Se está reduciendo la brecha de longevidad entre hombres y mujeres

Es lo que surge del análisis de los datos de 194 países realizado por investigadores españoles y británicos; la expectativa de vida aumenta en todo el mundo

18 de enero, 2024 | 23.58

Como es fácil advertir, es más frecuente ver mujeres que transitan la última parte de su vida solas que a la inversa. Resulta casi una verdad de Perogrullo que ellos suelen morirse antes. Pero un análisis  realizado en 194 países con una nueva herramienta estadística revela que en las décadas que van desde 1990 a 2010 la diferencia en longevidad entre hombres y mujeres se fue acortando. El trabajo (https://doi.org/10.1371/journal.pone.0295842), realizado por un equipo internacional de economistas y demógrafos españoles y británicos de las universidades de Alcalá de Henares (Madrid), de Barcelona y de Oxford, y de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, acaba de publicarse en la revista científica PLOS ONE.

Las razones de este fenómeno podrían estar en cambios en los estilos de vida, como el descenso del tabaquismo y del consumo de alcohol entre los hombres, y el ingreso masivo al mercado laboral o la adopción del tabaquismo en el caso de las mujeres.

Fuente: CAEME

La buena noticia es que la humanidad en su conjunto va aumentando su expectativa de vida. La mala, que las diferencias entre países y continentes puede ser abrumadora. Por ejemplo, un individuo nacido en Europa, Japón o los Estados Unidos tiene una esperanza de vida teórica de más de 80 años, mientras que para uno nacido en Guinea-Bisáu o Uganda este indicador es de apenas 60 o menos. 

Los científicos aplicaron la misma herramienta para hacer un pronóstico de lo que podría ocurrir hacia 2030 y sugieren que, si no hay acontecimientos inesperados, estas tendencias continuarán

El estudió clasificó los países en cinco grandes grupos. Los desarrollados (como los europeos, Japón, Australia, Nueva Zelanda) se encuentran en las primeras posiciones seguidos por los que están en vías de desarrollo, como Rusia y China, y algunos emergentes de América Latina. El tercer grupo incluye a la mayoría de los latinoamericanos, Siria y los del sudeste asiático. El cuarto, a la mayor parte de los africanos. Al final de todo están aquellos cuya esperanza de vida es muy corta. Entre estos últimos se encuentran Ruanda, Guinea-Bisáu, Uganda. En 2019, la esperanza de vida en la Argentina se situó en 73,86 años para los hombres y en 80,68 para las mujeres.

Dosier estadístico de personas mayores 2023 (INDEC)

En el primer grupo (los países más desarrollados), la longevidad rondaba en el año 1990 en 72 años para los hombres y 77 para las mujeres; en 2010 se avanzó hasta 78 años para los hombres y 83 para las mujeres; y de acuerdo con las estimaciones de estos investigadores, en 2030 será de 83 y 86, respectivamente. En el lado opuesto de la tabla, la esperanza de vida en el año 1990 era de 44 años para los hombres y 50 para las mujeres; en 2010 avanzaron hasta 57 y 61, respectivamente. Los investigadores calculan que en 2030 los hombres vivirán en esos países alrededor de 61 años y las mujeres, 62.

La reducción de la brecha se atribuye a avances sanitarios y educativos, además de a la reducción de las muertes relacionadas con el tabaquismo y el alcohol, que afectan más a los hombres.

Jesús Adrián Álvarez, actuario especializado en longevidad y miembro del consejo directivo de la Sociedad de Demografía Danesa, le dijo a Science Media Centre (SMC) que "Este estudio proporciona una perspectiva interesante sobre el desarrollo de la desigualdad mundial en términos de longevidad. A pesar de haber ciertas convergencias entre regiones, hay marcadas diferencias entre países. Por ejemplo, los españoles viven en promedio 83 años, mientras que el promedio de Nigeria es solo de 53. (…) Otro punto para resaltar es la comparación entre las estadísticas de hombres y mujeres, donde los autores encuentran que la brecha de longevidad se está reduciendo. Este hallazgo está en línea con investigaciones previas, que lo habían registrado en países con economías de altos ingresos. Las estadísticas señalan que una de las causas principales es el aumento de muertes entre mujeres debido a cánceres y enfermedades respiratorias asociadas con el consumo de tabaco, lo cual se traduce en mayores pérdidas en esperanza de vida”. 

