La educación, fábrica del futuro: uno de los ejes centrales de cara a las elecciones 2023

Unión por la Patria encontró en la defensa de la educación pública la columna vertebral de su campaña y propone un modelo educativo a nivel nacional que es central para el ascenso social de las futuras generaciones. Qué dicen los otros candidatos a presidente y qué se pone en juego a la hora de repensar el modelo vigente. 

16 de septiembre, 2023 | 19.00

La Campaña electoral entró en etapa de definiciones y con ello se aceleraron los movimientos. Sergio Massa, el candidato a Presidente de Unión por la Patria, puso quinta a fondo y empezó a determinar el ritmo y los temas de la agenda política de cara al 22 de octubre. Los anuncios de medidas a diario, en su rol de ministro de economía, junto con los virajes estratégicos hacia su lado más presidenciable resultan un combo imposible de evadir para la opinión pública y la mirada del votante atento. Massa demuestra liderazgo y  cordura frente al desafío de establecer un imaginario de futuro compartido y la proyección de un modelo de país posible. 

El principal anuncio, luego de la elevación del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, fue la presentación de un nuevo proyecto de ley de financiamiento educativo para el fortalecimiento de la educación pública. “Creemos que la mejor inversión que puede hacer una sociedad es aumentar la inversión en el sistema educativo”, declaró el ministro en el acto de lanzamiento en el CCK donde compartió escenario con su par de educación de Buenos Aires, Jaime Perczyk, y autoridades de diferentes universidades nacionales. No resulta un gesto menor que, mientras resuenan discursos anti estatales, anti científicos, y anti gasto público, Unión por la Patria haya elegido la bandera de la educación pública y gratuita como símbolos de una suerte de restablecimiento social.

El punto central del proyecto de financiamiento educativo, que será enviado al Congreso de la Nación para su pronta aprobación, es el aumento del financiamiento en educación. Para eso establece una inversión en el área del 8 por ciento del PBI. De convertirse en ley, 6,5 puntos serán destinados a nivel inicial, primario, secundario, y educación superior de formación docente, mientras que el 1,5 restando sería dedicado a la educación superior, duplicando los niveles actuales. “La inversión que hace un Estado, una nación, en materia educativa, le permite construir la mayor riqueza que puede tener una sociedad, que es la construcción de capital humano, el valor del talento y el intelecto de su población, que es en definitiva lo que saca adelante a cualquier país”, definió Massa en su disertación.

En términos concretos más inversión significa ampliar la oferta educativa, mejorar la infraestructura y las condiciones edilicias, garantizar el acceso a la tecnología educativa, pensar la educación de forma federal adaptada a las realidades locales, generar un puente con el mundo del trabajo a través de articular las universidades con la demanda formativa de las economías regionales y construir un régimen de carreras más cortas asociadas al proceso de la industrialización con salida laboral. En definitiva se trata de re- pensar el modelo vigente, con sus falencias y virtudes, y poner en marcha un programa integral de políticas públicas que partan del acceso a la educación como el gran ordenador social de un modelo de país de desarrollo industrial y tecnológico. Con esta perspectiva se convoca a todas las jurisdicciones, nación, provincias, y municipios, a comprometerse con la inversión educativa como punto cero de la Argentina futura.

“Se llenaron la boca durante años diciendo que a la pobreza se la combatía con educación. Y ahora resulta que para acceder a la educación quieren cobrar. Están para el psiquiatra aquellos que plantean que a la pobreza la vamos a combatir cobrándole el acceso a lo que los saca de la pobreza, a quienes están en la pobreza”, aseguró Massa apuntando principalmente contra la única propuesta del candidato de la Libertad Avanza en materia de educación que implica recortar el presupuesto lo máximo posible y reemplazar la obligatoriedad por la entrega de "vouchers", es decir transformar el derecho en una mercancía y financiar solamente la demanda.

