explicó la dificultad que enfrenta la Justicia para frenar este tipo de estafas virtuales: “No hay organismos especializados para tener a su cargo el control y seguimiento de este tipo de maniobras delictivas”.

La falta de una estructura judicial adaptada a la naturaleza de estos ciberdelitos y su caudal creciente afecta no sólo a las víctimas directas, sino también a las economías locales. Municipios turísticos como Pinamar ven perjudicada su actividad comercial, dañando a actores clave como hoteles, inmobiliarias y propietarios particulares.

Consultado por este medio, Lucas Ventoso, secretario de Turismo de Pinamar, subrayó la necesidad de reformar el sistema judicial para atender esta problemática: “Sería necesario que la Procuración cuente con más áreas especializadas en estafas y defraudaciones informáticas para poder atender estos casos”.

“Cuando una estafa sucede, se requiere un área especial del Ministerio Público Fiscal que no está creada hoy. Hay que pensar que el fiscal en Pinamar tiene casos de abusos sexuales, violencia de género, usurpaciones, robos y homicidios culposos. Es imposible seguir todo. Esto lo decide la Procuración y el Fiscal General con una política penal. Mar del Plata sí tiene fiscalías temáticas, pero Dolores no las tiene y creo que debería tenerlas para descongestionar”, completó Ventoso.

Aunque el municipio trabaja para prevenir estas estafas mediante campañas informativas y guiar a las víctimas en la presentación de denuncias, el alcance de la actividad comercial vinculada al alquiler excede su competencia: “Existe la Ley de Alquileres, que regula esta actividad a través de profesionales matriculados por el Colegio de Martilleros y Corredores Públicos del Departamento Judicial Dolores, pero su implementación es provincial”.

La Justicia avanza; la tecnología vuela

El avance tecnológico permite a los estafadores refinar sus métodos, lo que complica tanto la sanción como la corroboración de estas maniobras por parte de la Justicia.

Héctor Ramón Coló, presidente del Centro de Martilleros de Pinamar, confirmó que estas estafas se repiten cada verano en diversas modalidades, pero “mayormente cuando alquilan casas particulares”.

Para minimizar los riesgos, Coló recomienda recurrir a inmobiliarias habilitadas con martilleros colegiados. “Eso le da al turista la seguridad de que está respaldado por un profesional matriculado”, explicó. “Cualquier vecino que publica y alquila inmuebles sin un martillero detrás está cometiendo un delito y hacemos las denuncias pertinentes”, advirtió.

El Presidente de dicho Centro explicó que es importante aferrarse a la legalidad en estas operaciones también porque los fraudes tienen un doble perjuicio: las víctimas pierden su dinero y sus vacaciones, pero también los propietarios e inmobiliarias legítimas se ven afectados al quedar asociados a investigaciones judiciales debido al robo de identidad o la duplicación de sus publicaciones. “Aunque no tengan nada que ver con la estafa, su reputación queda en juego”, enfatizó.

Finalmente, el mayor obstáculo sigue siendo la lentitud y la complejidad de los procesos judiciales. “Cuando hay una denuncia por este tipo de estafa, se presenta ante la Fiscalía local y se inicia una causa penal. Pero no es fácil para la Justicia determinar los responsables, y en muchos casos, los tiempos se alargan demasiado. Hoy por hoy, muy pocos casos se resuelven”, lamentó.

Detectar el engaño

La constante disponibilidad, promociones y facilidades de pago, el exceso de servicios y comodidades del alojamiento acompañados de un precio atractivo, o la insistencia en comunicarse a través de medios informales como WhatsApp, redes sociales o correos electrónicos genéricos (como Gmail o Yahoo) son los primeros indicadores de una potencial estafa. Así lo señala Andrea Betz, administradora de un grupo en Facebook de alquileres vacacionales en Villa Gesell y con “32 años de experiencia en hotelería”.

Ella misma también fue blanco del supuesto administrador de Horizonte de Mar. “Yo trabajo en esto, sé qué precio tiene que tener un departamento frente al mar con pileta y todos los servicios que él ofrece. En sus redes sociales borra todos los comentarios y cualquier arreglo le viene bien”, relató.

La página web de HDM está creada con SimDif (a la fecha de 26 de noviembre se encuentra desactivada), una aplicación para crear sitios web de manera sencilla y gratuita, que permite a cualquier persona sin conocimiento en armado y diseño web generar su propio portal web.

