El 31 de marzo de 2016 quedará grabado en la memoria de quienes lo vivieron como una noche de tragedia en el delta del Tigre. En medio de la oscuridad, la embarcación "conducida" por Pablo Torres Lacal surcaba las aguas del río Luján a una velocidad temeraria, haciendo zigzag en su trayectoria. La visibilidad era nula, y la irresponsabilidad se hacía presente en cada movimiento.
En el camino de la alocada carrera se encontraban Manuel Storani y su madre, Ángeles Bruzzone, quienes regresaban tranquilamente después de disfrutar de una cena con amigos. Su lancha se movía con prudencia, en contraste con la embarcación de Torres Lacal.
La tragedia golpeó con una fuerza devastadora. La lancha de Torres Lacal impactó y destrozó por completo la embarcación de Manuel y Ángeles. El joven Gotti, uno de los tripulantes de la lancha embistente, perdió la vida de inmediato. Ángeles Bruzzone, gravemente herida por el brutal impacto, luchó por su vida durante horas antes de fallecer.
La angustia y la desesperación se apoderaron de quienes buscaron a Manuel en las aguas del río. Sus restos fueron hallados tres días después.
El 2 de octubre próximo comenzará el juicio oral y público a Pablo Torres Lacal por Triple Homicidio con Dolo Eventual. Después de siete años de maniobras legales para eludir la justicia, finalmente, el acusada se sentará en el banquillo. El Tribunal Oral Nº1 de San Isidro será el encargado de juzgar los actos que llevaron a la pérdida de tres vidas en esa fatídica noche.
La querella, de la que participa Federico Storani, histórico líder de la UCR y papá de Manuel, intentará demostrar que las vidas de Gotti, Ángeles y Manuel fueron truncadas en un instante debido a la conducta irresponsable de quien manejaba la lancha. En es aspecto, familiares y seres queridos de las víctimas esperan que el juicio que se avecina no solo busque impartir justicia, sino también enviar un mensaje sobre la responsabilidad y las graves consecuencias de acciones temerarias a la hora de conducir.