Ante el registro de casos de Covid-19, el Ministerio de Salud instó a las personas de 50 años o más, quienes tienen mayor riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, a aplicarse la dosis de refuerzo y mantener inmunizada a la población y prevenir complicaciones, hospitalizaciones y muertes por este virus. Según datos del registro federal de vacunación, 10.467.954 personas dentro de esta franja etaria no recibieron una dosis de refuerzo en los últimos 6 meses.
La cartera sanitaria nacional recordó que, "más allá de que las personas puedan contar con el esquema primario completo, la estrategia de refuerzo de vacunas contra la COVID-19 es fundamental para mantener una protección adecuada". En este contexto, recomendó que quienes se encuentren dentro de grupos con alto riesgo de desarrollar formas graves de enfermedad, como son las personas de 50 años o mayores y las personas gestantes, reciban una dosis de refuerzo contra COVID-19 si han transcurrido 6 meses desde la última dosis aplicada, independientemente de la cantidad de refuerzos recibidos previamente.
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También se incluyen en este grupo de riesgo, las personas menores de 50 años con comorbilidades (enfermedades crónicas y obesidad) y las personas con mayor riesgo de exposición (personal de salud) y función estratégica. "La recomendación, es que si ya han recibido un refuerzo en los últimos 6 meses, recuerden la importancia de recibir un refuerzo anual", enfatizaron desde Salud.
Cuál es la recomendación para otros grupos sociales
Por último, las personas consideradas con bajo riesgo de complicaciones, es decir menores de 50 años sin comorbilidades, se recomienda que la vacunación de refuerzo contra la COVID-19 sea anual.
En este marco, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacaron que la vacunación y la aplicación de refuerzos sigue siendo la herramienta más eficaz para enfrentar a la COVID-19, especialmente en los grupos de riesgo. Así se desprendió de un seminario realizado recientemente, donde remarcaron que, si bien la vigilancia sobre el virus disminuyó en todo el mundo, sigue habiendo circulación y aumento de casos, sobre todo en las regiones de Asía y América.
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A su vez, durante la actividad se señaló que la COVID-19 ya no es una emergencia de salud pública de importancia internacional, pero sigue siendo una amenaza para la salud pública de cada país. Además, se alertó sobre el surgimiento de nuevas variantes del SARS-CoV-2, como EG.5 y BA2.86, que hasta el momento poseen un comportamiento similar a la variante Omicron.