Julieta sobrevivió a un intento de transfemicidio y pide ayuda: "Siento como si hubiera vuelto a nacer"

Un hombre quiso asesinarla prendiéndola fuego. Internada en el Instituto del Quemado de Córdoba Capital para someterse a diversas cirugías por las secuelas, pide apoyo económico: "Si no fuese por la ayuda de dos personas que vieron cómo me quemaba, hoy no estaría contando esta historia".

01 de junio, 2022 | 12.41

Julieta Urbano Charras tiene 27 años, es una mujer trans y vive en el Barrio Observatorio de Córdoba Capital. El 23 de abril fue víctima de un intento de violación y transfemicidio cuando un varón la roció con alcohol y luego la prendió fuego.  Desde hace un mes que está internada en el Instituto del Quemado de dicha ciudad y tuvo que atravesar varias operaciones. Ahora espera que le den el alta en las próximas semanas para volver a su casa y empezar su recuperación.

El de Julieta no un caso aislado. Según información del observatorio Ahora que sí nos ven en lo que va de 2022 en Argentina se contabilizaron 104 femicidios, es decir 1 femicidio cada 28 horas; 75 intentos de femicidio y 4 Transfemicidios/travesticidios.

Afortunadamente Julieta cuenta con el apoyo de su familia, formada por sus padres y 11 hermanos: “Tengo una familia hermosa. Con mis padres me llevo excelentemente bien y estoy feliz porque siempre me han aceptado como soy. Ahora me siento acompañada, mi familia me contiene un montón. Si no fuera por ellos estaría sola”, explica con dificultad desde su habitación en la institución médica.

“Justo antes de que me pase esto, el lunes 25 de abril iba a empezar a trabajar en Servidores Urbanos pintando murales y estaba muy contenta. Así que con todo esto no pude ir", se lamenta. Y agrega: "He tenido muchos problemas para encontrar trabajo, por eso me tuve que dedicar a la prostitución un tiempo largo donde fui discriminada un montón de veces en la calle. Hay gente muy violenta y pasas por muchas cosas feas. Pero en Servidores urbanos hay muchas chicas trans trabajando”.

Julieta recuerda que la noche del ataque, el viernes 23 de abril, había salido con una amiga al centro, que después se volvió a su casa. Allí conoció a un varón que la invitó a su casa: “Quisimos tomarnos un taxi pero no paraba ninguno, y me dijo que nos tomáramos un colectivo que nos llevó a un lugar re lejos,  un barrio todo de tierra que parecía una villa. Ahí estaba supuestamente su casa, pero era un terreno abandonado con una piecita con una cama de una plaza. Yo me siento en el colchón de lo cansada que estaba de tanto caminar y él me empezó a bajar el pantalón. Yo me resistí y se puso agresivo, y me quiso violar. Después me empezó a romper la ropa interior, y cuando me estaba subiendo el pantalón me tiró alcohol etílico. Cuando me levanté para irme me prendió fuego. Salí corriendo afuera desesperada, me tiré en la tierra, no sabía qué hacer. Justo pasaban dos personas que me ayudaron a apagar el fuego. Si no fuese por ellos yo no estaría contando esta historia”.

Producto del ataque tiene heridas y quemaduras en cuello, piernas, abdomen y torax, y fue sometida a varias intervenciones e injertos de piel. “Los profesionales de salud me han tratado bien y me llevo genial con las enfermeras. Por ahora no he recibido acompañamiento psicológico pero cuando salga voy a hacer una terapia por un tiempo porque lo que me pasó fue algo muy fuerte en mi vida”, manifiesta la joven.

La causa está siendo investigada por la Fiscalía de Delitos Contra la Integridad Sexual de Segundo Turno de la ciudad de Córdoba, pero hay pocas novedades sobre la identidad y paradero del agresor. “Los primeros días de internación venían todos los días a interrogarme policías, de la unidad judicial y del Polo de la Mujer. Lo que pasa es que no me acuerdo la cara del agresor, ni cómo se llama. Hasta ahora no me han dado ninguna respuesta y tampoco se pudo identificar el agresor. Yo creo que la justicia está siendo muy lenta y a veces siento que va a quedar en nada”, cuestiona.

Y describe: “Hoy siento como si hubiera vuelto a nacer, me siento una persona diferente y quiero sentar cabeza”. Si bien está acompañada por su familia, sobre todo por su madre, dice que ella también se encarga de cuidar a sus otros hermanos y sobrinos. Por eso inició una campaña en redes sociales para pedir colaboraciones y ayuda económica para sus gastos personales y médicos. “Yo necesito ropa y elementos de higiene, pero si son de otra provincia y no pueden ayudarme con eso les dejo mi CBU y mi alias para quien quiera colaborar y poder comprarme lo que me hace falta”, detalla. Quienes quieran ayudarla y aportar pueden hacerlo al CBU 0200900511000002015576 o el alias AVENA.LIJA.ANCHO.