Desde Juntos por el cambio no les quedó opción que subirse al baile y cuestionar las ideas de Milei. En la oposición todavía cargan en sus hombros con la memoria reciente del gobierno de Mauricio Macri, responsable del deterioro en materia educativa como consecuencia directa de la reducción del gasto público: mientras entre 2003 y 2015 el gasto en educación pasó del 3,4% al 6,1%, entre 2016 y 2019 cayó 1,3 puntos del PBI, cerrando en 4,8% . El recorte afectó importante áreas de la educación como formación docente, infraestructura, innovación, evaluación, conectividad y tecnología, políticas socioeducativas, educación superior y FONID (Fondo Nacional de Incentivo Docente).

En este contexto emergió la figura de Fabio Quetglas, diputado nacional y referente en el área de Patricia Bullrich, quien lleva como caballito de batalla la pelea por la “calidad educativa” pero haciendo hincapié en culpabilizar a los gremios docentes y la necesidad de “limitar el derecho a huelga”. Frente a la imposibilidad de exponer a viva voz el objetivo de "desfinanciar" el área educativa, la tarea principal de la oposición es desacreditar el sistema público y buscar chivos expiatorios que le permitan desviar la conversación hacia los laterales. Una muestra de ello fueron las declaraciones de la precandidata presidencial en el marco del XVI Foro Atlántico "Iberoamérica: Democracia y Libertad" de la Fundación Internacional para la Libertad, cuando aseguró que las universidades argentinas "están vacías" y que "casi la mitad" de los estudiantes son extranjeros. 

“En vez motosierra, decidimos hacer escuelas”

En la provincia de Buenos Aires el gobernador Axel Kicillof y candidato a la reelección también jerarquizó la agenda educativa. Esta semana en el marco del Encuentro de las Juventudes de la Provincia de Buenos Aires en el Microestadio Municipal de Pilar anunció la implementación del Boleto Estudiantil para el nivel terciario, una medida que era una deuda pendiente del Estado con los estudiantes y que ahora beneficiará a más de 273.000 bonaerenses de establecimientos de gestión estatal y privada de terciarios y de centros de formación técnicos, artísticos y docentes.

En PBA el Boleto Universitario gratuito existe desde 2015 cuando la Cámara de Diputados bonaerense lo convirtió en ley para seis millones de estudiantes de Nivel Inicial, Primario y Secundario. Con la ampliación actual, la medida también contemplará la gratuidad para los estudiantes bonaerenses del nivel terciario que asisten a 350 instituciones en localidades del AMBA del interior. Se trata de una decisión política vinculada directamente a la lucha iniciada por los estudiantes durante la “Noche de los Lápices” y fue anunciada en el marco de un nuevo aniversario del 16 de septiembre de 1976.

La gestión de Kicillof en materia educativa es una de las más proliferas de las últimas décadas e implica una inversión sin precedentes. El propio director general de cultura y educación bonaerense, Alberto Sileoni, confirmó que se registró un aumento de 435% de la inversión en infraestructura escolar respecto de 2019 en el marco del Programa de Infraestructura Educativa y la iniciativa Escuelas a la Obra.  Además es de destacar que todos los convenios del Programa están impulsados desde el ministerio en un trabajo mancomunado y de articulación permanente con los municipios, más allá del color político, con el único objetivo de garantizar el derecho a la educación.

Las cifras son contundentes: desde el inicio de su gobierno Kicillof lleva inaugurados 180 nuevos edificios escolares, 50 centros universitarios en el interior, 870 nuevas aulas y 6100 obras de infraestructura para los diferentes niveles educativos. A esto se suma la decisión de reestablecer el programa Conectar Igualdad, suspendido durante el macrismo, y garantizar el acceso a internet en 4 mil instituciones que en 2019 no tenían conectividad. A partir de esta medida conjunta entre la jefatura de gabinete y la Dirección General de Cultura y Educación, en total para fines de 2023 se habrán entregado 168 mil netbooks a alumnos y alumnas del último año del secundario de los 135 municipios bonaerenses.