Según informó a la Deutsche Welle David Atance, primer autor del estudio, el proceso que siguen todos los países para mejorar sus cifras es casi siempre el mismo: primero se reduce la mortalidad infantil; después se mejora la calidad de vida en la edad adulta gracias sobre todo a los avances médicos, y finalmente se introducen medidas que mejoran y alargan el envejecimiento.

Y aunque la brecha entre hombres y mujeres se va reduciendo, Atance destacó que ese indicador "nunca llegará a igualarse, porque la ciencia muestra que hay diferencias físicas y fisiológicas entre ambos, y algunas hacen que el hombre sea más propenso a padecer algunas enfermedades".

Atance y su equipo midieron nueve indicadores que les permitieron agrupar países con resultados similares. Excluyendo a los desarrollados, que pertenecen al grupo de mejores resultados, el resto tienden a compartir indicadores por continentes. El nivel económico y educativo, las guerras, y la fortaleza y equidad del sistema sanitario son algunos de los factores que inciden en la longevidad

¿Por qué viven más las mujeres?

En una nota para OurWorldinData.org, el español Esteban Ortiz Ospina destaca que no siempre las mujeres vivieron más que los hombres. “Sabemos que al menos parte de la razón por la cual las mujeres viven más que los hombres hoy día, pero no en el pasado, tiene que ver con el hecho de que cambiaron ciertos factores claves no biológicos. ¿Cuáles son estos factores cambiantes? Algunos son bien conocidos y relativamente sencillos, como el hecho de que los hombres fumaban más que las mujeres. Otros son más complicados. Por ejemplo, las evidencias indican que en los países ricos la ventaja femenina aumentó en parte porque las enfermedades infecciosas solían afectar a las mujeres de manera desproporcionada hace un siglo, por lo que los avances en medicina que redujeron la carga de salud a largo plazo de las enfermedades infecciosas, especialmente para las sobrevivientes, terminaron por elevar la longevidad de las mujeres”.

Expectativa de vida, hombres vs. mujeres, 2021

Otro factor es que en la mayoría de los países, la mortalidad infantil es mayor entre los chicos que entre las chicas. En los países pobres, donde este indicador es alto, impulsa las diferencias en la esperanza de vida. Pero en los países ricos, donde mueren menos niños y las diferencias en mortalidad infantil son muy pequeñas, la desventaja masculina no permite explicarlas en su totalidad.

De manera similar, la mortalidad materna en países ricos solía ser muy alta, y disminuyó drásticamente a lo largo del siglo XX.

Sin embargo, diferencias cromosómicas y hormonales harían que alguna brecha de longevidad persista. “Por ejemplo, los hombres tienden a tener más grasa alrededor de los órganos (‘grasa visceral’) mientras que las mujeres tienden a tenerla debajo de la piel (‘subcutánea’) –escribe Ortiz Ospina–. Esta diferencia está determinada tanto por el estrógeno, como por la presencia del segundo cromosoma X, y es importante para la longevidad porque la grasa que rodea los órganos predice la enfermedad cardiovascular. Pero la biología solo puede ser una parte de la historia; de lo contrario, no veríamos diferencias tan grandes entre los países y el tiempo. ¿Qué más podría estar pasando? No tenemos una respuesta definitiva, aunque sí algunas pistas. Por ejemplo, sabemos que los cambios en los hábitos de fumar afectaban los patrones de mortalidad. Y sabemos que los avances médicos también incidieron de modo diferente para hombres y mujeres (…) En la mayoría de los países, para todas las causas primarias de muerte, las tasas de mortalidad son más altas para los hombres. Datos más detallados muestran que esto es cierto en todas las edades, pero aunque las mujeres tienen tasas de mortalidad más bajas a lo largo de su vida, también suelen tener tasas más altas de enfermedades físicas, más días de incapacidad, más visitas al médico y hospitalizaciones. Parece que las mujeres no viven más que los hombres solo porque envejecen más lentamente, sino también porque son más robustas cuando se enferman a cualquier edad”.