A través del Laboratorio de Cultura y Arte de Google, fundado en 2014 sin fines lucrativos para preservar y acercar el arte a todo el mundo, seis investigadores crearon cuatro propuestas interactivas que utilizan la nueva Inteligencia Artificial de Google para generar imágenes. Estos juegos didácticos acercan la IA al público para poder ayudar a entrenar el ojo y reconocer al arte generado por computadora más fácilmente.
La Inteligencia Artificial es el conjunto de algoritmos programados para imitar la inteligencia de los seres humanos. Utiliza la matemática y la lógica para copiar el razonamiento humano y realizar acciones específicas, como filtrar el correo no deseado, reconocer rostros para desbloquear celulares o, incluso, hacer obras de arte. Desde aquí, el interrogante que se abre es: ¿cómo es que la matemática puede dibujar?
Los algoritmos que se dedican a hacer arte estudian miles de obras y estilos artísticos para poder encontrar patrones en común y así poder generar imágenes nuevas en base a lo aprendido. Esto implica que pueden existir tantos tipos de inteligencias artificiales como géneros artísticos hayan. De esta manera, la IA es capaz de generar obras de todo tipo, como las que se utilizan en estos juegos interactivos de Google.
Entrenar el ojo
Odd One Out, creado por Caroline Buttet y Emmanuel Durgoni,muestra cuatro fotografías, tres creadas por humanos y una por inteligencia artificial, y la propuesta consiste en descubrir cuál es la infiltrada. Este juego es el más sencillo de todos y el que mejor enseña el funcionamiento de estos algoritmos.
Un-Dough!, de Nicolas Barradeau, combina el arte y la geografía para desafiar mentes. Este juego utiliza el estilo de animación stop-motion con plastilina para crear la imagen de un monumento del mundo. Al estilo del ahorcado, el jugador debe adivinar las letras que forman el nombre de este monumento, y por cada acierto la imagen se vuelve cada vez más nítida hasta revelar lo que es.
XYZ TOY, desarrollado por Gael Hugo, es el más difícil de jugar. La IA genera una letra del abecedario utilizando objetos específicos, como pan, plumas o llaves, y el jugador tiene que adivinar la palabra usando de pista la composición de imagen y la cantidad de letras de la palabra.
Finalmente, Haiku Imagined de Lynn Cherny y Christine Surgue es una pausa después de tanto juego. Consiste en elegir un poema y que los usuarios vean con sus propios ojos cómo la IA genera ilustraciones, música y fuentes para acompañar las letras que aparecen en pantalla.
Luces y sombras: la IA como arma de doble filo
“El punto de partida de estos nuevos experimentos fueron las aplicaciones de Google AI Image Generation Research para inspirar el descubrimiento cultural y el aprendizaje a través del juego”, declaró Google en un comunicado.
La compañía tiene su propia división de Inteligencia Artificial desde 2017 para impulsar investigaciones y proyectos que utilicen IA. “Creemos que la IA es una tecnología fundamental y transformadora que brindará beneficios convincentes y útiles a las personas y a la sociedad a través de su capacidad para ayudar, complementar, empoderar e inspirar a las personas en casi todos los campos del esfuerzo humano”, sostiene la empresa a través de su página web.
Sin embargo, muchos dudan de los beneficios de estas nuevas tecnologías. “La IA es un arma de doble filoporque está quitando la posibilidad a varios ilustradores para trabajar de esto.” declaró Néstor Taylor, ilustrador y animador argentino, para la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes. “Creo que la IA puede ser una herramienta, manteniéndolo como herramienta, pero no como algo definitivo que nos reemplace. Porque si te gusta dibujar, dibujá. Si preferís decirle a la Inteligencia Artificial que dibuje por vos entonces ya está, dedicate a otra cosa”.
La capacidad de las IA de generar cualquier tipo de ilustración, también ha puesto en juego otra problemática de los últimos tiempos: las fake news. A través de IA se pueden crear imágenes hiperrealistas que fácilmente pueden ser confundidas con fotografías reales, lo cual se ha presentado como un problema para combatir la desinformación en internet. Si el refrán dice “ver para creer”, estas tecnologías complican el panorama, porque ver ya no es creer.
Por Camila Basso, estudiante de la Licenciatura en Comunicación Social de la UNQ y actualmente participa del Curso de profesionalización en prácticas periodísticas de la Agencia.
Con información de la Agencia de Noticias Científicas
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