“Nosotros, en vez motosierra, en vez de dinamita, decidimos hacer escuelas, hacer aulas, poner pizarrones, poner centros de salud, poner jardín de infantes, primarias secundarias. De eso tenemos que llenar la provincia”, dijo Kicillof el último martes en el acto de inauguración de un polo educativo en la localidad de Ministro Rivadavia. La política actual contrasta con la desidia y el abandono de las escuelas sufrido durante la gestión de María Eugenia Vidal que terminó, entre otras cosas, con la trágica muerte de Rubén Rodríguez y Sandra Calamano, trabajadores de la educación víctimas fatales de una explosión por una fuga de gas en una escuela de Moreno que hacía meses que venía denunciando a la gobernación.

Qué se esconde detrás de la frase “Alpargatas sí, libros no”

Frente a imaginarios que intentan generar una imagen salvaje, irracional o inculta del peronismo, con lugares comunes como “alpargatas sí, libros no”, “el peronismo quiere y necesita un pueblo sin educación”, “populismo educativo”, o la inolvidable frase del expresidente “¿Qué es esto de universidades por todos lados? Basta de esta locura", lo cierto es que ha sido el movimiento que más ha hecho para que la cultura y la educación lleguen a todos los habitantes del país.

La historia lo demuestra en acontecimientos como la sanción de la ley Simini en 1946, que establece la obligatoriedad del jardín de infantes; la creación del Ministerio de Educación en 1949; la Universidad Obrera Nacional en  1948; la Escuela Superior de Bellas Artes en Córdoba, en 1948; la puesta en marcha de la Ciudad Universitaria; la creación de más de mil jardines de infantes o más de ocho mil en toda la Argentina; las 298 escuelas técnicas; las escuelas de policlínicos, para brindar educación a niños y jóvenes que estuvieran atravesando enfermedades; y las nocturnas, destinadas a adultos analfabetos.

El primer paso para lograr una mayor accesibilidad a la educación universitaria y consolidar la movilidad social ascendente fue la supresión de los aranceles. Con esta medida el peronismo quebró una estructura social basada históricamente en los privilegios de clase, y conquistó la llegada masiva de trabajadores, hijos de trabajadores, y mujeres al ámbito académico y profesional. Con el decreto de gratuidad la matrícula de estudiantes que ingresaban a las universidades pasó de 51.272 en 1947 a 143.542 en menos de diez años. Parece paradójico que quienes desde mediados de siglo XX y hasta hoy sostienen un posicionamiento anti intelectual del Peronismo sean los mismos que defienden el arancelamiento de la educación o el recorte en el “gasto”.

Ya en el siglo XXI, durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner entre 2003 y 2015, podemos agregar la puesta en marcha del Programa Nacional para la Inclusión Educativa (PNIE) en 2003; la apertura de nuevas universidades en todo el país; la creación del Instituto Nacional de Formación Docente en 2007; la sanción de la ley 26.075 de financiamiento educativo que cambia el concepto de gasto por el de “inversión educativa”  y define a la educación y al conocimiento como derecho; el plan FINES en 2008; , el Programa Conectar Igualdad en 2010, que garantizó la entrega de más de cinco millones de computadoras en todo el país;  el lanzamiento de las Becas PROGRESAR; y la puesta en marcha de Tecnópolis o Paka Paka,  como dispositivos educativos y culturales para las infancias; entre otras cosas.

Unión por la Patria encontró en la defensa de la educación pública la columna vertebral de su campaña y propone un modelo educativo a nivel nacional que es central para el desarrollo y el ascenso social de las futuras generaciones. El doble movimiento de lanzar el proyecto de forma inesperada y llevarlo inmediatamente al Congreso, con puntos y detalles segmentados para cada nivel, pone a los sectores que históricamente han sostenido campañas difamatorias y han acusado al peronismo de demagogo entre la espada y la pared: ¿se atreverán a votar en contra de mejorar la educación? ¿O será que en realidad lo único que les molesta es el paradigma que pondera a la educación pública y gratuita como el gran movilizador social ascendente de nuestro país?