Es cuestión de que finalmente llegue la documentación y que la Anmat le ponga el sello para que la Argentina se termine de asegurar la provisión de vacunas para inmunizar a toda la población contra el Covid-19. Al segundo cargamento de vacunas Sputnik V que irán a buscar la semana que viene ya es un hecho que se le agregarán a fin de enero el primer millón de dosis de la china Sinopharm, de la que se sumarán otros 30 millones a lo largo del primer semestre del año. Si se agregan las comprometidas con AstraZeneca-Oxford, que llegarían a inicios de abril, y las del mecanismo internacional Covax, ya alcanzarían a más de 35 millones de personas, lo que supera a la población mayor de 18 años de la Argentina. Tanto es así que esta semana llegaron al país dos enviados del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para interiorizarse sobre la aplicación de la vacuna rusa con la intención de suscribir un acuerdo similar para su país. "Es una alternativa atractiva para nosotros", confirmaron en México.
El ministro de Salud, Ginés González García, adelantó que esta semana partirá rumbo a Moscú el avión de Aerolíneas Argentinas en busca de las 300 mil segundas dosis de las vacunas que se están aplicando. Las segundas dosis deben darse entre los 21 y los 25 días posteriores a la primera para tener un efecto óptimo, según indican los especialistas. En principio, el vuelo saldrá el jueves 14 a la mañana y regresará el viernes 15 cerca de la medianoche. A partir de ahí, según explicó el ministro, los viajes comenzarán a ser periódicos. El presidente Alberto Fernández comentó en una entrevista que vendrían cuatro millones de primeras dosis y un millón de segundas dosis de la Sputnik antes de fin de mes. En el gremio aeronáutico calculan que serán necesarios unos veinte vuelos para traer las 20 millones de dosis comprometidas, todavía no está decidido hacia qué destino. El producto del laboratorio ruso Gamaleya también se fabrica en India, China y Corea del Sur.
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El acuerdo con Sinopharm
Por otro lado, en Cancillería daban por cerrado el acuerdo con el laboratorio estatal chino Sinopharm y adelantaban que en la última semana de enero saldría el primer vuelo a Pekín para traer el primer millón de vacunas de un total de 30 millones que abarca el compromiso. La cuestión respecto al precio -resultaba elevado- se pudo conversar un poco y también se compensa en cuanto a que es una vacuna que necesita apenas la refrigeración de una heladera y en que viene provista de jeringuilla, lo que termina abaratando en algo el total. Así que el costo ya no es la principal preocupación sino que, al menos hasta el viernes, aún no había llegado a la Anmat ni la documentación sobre los test de la Sputnik V en mayores de 60 años, ni los de Sinopharm. La Sputnik se empezó a aplicar en adultos mayores en Rusia, así que su aprobación aquí seguro será rápida. Respecto a la vacuna china hay menos precisiones, por lo que Ginés todavía no hizo ningún anuncio oficial respecto al suministro.
La vacuna de AstraZeneca-Oxford
En México sucedió algo curioso. Una encuesta nacional mostró que los mexicanos preferían aplicarse la vacuna rusa antes que las de laboratorios norteamericanos como Pfizer o Moderna, tan ponderadas por la oposición argentina. Por eso, López Obrador mandó al subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, y a un funcionario de Cancillería de su confianza, Efraín Guadarrama Pérez, a informarse sobre el operativo de vacunación aquí. Fueron recibidos por Alberto Fernández y en Cancillería por el jefe de asesores Guillermo Justo Chaves. Además, intercambiaron datos sobre el proceso de la vacuna de AstraZeneca-Oxford, en cuya elaboración participan los dos países. Los mexicanos se enteraron que el principio activo que prepara el laboratorio argentino mAbxience comenzará a ser enviado al DF a partir de la semana que viene. Sin embargo, los funcionarios mexicanos les adelantaron a los funcionarios argentinos que las 22 millones de vacunas previstas recién llegarán aquí para principios de abril y no en marzo, como se esperaba.
El mecanismo Covax
Por último, quedan las comprometidas en el mecanismo Covax, una herramienta promovida por la OMS para que la vacuna llegue de una manera equitativa a los 172 países que la conforman. Allí, Argentina adquirió 9 millones de dosis, con lo que ya alcanzaría a cubrir toda la población que debe vacunarse. El problema es "el Covax viene demorado, hay problemas de provisión", comentaban en Gobierno. Los países más ricos, acuciados por el crecimiento de contagios de la segunda ola, acapararon la producción de los principales laboratorios y el bienintencionado mecanismo de la OMS se encontraría en dificultades para cumplir con los plazos establecidos con los países pobres. Por ejemplo, una versión indicaba que a Bolivia recién les repartirían el año que viene.
En caso de que las dosis del Covax no lleguen en los tiempos deseables, Argentina tiene dos posibilidades para reemplazarlos. Hacer uso de la opción de las 10 millones de vacunas adicionales de la Sputnik V que ofreció el laboratorio Gamaleya o bien seguir adelante con las negociaciones ya encaminadas con el otro laboratorio chino, Sinovac, que produce su vacuna Coronavac en coordinación con el Instituto Butantan, de San Pablo, Brasil, que esta semana informó un 78 por ciento de efectividad en sus estudios de fase III. De una forma u otra, en Gobierno aseguraban que ya tenían asegurada la provisión para inmunizar a toda la población argentina mayor de 18 años, calculada en alrededor de 31 millones de personas.