Al ingresar al sitio de HDM, se exhibían numerosas fotos del departamento y una descripción detallada de los amenities del hospedaje a través de una redacción que pretendía elegancia pero recaía en una informalidad llena de llamativos y frecuentes errores de tipeo y redacción.

Este medio logró dialogar con D.S., quien justificó el uso del edificio que la inmobiliaria Mingrone tiene en venta con departamentos vacíos: “Nosotros le compramos a la empresa Cercis varios departamentos que comercializamos bajo el nombre Horizonte de Mar. Y en este edificio hay otros departamentos que están en venta y alquiler directo de inmobiliarias”, aseguró.

A simple vista, su respuesta puede parecer creíble, pero su historia está llena de inconsistencias. Belén Guerra, de Mingrone Propiedades, confirmó que Diego continúa con el engaño incluso después de recibir el dinero. “Todas las personas con las que hablé que tuvieron contacto con él me dicen que no te bloquea cuando recibe el dinero. Te hace creer que está todo bien y que, si algo sale mal, es solo una mala interpretación. Los turistas llegan el día del check-in, con su familia y sus bolsos, y recién ahí se dan cuenta de que fueron estafados”.

Por su parte, María compartió cómo detectó el fraude tras haber transferido la seña: “Sospeché y busqué al señor y al edificio en Google Maps, pero no lo encontré. Hablé con la Municipalidad de Pinamar y me confirmaron que el certificado que mostró en la página no era legítimo”.

Lo que más la impactó fue el trabajo psicológico del estafador: “Te dice que ya te va a devolver el dinero, que tiene que hablar con su contador, y te tiene así durante 15 días. Juega con la ansiedad. Una quiere creerle. Cuando finalmente confirmás que algo anda mal, ya es demasiado tarde”.

El relato de María evidencia la sofisticación de estas estafas. “Una sabe que algo no encaja, pero querés pensar que todo va a salir bien. Lo importante es que, cuando detectás la trampa, frenes de inmediato”, concluyó.

Consejos jurídicos: qué hacer en caso de estafa

Todas las fuentes consultadas coincidieron en la importancia de verificar la identidad y la legalidad de quien ofrece en alquiler un inmueble vacacional. Es fundamental realizar las operaciones a través de plataformas reconocidas que actúen como intermediarias en caso de conflicto y regulen la actividad, como Booking o similares.

Al respecto, Héctor Coló recomendó que, ante cualquier duda sobre la legitimidad de una inmobiliaria o un particular, se consulte directamente con el Colegio de Martilleros correspondiente, como el de Dolores en el caso de la Costa Atlántica. Este organismo puede confirmar si el alquiler está respaldado por un martillero habilitado y reglamentado. Además, Coló enfatizó que estos profesionales están capacitados para orientar sobre la documentación necesaria para formalizar una reserva. “Algunos estafadores solicitan datos personales innecesarios para cometer nuevos fraudes, por lo que es importante no brindar información de más”, advirtió.

El martillero también subrayó que la confianza no puede basarse únicamente en lo convincente que pueda sonar alguien por WhatsApp o a través de un correo genérico: “Las vías de contacto informales son una señal de alerta que no debe ser ignorada”.

Por su parte, Lucas Ventoso reiteró la necesidad de realizar las reservas exclusivamente a través de inmobiliarias habilitadas o páginas oficiales de hoteles. “Desde el Municipio siempre recomendamos y exigimos que las operaciones se hagan por vías formales. Ante cualquier duda, la gente puede acercarse a la Secretaría de Turismo o al municipio para solicitar asesoramiento”, afirmó.

Y el abogado Carlos Alberto Diaz sumó: “Cada caso tiene una complejidad que determina que no haya fórmulas generales para aplicarse a todos las situaciones por igual, tanto para prevenir como para denunciar, de modo que sugiero siempre buscar el asesoramiento jurídico a través de un abogado que se halle compenetrado con la temática”.

Finalmente, las redes sociales también pueden ser una herramienta valiosa para prevenir estafas. En grupos de Facebook, los turistas suelen compartir sus experiencias con inmuebles alquilados en distintos destinos. Muchas personas engañadas por Horizonte de Mar descubrieron, después del fraude, que otras víctimas habían reportado casos similares en estos espacios. Compartir información y consultar antecedentes en estos foros informales puede ser útil para detectar irregularidades antes de realizar una reserva.

*Los nombres de las personas estafadas que figuran en esta nota fueron cambiados a partir de su solicitud de resguardar sus verdaderas identidades.