¿Alguna vez te imaginaste que un juego de la década del 80′ pueda funcionar en una máquina de 1977 en pleno 2022? ¡Los “Cybercirujas” lo lograron! Se trata de una iniciativa que recicla y recircula computadoras, celulares y otras tecnologías. “Partimos de la base de que la computadora es tuya, no del sistema. Si hay algo que no anda, lo cambiamos y hacemos que nuevamente ande”, explica Nicolás Wolovick, impulsor del proyecto, a la Agencia de Noticias Científicas UNQ y hace que la tecnología parezca mucho más simple.
En 2020, cuando el coronavirus ganaba terreno en el mundo y las personas se confinaron en sus casas, contar con tecnología adecuada se volvió casi vital. Sin embargo, esa no era la realidad de muchos hogares. En este contexto, el profesor de la Universidad de Córdoba, Nicolás Wolovick, y su colega de CABA, Sergio Rondán, se reunieron y pusieron en marcha “Cybercirujas”.
Este proyecto apunta a reciclar y recircular las computadoras en sus dos dimensiones: hardware (componentes físicos) y software (sistema informático). El último sábado de cada mes, los y las cybercirujas de todo el país se reúnen en la Feria Agroecológica que se realiza en la Universidad Nacional de Córdoba para intercambiar componentes.
¿El software también? Sí, también
Si bien parece imposible que el sistema informático pueda renovarse cuando una computadora queda vieja, Wolovick explica que no es así con un ejemplo. “La otra vez nos llegó una computadora que tenía un procesador Pentium 4 y el sistema operativo Windows XP. A esta altura, este Windows ya no sirve porque, por ejemplo, si queres instalar el buscador Firefox, no te deja”, ejemplifica el especialista, y continúa: “En ese punto, entra a jugar el software libre, que tiene una muy buena relación con el hardware obsoleto. A esa máquina vos le buscás una memoria cirujeada, le agregás un giga más de RAM, le instalás un Linux nuevo y, a partir de ahí, podés instalar el Firefox y usarla”.
Wolovick resalta la importancia que tienen los softwares libres puesto que los privados, como es el caso de Windows, no están preparados para durar mucho tiempo y es así como las computadoras quedan obsoletas.
No hace falta ser experto
A las reuniones que se realizan el último sábado de cada mes van personas de todo tipo: informáticas, programadoras, profesores/as de computación y, también, personas que no tienen idea de tecnología. Es que además del intercambio de componentes, los y las cybercirujas se comparten información.
“Nosotros tenemos un conocimiento que no muchos tienen: las máquinas se pueden reparar o se pueden recircular. En ese sentido pienso a ‘cybercirujas’ desde un rol social: no podemos dejar a una persona sin computadora cuando capaz solo tiene que cambiar algo”, manifiesta Wolovick.
Perder el miedo a la tecnología
Si bien las cosas están hechas para que cada vez duren menos y la sociedad tenga que consumir más, la realidad es que es muy difícil que una computadora se rompa y se vuelva completamente inútil. El “cyberciruja” de Córdoba cuenta que uno de los objetivos es que la gente le pierda el miedo a la tecnología: “Buscamos el cambio en la cabeza. Las personas nos tenemos que animar a meter mano y que se pueda reutilizar la máquina. Las cosas son muy estándar y, realmente, tenés que ser demasiado bestia para romper una computadora y que nunca más pueda usarse”.
Una de las cosas más llamativas es que sea posible usar algo del siglo pasado en la actualidad, como es el caso del “retrojuego”. Alguien pensaría que la consola de videojuegos Atari 2600, lanzada al mercado en 1977, ya ha quedado totalmente obsoleta.
Sin embargo, el especialista asegura que hoy en día la misma puede ser conectada a la televisión y se puede jugar hasta un juego de la década del 80. En lugar de que pase a ser basura y contamine el ambiente, la consola puede volver a funcionar como una fuente de diversión.
“La gente está anestesiada con el consumo de hardware y software cada vez más potente, y no se maravilla con todo lo que se puede hacer con una compu de hace veinte años”, manifiesta Wolovick. De hecho, el sistema prepara a la sociedad para eso: si una persona no tiene un celular con sistema operativo Android o se le rompe la computadora, queda prácticamente fuera del sistema “y, a menos que quieras –y puedas– ser un outsider, no se puede vivir así”.
Ante la búsqueda por parte de las grandes corporaciones de que la sociedad consuma continuamente sin pensar, los cybercirujas apuntan a retomar la sensibilidad ante la tecnología. “Reciclemos, recirculemos y seamos dueños de la tecnología que adquirimos”, sentencia Wolovick.
Con información de la Agencia de Noticias Científicas