El titular del Sindicato de Conductores de Trenes La Fraternidad, Omar Maturano, confirmó este lunes que desde la medianoche no habrá servicios ferroviarios durante 24 horas. Esta decisión se tomó luego del fracaso de las negociaciones mantenidas este lunes con la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS). El sindicalista indicó que el motivo es la "cuantiosa deuda con la obra social" gremial.
La medida de fuerza del sindicato que representa a los motorman se debe a que el Estado le adeuda 140 millones de pesos por el sistema único de reintegros de la obra social de sus afiliados. En ese contexto, Maturano adelantó que si no reciben respuestas "se profundizará el plan de lucha" con otra huelga, pero de 48 horas, para el 31 de diciembre y el 1 de enero próximos.
"Si no se resuelve la semana que viene veremos si hacemos otro paro", afirmó el sindicalista a El Destape Radio y explicó que "hacemos un paro porque la Superintendencia de Salud nos debe mucha plata y estamos ya para una quiebra". "Nosotros decimos que nos deben $140 millones y ellos dicen $86 millones", contó Maturano y destacó que "el dinero es para la obra social de todos los ferroviarios".
De esta manera, este martes los pasajeros que utilizan trenes para transportarse deberán optar por otro medio de transporte para ir a sus trabajos, como los colectivos.
No hubo acuerdo
Maturano mantuvo un extenso encuentro con las autoridades de la SSS durante la tarde del lunes, del que además participaron el gremialista de Obras Sanitarias y par del consejo directivo de la CGT, José Luis Lingeri, y el presidente de la Obra Social Ferroviaria (OSFA), Juan Sifrén, y confirmó que "no hubo acuerdo".
"El sindicato procuró encuentros durante una semana y esta tarde no alcanzó acuerdo alguno con las autoridades de la SSS que, aunque reconocieron la abultada deuda, no ofrecieron soluciones positivas. Por lo tanto, el gremio ratificó la huelga", afirmó el dirigente sindical a Télam.
"La salud debe ser esencial y los ferroviarios son también trabajadores esenciales. Así lo demostraron durante toda la pandemia de coronavirus. Es impensable suponer que una obra social superavitaria se haya convertido en deficitaria por el solo hecho de que se le retiene una abultada deuda desde hace años", ratificó Maturano.
Con respecto a la obra social, explicó que la deuda asciende "a 140 millones de pesos" por el sistema único de reintegros, que "es dinero que ya desembolsó la entidad para atender la salud de sus afiliados, pero lo grave es que se procura reconocerlo a valores del año 2017".
Maturano había señalado que de forma previa a la pandemia el pago a la obra social era de casi 14 millones de pesos y que luego solo se le reconocieron unos 3 millones, lo que implica que "lo redujeron a un 20%, mientras hay entidades de salud a las que se le giraron 22 recaudaciones por adelantado y, otras, recibieron subsidios", expresó.
"Muchas de esas obras sociales subsidiadas se habían declarado en convocatoria de acreedores. Y también hay compañías privadas y sellos de goma de empresarios que son beneficiadas con importantes sumas de dinero, al igual que las prepagas", concluyó diciendo el sindicalista.