Durante la mañana, trabajadores de AGTSyP (Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro) realizaron un paro de subte que afectó el servicio en todas las líneas y se extendió hasta el mediodía. Al igual que en otras oportunidades, el reclamo se centró en la reducción de la jornada laboral, con el fin de disminuir el contacto de los trabajadores con el asbesto, un material cancerígeno presente en las formaciones del subte. Sin embargo, el pedido no fue resuelto pese a que ya se han realizado 18 medidas de fuerza, a lo largo del año, por parte de los trabajadores.
Roberto Pianelli, Secretario General de la Asociación Gremial de los Trabajadores del Subte y Premetro, dialogó con El Destape y aseguró: “Nosotros estamos pidiendo que se genere un plan con vigilancia médica para los trabajadores. También pedimos que se agregue un franco a la jornada laboral, con el objetivo de reducir las horas de exposición con el asbesto”.
Por su parte, desde la secretaría de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires afirmaron que el pedido realizado por parte de los metrodelegados, vinculado a reducir la jornada horaria, es “inviable”.
Por su parte, desde la secretaría de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires afirmaron que el pedido realizado por parte de los metrodelegados, vinculado a reducir la jornada horaria, es “inviable”.
En esa misma línea, la empresa concesionaria Emova, que opera el servicio de los subtes hace 2 años, realizó un comunicado en donde detallaron que la reducción de la jornada semanal de 36 a 30 horas resulta “inviable, sin afectar la operación de la red de Subte”.
Desde 2018 se realizan trabajos para retirar el asbesto del subte, pero según afirmó Pianelli, todavía quedan 200 toneladas por retirar de distintas formaciones. Por tal motivo, los metrodelegados plantean la posibilidad de reducir las horas de trabajo, mientras se realiza el proceso de desasbestización.
“Nosotros sabemos que no se puede cerrar el subte, porque viajan miles de personas por día, por eso lo que proponemos es bajar el tiempo de exposición, con un franco más semanal”, detalló Pianelli.
Con relación al contacto con el químico cancerígeno, desde el gobierno porteño aseguran que se llevaron adelante 3.900 estudios de calidad de aire en los espacios de trabajo y que siempre dieron “dentro de los límites establecidos por ley, considerados adecuados para la salud”.
Con relación al contacto con el químico cancerígeno, desde el gobierno porteño aseguran que se llevaron adelante 3.900 estudios de calidad de aire en los espacios de trabajo y que siempre dieron “dentro de los límites establecidos por ley, considerados adecuados para la salud”.
En esa misma línea, desde Emova comunicaron que el ámbito del Subte “cumple con las condiciones exigidas por las normas que regulan la seguridad en el trabajo en base a estándares científicos y técnicos”.
El diálogo entre las partes
Si bien el gobierno porteño y la empresa concesionaria alegan estar abiertas al diálogo, Pianelli aseguró que no mantienen reuniones desde el 27 de marzo, cuando decidieron visibilizar la problemática.
“Hemos pedido 14 veces juntarnos para resolver este conflicto, pero no nos han respondido ninguna de las notas presentadas”, advirtió el gremialista.
Tanto el gobierno porteño, como Emova, aseguraron que se encuentran a disposición para dialogar con los trabajadores y que se los ha convocado, más de una vez, a una mesa de debate.
Por otro lado, la secretaría de Transporte de la Ciudad sostiene que la medida de fuerza estuvo relacionada con los descuentos que sufrieron algunos trabajadores, en las horas no trabajadas, por otras medidas de fuerza.
“La empresa está descontando a los trabajadores las horas en las que no trabajaron, como ocurre con cualquiera que no se presenta a trabajar”, aseguraron. Sin embargo, Pianelli sostiene que el paro no es un tema salarial, “es un tema de salud”.
El conflicto del asbesto
En 2011 y 2012, el entonces jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, compró 36 coches que contenían asbesto, pese a que, según la normativa argentina, no se podía importar productos que estén constituidos por este mineral.
En la actualidad, hay 2.150 trabajadores con vigilancia médica, 86 padecen enfermedades pulmonares, seis tienen cáncer y 3 fallecieron.