La capacidad para producir vacunas, fruto de una larga tradición de desarrollo científico nacional jugará un rol clave en la pelea global contra la pandemia de coronavirus, posicionando a la Argentina en un lugar destacado. Según datos publicados por el periódico británico The Telegraph, para fin de año el país estará consolidado entre los principales fabricantes a nivel mundial: aparece en el noveno lugar de un ranking en el que muestra una performance pareja con Rusia (8) y más sólida que potencias como Japón (11), Francia (15) e Italia (22), vecinos como Brasil (16) y estados altamente especializados como Cuba (14).
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El papel que juega la industria local en este proceso no solamente facilitará la vacunación de todos los argentinos antes de que termine el 2021, un logro que se encuentra al alcance de la mano y que pocos países podrán acreditar, sino que también hará que el país se convierta en una columna vertebral para la inmunización de todo América Latina: las vacunas de AstraZeneca, cuyo componente activo se fabrica desde enero en Garín, provincia de Buenos Aires, y Sputnik V, que la semana que viene comenzará su producción a pocos minutos de allí, en Pilar, son centrales en los portafolios de vacunas de varios países de la región.
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La estimación publicada por The Telegraph asume que para fin de año se habrán hecho en el país más de 200 millones de dosis. El principal productor es China, con más de 3 mil millones. Estados Unidos, un consorcio tripartito entre Alemania, Bélgica y Holanda y la India harán cada uno algo menos de 2 mil millones. Después, en orden decreciente pero en el rango de los cientos de miles, aparecen Corea del Sur, Suiza, Gran Bretaña, Rusia y la Argentina. En total, se espera que en el 2021 se fabriquen 11 mil millones de vacunas contra el covid; como referencia, en un año normal se producen 5 mil millones en todo concepto.
A esta altura del año, ya salieron de Argentina más de 80 millones de dosis del compuesto activo para la AstraZeneca, un proceso que se concluye en México y los Estados Unidos. Las primeras partidas del producto terminado pronto estarán distribuidas en 19 países de la región; aquí ya están aplicando casi tres millones y se espera un nuevo vuelo con 900 mil más que llegarán el lunes. El contrato entre el gobierno y el laboratorio prevé la entrega de más de 22 millones de dosis antes de fin de año y en la Casa Rosada existe la confianza de que ese plazo va a poder cumplirse, con cierta holgura.
Por otra parte, el lunes que viene llegará al país el primer cargamento con los antígenos que permiten la producción local de la Sputnik, liberados a partir de la aprobación de los lotes de prueba que el laboratorio Richmond había terminado en la Argentina y enviado a Rusia para su examen. Tanto en la empresa como en el gobierno confían en que antes de fin de mes estén las primeras partidas disponibles para su distribución en todo el país: se habla de un millón en junio, dos en julio y cuatro por mes a partir de agosto, pero si la provisión de materia prima se cumple, hay capacidad para ir un poco más rápido.
La producción de vacunas en Argentina, que durante este 2021 la vuelve un actor relevante en el escenario global, escalará aún más a partir del año próximo, si se cumplen algunos proyectos ya anunciados, como la nueva planta de Richmond que podrá fabricar 500 millones de dosis al año, y si se concretan las negociaciones para traer la capacidad de avanzar con otras vacunas, como la Sinopharm (a partir de un contrato con Sinergium) o las cubanas. Con el operativo local completo o cerca de completarse, eso permitirá al país aumentar las exportaciones a la región y consolidarse como un referente en la materia.
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