"Tuve mi primera vez a los 16 y recién diez años después supe qué era un orgasmo", "él siempre acababa y yo no", "aprendí más rápido a fingir un orgasmo que a saber qué era", "pensaba que gritar era tener un orgasmo", "ahora, hasta que no acabo no se acaba". ¿Escuchaste alguna vez estas frases? ¿Te sentís identificada con alguna? Claro que sí, la brecha orgásmica existe y este Día del Orgasmo femenino nos interpela para descubrir el placer en un mundo donde todavía el mandato machista sigue rigiendo.
La fecha tiene como objetivo concientizar. ¿Por qué es necesario la concientización? Porque mientras un 95 por ciento de los hombres heterosexuales llega al orgasmo, solo el 65 por ciento de las mujeres hetero lo alcanza. En tanto, las lesbianas un 86% y las mujeres bisexuales (66%), según un estudio* sobre la frecuencia de los orgasmos, realizado en diferentes universidades norteamericanas y publicado en Archives of Sexual Behavior en el 2018.
La sexualidad es parte de nuestra salud, pero así como existe la brecha de género en el ámbito laboral, doméstico y social, también existe en el placer. Nos atraviesa nada más ni nada menos que siglos de encuentros sexuales que giraron en torno al placer masculino y bajo la lógica aprendida en películas pornos y el lenguaje patriarcal del "hombre dominante" y "la penetración como una forma de llegar al orgasmo". En este sentido, solo una de cada cinco mujeres logran alcanzarlo por el coito. Una cifra que demuestra que muchas mujeres se acostumbraron al sexo sin placer.
El conocimiento es poder y para poder disfrutar del sexo, saber es el camino. A esa conclusión llegó la periodista especialista en sexualidad, Francesca Gnecchi, en una charla con El Destape. Profundizando en las cifras anteriormente mencionadas, la experta sostiene que la falta de información, educación sexual, el tabú de la mujer sobre el autoplacer hasta el desconocimiento de la propia anatomía son parte del problema.
"Las mujeres heterosexuales no llegan al orgasmo por múltiples factores: la falta de educación sexual, el tabú de la mujer sobre el placer, sobre la masturbación, el autoplacer y autoconocimiento. También la falta de conocimiento de la anatomía. A esto se suma relacionar la sexualidad con la penetración y coito, todos estos son factores que impiden el orgasmo", amplía. En esta línea, Francesca hizo hincapié en la idea de vincular la sexualidad con el coito en las relaciones, principalmente heterosexuales, mientras que en las homosexuales el porcentaje de mujeres que llega al orgasmo es mayor.
En este sentido, la psicóloga Adriana Murcia agregó en diálogo con este medio que puede haber una falta de sensación o anorgasmia por distintos bloqueos que tienen que ver con represiones e inhibiciones diversas. Por ejemplo, haber vivido un abuso sexual en la infancia o adolescencia por un familiar o allegado. Para la profesional, es necesario que las mujeres puedan desentrañar estos temas y tratarlos en terapia.
Hace décadas el placer estaba reservado a los varones y ahora las mujeres buscan ejercer su sexualidad libremente, enmancipadas y desvinculadas de la reproducción
Otro punto clave es la separación del placer con la maternidad y la idea de reproducción. "Hace décadas el placer estaba reservado a los varones y ahora las mujeres buscan ejercer su sexualidad libremente, emancipadas y desvinculadas de la reproducción. Esto ya comenzó con la aparición de los anticonceptivos en el siglo pasado, pero aún hay un camino que recorrer", agregó Murcia sobre las mujeres heterocis.
El clítoris, el órgano del placer
Por dónde pasa el placer es uno de los interrogantes que plantearon las expertas, quienes coincidieron en la importancia del autoconocimiento y la exploración temprana para poder reconocer el goce propio, poder disfrutarlo con autonomía y poder transmitirlo al otro u otra compañero/a de relación sexual. El reconocimiento de las dos zonas erógenas de la mujer son claves a la hora del disfrute.
Murcia profundizó sobre las zonas erógenas y dio el ejemplo de la vagina, que sirve para menstruar y parir, mientras que el clítoris es el órgano que no sirve para ninguna otra función más que para el placer. "El clítoris es el órgano que tiene la mujer exclusivo para el placer y muchas veces el desconocimiento y la falta de reconocimiento de la propia anatomía no permite que muchas mujeres sepan de los derechos del placer: no pueden y no saben pedir lo que necesites para obtener placer", detalló la psicóloga.
La importancia del autoconocimiento y la exploración temprana para poder reconocer el goce propio, poder disfrutarlo con autonomía y poder transmitirlo al otro u otra compañero/a de relación sexual
Según el mismo estudio, la comparación entre las mujeres que tenían orgasmos con menos frecuencia y las mujeres que tenían orgasmos con más frecuencia dio como resultado que estas últimas son más propensas a: recibir más sexo oral, tener una última relación sexual de mayor duración, estar más satisfechas con su relación, pedir lo que quieren en la cama, elogiar a su pareja por algo que hicieron en la cama, llamar o enviar un correo electrónico para bromear acerca de hacer algo sexual, usar lencería sexy, probar nuevas posiciones sexuales, estimulación anal, representar fantasías, incorporar charlas sexys y expresar amor durante el sexo. En este sentido, las mujeres eran más propensas al orgasmo si su último encuentro sexual incluía besos profundos, estimulación genital manual y/o sexo oral además del coito vaginal.
La psicóloga remarcó que existe un gran desconocimiento acerca de la anatomía femenina y sus puntos de placer, sus tiempos y forma correctas de estimulación. En tanto, Francesca sostuvo que hay una presión muy grande para llegar al orgasmo, que debe ser parte del conocimiento y no una carrera.
En esta línea, ambas plantearon los desafíos de seguir explorando y comunicando, aprender más de lo que nos gusta ya que cada una es distinta a la hora de gozar. "Asistir a talleres, aprender, consultar a un sexologo o sexóloga. Empezar a naturalizar el placer y el goce", concluyó Francesca.
*La Encuesta se realizó entre una muestra de más de 52.000 estadounidenses, de los cuales 26.032 eran hombres heterosexuales, 24.102 mujeres heterosexuales, 1.112 mujeres bisexuales, 550 hombres bisexuales, 452 hombres homosexuales y 340 mujeres homosexuales, porcentajes que también revelan información por sí mismos.