La cantidad de accidentes de auto suele aumentar durante la temporada de vacaciones debido al mayor movimiento en las rutas. Viajar en familia implica adoptar medidas estrictas de seguridad en el auto, especialmente al viajar con niños, para garantizar su bienestar.
La importancia del Sistema de Retención Infantil (SRI)
Desde el nacimiento, el uso de un Sistema de Retención Infantil (SRI) es fundamental para proteger a los menores durante los traslados. Los bebés deben viajar en asientos orientados en sentido contrario a la marcha, instalados en el asiento trasero y alejados de airbags activos. Esta disposición protege las zonas más vulnerables, como el cuello y la columna.
Los menores de hasta 3 años pueden continuar en asientos orientados hacia atrás o pasar a modelos que miren hacia adelante, siempre en la parte trasera del vehículo. Desde los 4 hasta los 12 años, se requiere un booster o elevador con cinturón de seguridad ajustado correctamente. Elegir un SRI adecuado implica considerar la altura y el peso del niño, la compatibilidad con el auto y la calidad del asiento.
Los expertos, alertan sobre errores comunes, como instalar mal el SRI, dejar los cinturones flojos o pasar prematuramente al uso de un booster. Además, destaca que los niños menores de 12 años o con una estatura inferior a 150 cm deben evitar los asientos delanteros.
Riesgos de no cumplir con las medidas de seguridad
En un choque a 50 km/h, las fuerzas que actúan sobre el cuerpo pueden ser devastadoras, equivalente a 40 veces el peso del ocupante. Esto puede provocar que un niño sin cinturón sea lanzado hacia adelante, impactando contra otros pasajeros o elementos del auto. Incluso en trayectos cortos, es indispensable que todos los ocupantes estén correctamente sujetos, ya que la improvisación puede tener consecuencias fatales.
Por otro lado, los accidentes menores también representan riesgos para el equipamiento de seguridad. Tras cualquier colisión, se recomienda inspeccionar los sistemas de retención para detectar posibles daños invisibles que puedan comprometer su efectividad.
Qué hacer frente a un accidente
El concepto de la "hora de oro" es clave para aumentar las probabilidades de supervivencia después de un accidente. Este período, que abarca los primeros 60 minutos tras el impacto, es crucial para brindar atención inmediata. Los expertos resaltan que las principales causas de muerte, como la obstrucción de las vías respiratorias o la pérdida de sangre, pueden evitarse con una respuesta adecuada.
Activar la Cadena de Supervivencia es el primer paso, siguiendo el protocolo P.A.S. (Proteger, Alertar, Socorrer). Proteger implica asegurar el área para evitar más riesgos, utilizando señales y evitando mover a los heridos salvo que sea estrictamente necesario. Alertar consiste en contactar a los servicios de emergencia, proporcionando detalles claros sobre la ubicación, los heridos y los riesgos adicionales. Socorrer, finalmente, implica asistir a los heridos en función de los conocimientos de primeros auxilios, priorizando el mantenimiento de las funciones vitales.