Este 12 de junio se conmemora el Día Internacional contra el Trabajo Infantil, dispuesto por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el 2002. Su objetivo es sensibilizar, concientizar y comprometer a los estados de todo el mundo a desarrollar acciones que disminuyan y tiendan a erradicar la problemática. Además buscan redoblar los esfuerzos en sectores públicos y privados de cada país del mundo.
Según datos relevados por la OIT, la región donde es más común el trabajo infantil es el continente africano con un 19,6% de niños y niñas que sufren dicha problemática en algún área determinada. Por detrás de África, se ubican: Asia (7,4%), América (5,3%), Europa y Asia Central (4,1%). Por último, aparecen los países árabes (2,9%).
Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo y Unicef, en todo el mundo hay 160 millones de niños y niñas que son víctimas de trabajo y explotación infantil. Pero el dato se recrudece: 79 millones -es decir, casi la mitad de la cifra mencionada- sufre alguna de las peores formas de trabajo infantil como la esclavitud, trata o reclutamiento forzoso para conflictos armados. Si bien había una disminución progresiva e ininterrumpida hasta 2016, se observa un aumento: de 152 a 160 millones, principalmente en niños y niñas de entre 5 y 11 años.
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Es importante destacar que el trabajo infantil existe en casi todos los sectores, sin embargo -según indica la OIT- 7 de cada 10 niños y niñas trabajan en agricultura, ganadería y pesca. A los mencionados, le siguen: el sector servicios (31,4 millones) y el sector industrial (16,5 millones). "En 2017, Amnistía Internacional denunció cómo grandes marcas de aparatos electrónicos, como teléfonos móviles u ordenadores, y empresas de automóviles eléctricos no hacían comprobaciones para asegurar que no se utiliza cobalto extraído con mano de obra infantil en sus productos", expresa dicha ONG.
¿Qué es el trabajo infantil?
La OIT lo define como todo trabajo que priva a los niños y niñas de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. Hablamos, por tanto, de una vulneración de los derechos de los niños y niñas. A su vez, se refiere a cualquier trabajo que es físico, mental, social o moralmente perjudicial o dañino para el/la menor; e interfiere en su escolarización, privándole de la oportunidad de ir a la escuela, obligándole a abandonar prematuramente las aulas o exigiendo que intente combinar la asistencia a la escuela con largas jornadas de trabajo pesado.
Cabe señalar que la edad a partir de la cual niños y niñas deberían empezar a trabajar es variable según la OIT. En ningún caso deben hacerlo si son menores de 12 años, y a partir de ese límite depende de varias variables: si el trabajo supone o no peligros para su salud y el nivel de desarrollo del país.
Según remarca Amnistía Internacional, el trabajo infantil no incluye actividades como la colaboración en las tareas del hogar, en el negocio familiar fuera del horario escolar o vacaciones. De hecho, se considera que este tipo de actividades pueden ser positivas para su desarrollo personal, siempre que sean adecuadas a su edad y madurez, no afecten de manera negativa a su salud y no interfieran en su educación y desarrollo personal.
La temática de la OIT para el 2024
El objetivo del organismo este año es centrar el 25° aniversario de la adopción del Convenio 182 sobre las peores formas de trabajo infantil y recordar a todas las partes interesadas que deben mejorar su aplicación. "A pesar de los avances significativos en la reducción del trabajo infantil, en los últimos años se ha producido un retroceso en las tendencias mundiales, lo que subraya la imperiosa necesidad de aunar esfuerzos para acelerar las acciones encaminadas a erradicar el trabajo infantil en todas sus manifestaciones", señalan desde Naciones Unidas.
A través de dicho convenio, firmado en 1999, se buscó el compromiso de los Estados Nacionales a erradicar por completo las prácticas laborales de menores que impliquen esclavitud, secuestro, trabajos forzosos, servidumbre, prostitución o actuación pornográfica, utilización de niños para actividades ilícitas y cualquier trabajo que dañe la salud, seguridad y moralidad de los niños. Este fue renovado en 1973, con el objetivo de "renovar el Convenio 138 sobre la edad mínima" para que se eleve progresivamente la edad de admisión al empleo.
En un nuevo Día Mundial contra el Trabajo Infantil, lanzaron un llamamiento en favor de:
- La aplicación real del Convenio núm. 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las peores formas de trabajo infantil.
- El refuerzo de la acción nacional, regional e internacional para poner fin al trabajo infantil en todas sus formas, incluidas las peores, mediante la adopción de políticas nacionales y el tratamiento de las causas profundas, tal como se pide en el Llamamiento a la Acción de Durban 2022.
- La ratificación universal y la aplicación efectiva del Convenio núm. 138 de la OIT sobre la edad mínima, que, junto con la ratificación universal del Convenio núm. 182 lograda en 2020, proporcionaría a todos los niños protección jurídica contra todas las formas de trabajo infantil.