Rosario: la crisis del transporte se agrava por la falta de presupuesto nacional

Los subsidios, que pagan la mitad de los salarios de los choferes, se terminarán a mitad de año. Las malas frecuencias de un sistema en emergencia exponen a los vecinos a la inseguridad.

21 de enero, 2022 | 19.42

A la crisis del transporte de Rosario, Santa Fe, que ya está desatando una catarata de denuncias por la inseguridad que generan las malas frecuencias y los cambios de recorridos de las líneas tras un recorte de emergencia, ahora se le agrega que la falta de sanción del presupuesto nacional y provincial hacen peligrar los fondos que van a subsidios, que sólo alcanzarían hasta mitad de año.

El transporte en la ciudad viene en crisis desde el 2020, cuando el municipio decidió una "adecuación" por la pandemia que fusionó líneas, y barrios enteros se quedaron sin el servicio público en una decisión política que buscó garantizar la sostenibilidad financiera del sistema. Paralelamente, hubo 100 días de paro de choferes por falta de llegada de fondos de Nación, que sirven para pagar más del 50% de cada sueldo. Ese año, también con un presupuesto reconducido, presentaron demoras en el servicio y el gremio UTA lanzó una estrategia de lucha feroz, que podría repetirse este 2022 si se vuelve a atrasar el pago de salarios.

Ahora, a la situación de menor demanda por la tercera ola, se le suma que hay entre un 15 y 20% de choferes contagiados, más los que se fueron e vacaciones, por lo que el sistema está lleno de huecos. A veces la gente espera hasta 60 y 90 minutos en la parada, expuesta a los robos.

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Con bronca y sensación de desamparo por parte del Estado, desde diversas vecinales reclaman por la baja frecuencia del transporte público, sobre todo en horario nocturno. La situación se combina con una ausencia casi total de presencia policial en las calles, por lo que tomar un coche se ha transformado cuando cae el sol en una peligrosa aventura.

Inseguridad

Las quejas más habituales de los vecinos son por malas frecuencias y "viajar como ganado", y el pedido más escuchado fue el de que todas las líneas vuelvan a sus recorridos anteriores, abandonando la fusión de emergencia dispuesta por el municipio. Una denuncia reiterada es que la app Cuándo Llega muestra que está por pasar el colectivo, pero nunca arriba.

Germán Gago, de la vecinal 22 De Julio de la zona sur, contó que vienen teniendo problemas con los colectivos desde que comenzó la adecuación. "No se está cumpliendo ninguna promesa de esperas de 15 minutos, que se extienden hasta 50 y 60 minutos, según el horario, y no hay colectivos nocturnos de 23 a 1 de la mañana", denunció.

En el extremo norte de la ciudad, Eduardo Brizuela, presidente de la vecinal Fontanarrosa, dijo recibir constantes reclamos por la baja frecuencia de la única línea que pasa por el barrio, "lo que hace que la persona que espera en una parada se convierta en presa fácil para los oportunistas amigos de lo ajeno, arrebatadores o algún peligro mayor". La frecuencia habitual es de 25 a 30 minutos, pero en este tiempo se estiró a 60 o 90 minutos. 

Ximena Aleman de la macrocéntrica vecinal Maradona, admitió que "hay un enojo generalizado, porque aunque prometieron que cuando termine la pandemia iba a volver atrás la fusión, el usuario tiene que caminar entre 4 a 6 cuadras en una ciudad tomada por la violencia", y relató que los vecinos no salen a la calle a tirar la basura de noche, ya nadie se sienta en la vereda, y en determinados horarios como las 6, 14 o 22 "no hay un alma" y están expuestos a la inseguridad.

Desde la Secretaría de Movilidad argumentan que la demanda actual muestra una merma respecto de veranos anteriores, y llega al 55 por ciento de pasajeros de un enero prepandemia. Las explicaciones son que hay mucha población positiva haciendo cuarentena, o que tomó vacaciones en enero y antes lo hacía en otro mes del año. Pero nada se dijo sobre aumentar la cantidad de coches en la calle ante las quejas de la ciudadanía.

Subsidios

El futuro cercano es muy complejo porque van a faltar fondos en pocos meses y eso hará caer el sistema según funcionarios provinciales y nacionales. El secretario de Transporte de la Nación, Diego Giuliano, adelantó que los subsidios para el transporte de pasajeros del interior del país están confirmados aproximadamente hasta mediados de año producto del rechazo al Presupuesto nacional. 

Según Giuliano, lo que estipulaba el dictamen rechazado por la oposición era un aumento del 70% a los subsidios para el interior, que significan unos 46 mil millones de pesos. "Hemos triplicado el subsidio al interior. Los mismos que rechazaron el Presupuesto son los que habían llevado a casi cero esos subsidios que fue lo que nos encontramos cuando asumió Alberto Fernández", subrayó el rosarino. 

Hoy, con un presupuesto reconducido, los subsidios para el interior son de 20 mil millones, más un aporte extraordinario de 8 mil millones gestionado por Transporte. "Así arrancamos. Vamos a tener que consumir ese fondo y luego de eso volver a discutir reasignación de partidas", manifestó.

Boleto

Pero además de la falta de presupuesto nacional, también complica la prestación del servicio al poner en peligro el pago sueldos a los choferes la decisión de aplazar hasta febrero la discusión de la ley de leyes provincial. El rechazo opositor hizo que también el gobierno de Omar Perotti tenga que iniciar el año prorrogando los gastos planificados para el año anterior.

El secretario de Transporte santafesino, Osvaldo Miatello, dijo que “en ambos casos se contemplaban aumentos de subsidios por encima de la inflación" y sumó: "Eso daba previsibilidad para saber qué íbamos a tener durante todo el año y poder realizar convenios para que el dinero llegue en tiempo y forma”. 

"Esa suma era necesaria para ir siguiendo los procesos inflacionarios y seguir las paritarias de los choferes. Ahora hay que encontrar una solución, pero no lo veo por el lado tarifario”, aclaró. "En estos días se cobra la última cuota de Nación de diciembre del año pasado, con lo cual este mes no deberíamos tener problemas, para el mes que viene no sé”, alertó.

El boleto está 49,50 en Rosario, un abismo respecto de las bajas tarifas que se pagan en el AMBA. El intendente Pablo Javkin tiene potestad para subirlo cada tres meses, producto de un superpoder que le dio el Concejo en el contexto de crisis. El año pasado lo subió en febrero y en julio, por lo que debe ser inminente otra suba. Pero nada se sabe aún sobre el nuevo precio, que se suele filtrar una semana antes para tantear los ánimos de la población antes de hacer el anuncio.