Una por una: las vacunas contra el COVID-19 que previenen una infección grave y las que reducen la mortalidad

El estudio reveló la seguridad y eficacia de las vacunas contra el COVID-19 y diferenció su efectividad en la prevención de infecciones y mortalidad según su plataforma: las de ARN mensajero y las que utilizan vectores virales.

01 de febrero, 2022 | 16.42

Un reciente estudio internacional realizado en Dinamarca, del que participaron dos científicos argentinos, reveló nuevos datos respecto a la seguridad y eficacia de las vacunas contra el coronavirus y diferenció su efectividad según plataforma, lo que determinó que las vacunas de ARN mensajero “parecieran ser más efectivas para prevenir la infección sintomática” mientras que las que utilizan vectores virales lo serían “para reducir la mortalidad”.

De esta manera en la investigación, que fue publicada esta semana en la revista especializada Plos One y liderada por investigadores del Copenhagen Trial Unit y firmado por científicos de Canadá, Reino Unido, Zambia, Nigeria y dos argentinos, miembros del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), brinda nuevos detalles de cómo actúa cada fármaco ante las infecciones y la mortalidad del virus teniendo en cuenta cómo está constituido.

Cuáles son las vacunas de ARN mensajero y cuáles son las de vectores virales

En este marco, el estudio científico reveló que “la eficacia en la prevención de Covid-19 mostró ser de 95% para las vacunas de ARN mensajero; 61% para las vacunas inactivadas (como las de Sinovac y Sinopharm); 77% para las de subunidades proteicas (como Novavax) y 68% para las de vectores virales (como Sputnik V o las de AstraZeneca y Janssen)”.

En tanto, “cuando se valoró su capacidad de prevenir muertes, todas las vacunas mostraron ser más efectivas que los placebos o controles, pero las de vectores virales tuvieron el efecto más marcado”.

Una por una: las vacunas que previenen una infección grave y las que reducen la mortalidad

Eficacia en la prevención de Covid-19

  • las vacunas de ARN mensajero mostró ser de 95%;
  • Las vacunas inactivadas (como las de Sinovac y Sinopharm), un 61%;
  • Las de subunidades proteicas (como Novavax), un 77%;
  • y un 68% las de vectores virales (como Sputnik V o las de AstraZeneca y Janssen). Estas últimas tuvieron un efecto más marcado para prevenir muertes.

Cómo se llevó a cabo el estudio

A través de la metodología “revisión sistemática viva con análisis secuencial de ensayos y un metaanálisis en red”, los investigadores analizaron 35 informes sobre vacunas de distintas plataformas, publicadas hasta el 17 de junio de 2021, lo que les permitió sintetizar todas las publicaciones previas sobre el tema y hacer comparaciones de eficacia y seguridad entre distintos productos, precisó el IECS a través de un comunicado.

Según el institución académica afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), se trató del análisis más exhaustivo de ensayos clínicos sobre vacunas contra COVID-19 realizado hasta el momento.

En este marco, el director del Centro Cochrane Argentino del IECS, doctor en Salud Pública e investigador del Conicet, Agustín Ciapponi, señaló en diálogo con Télam que "la evidencia demuestra que todas las vacunas son efectivas para prevenir COVID-19 y especialmente las complicaciones serias de la enfermedad, incluida la muerte”. Asimismo, deseó que “este trabajo contribuya a eliminar las dudas de quienes desconocen o todavía desconfían de los beneficios de vacunación y aún no se han inmunizado, así como de quienes se vacunaron, pero no completaron el esquema recomendado”,.

También, sostuvo que si bien "el beneficio de todas las vacunas es indiscutible, las de ARN mensajero (elaboradas por Pfizer/BioNTech y Moderna) parecieran más efectivas para prevenir la infección sintomática y las de vectores virales (como la Sputnik V o la de AstraZeneca) parecieran más efectivas para reducir la mortalidad”.

“Contar con un ranking sobre mejores opciones permite una decisión mejor informada sobre qué tratamiento o intervención es óptimo para los pacientes, y a la vez sirve en salud pública para asistir decisiones sobre políticas de cobertura”, agregó Ariel Bardach, máster en Epidemiología y director del Centro de Investigaciones en Epidemiología y Salud Pública (CIESP) y el otro autor argentino de este trabajo.

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