Empujó, rosqueó y lo logró. En medio de grandes presiones de padres y políticas, el gobernador Omar Perotti consiguió, tras una larga negociación con el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, que vuelvan las clases presenciales a Rosario y San Lorenzo a partir de este lunes en medio de una situación crítica por la ocupación de camas que oscila entre el 95% y el 100% y una alta meseta de contagios. El decreto que regirá hasta el 21 de mayo establece las nuevas medidas para reducir los contagios, habilitando la presencialidad para la escuela primaria y cerrando otras actividades, ya que debió compensar esa nueva circulación con restricciones a otros rubros que ahora salieron a protestar como gimnasios, clubes y gastronómicos.
Finalmente, luego de recibir el visto bueno de Nación, Perotti logró que se modifique la calificación de ambos departamentos, que pasaron de ser zonas de “alarma epidemiológica y sanitaria” a lugares de “alto riesgo epidemiológico y sanitario”. Esto permitió que vuelvan a las aulas en el nivel inicial y primario, pero generó un problema en la alternancia, ya que significó una continuidad para la primera burbuja escolar, a la que le tocaba asistir a partir de este lunes, mientras que los alumnos del segundo grupo pasarán tres semanas sin concurrir a las escuelas. En tanto, el Ministerio de Educación ya dijo que analiza volver "lo antes posible" a la presencialidad en el secundario.
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Sistema al límite
Entre las claves para pensar la habilitación, hay que contar que la región sumó 33 respiradores aportados entre Nación y Pami que ampliaron la capacidad de respuesta del sistema sanitario. Hubo además un refuerzo en varios de los centros que reciben a pacientes que necesitan cuidados intensivos, y un acuerdo con el sector privado que permitió sumar camas críticas. Es decir, uno de los indicadores pudo mejorarse pero el otro, los contagios, es el que sigue preocupando. "Si no llegaban esos respiradores, no empezaban las clases", dijo a El Destape una alta autoridad del Ministerio de Salud.
Pese a que Nación divulgó un informe en el que se afirma que la semana pasada hubo una baja del 11% de los nuevos contagios para Rosario y San Lorenzo, lo cual provocó la reducción de alarma en las dos ciudades, la situación sigue siendo crítica y la tasa muy elevada. El mapa de la provincia indica que hay 14 departamentos en alto riesgo, con una meseta cercana a los 2 mil casos diarios, que la semana pasada trepó algunos días a 2.200 y este lunes se ubicó en 1.300. “Estamos en un momento muy delicado. No llegamos al pico ni por casualidad", comentó la ministra de Salud Sonia Martorano.
El fin de semana dejó a muchas autoridades preocupadas por la ocupación de las camas de terapia intensiva. Los directores de hospitales hicieron malabares en la logística de las derivaciones, y hubo una gran demanda de nuevos ingresos que requirieron ser oxigenados. La ocupación de camas críticas en el sistema público rosarino, que recepciona a pacientes de muchas localidades de la zona, era este lunes del 99% según la Secretaría de Salud Pública municipal, mientras el privado (donde estuvo internado el ex gobernador Miguel Lifschitz hasta su fallecimiento por Covid el último domingo) llegaba al 97% de ocupación. "Se aumentan las camas y enseguida se ocupan", confiaron desde la cartera sanitaria provincial.
Los hospitales siguen muy al límite de sus capacidades. En el Provincial de Rosario están ocupadas las 27 camas críticas de la terapia intensiva y se improvisó una terapia intermedia en la guardia con otras seis camas con respiradores. “El fin de semana tuvimos cinco ambulancias esperando para ingresar pacientes, se sumaron dos baleados y una paciente de 30 años murió por coronavirus" repasó la directora Teresa Ghio, quien apuntó que cuando alguien muere, esa cama es rápidamente ocupada por otro paciente.
Además de la agresividad del virus y la baja de edad de las personas que requieren internaciones a un promedio de 53 años, con muchos jóvenes, otra diferencia es que la tasa de ingreso a las terapias es muy superior a la primera ola. Pero si bien los números están altísimos y la ocupación es casi total, hasta ahora no hubo colapso y todos los pacientes tuvieron garantizada su atención. Sin embargo, es urgente que bajen los casos de forma notoria para sacarle presión al sistema: "Arriba del 80% de ocupación de camas UTI es un nivel crítico. Pero las generales también están al límite y son las que ocupan pacientes que después llegan a terapia. Y los nuevos contagiados son los que llegan primero a generales", explicó a El Destape una fuente ministerial.
Protestas por nuevas restricciones
Para poder retomar la presencialidad en medio de este marco adverso, el gobernador cerró los gimnasios, el entrenamiento en clubes, las canchas de fútbol 5 y los encuentros religiosos en lugares cerrados, sectores que salieron a protestar. En tanto, mantuvo en la gastronomía el horario de cierre a las 19 hasta el viernes próximo, cuando podría extenderse hasta las 23 si la situación epidemiológica mejora. "El viernes se retomaría la apertura con público en horario nocturno a no ser que suceda una catástrofe sanitaria", adelantó a El Destape Alejandro Pastore, secretario de la Asociación Hotelero Gastronómica de Rosario, un rubro muy golpeado por la pandemia.
La decisión sobre los gimnasios también despertó enojos, y aunque el decreto marca la restricción hasta el 21 de mayo, en Rosario los dueños de los gimnasios acatarán la medida esperando una revisión el fin de semana y se movilizarán este miércoles, mientras la Cámara de Gimnasios de Santa Fe decidió desafiar al gobierno y abrió en rebeldía. "Queremos que nos permitan trabajar, estamos abiertos a que nos incluyan nuevas restricciones y a ajustar protocolos, pero manteniendo las puertas abiertas", expresó Luciano Gottig, presidente de la Asociación de Gimnasios de Rosario a El Destape.
La provincia prohibió también todo tipo de entrenamientos en clubes y al aire libre. Con este anuncio quedaron descartados las actividades deportivas, algo que no les había quedado claro a los representantes de las instituciones. "Lo tomamos con sorpresa, pero también entendiendo la realidad sanitaria que estamos viviendo. Sabemos que los clubes no somos ajenos a esta situación, si bien nos toca en un momento complicado, con una merma del 30% de la masa societaria, vamos a acatar la medida", dijo a El Destape Jeremías Salvo, presidente de la Red de Clubes Rosario, quien adelantó que gestionarán ayudas si es que el cierre se prolonga en el tiempo.