En San Juan, nadie sabía lo que estos tres niños habían padecido hasta hace pocos días, cuando el escalofriante caso archivado salió a la luz. La abuela de los niños rompió el silencio, cansada de que la Justicia (en su viejo sistema) no actúe convenientemente y acelere el llamado a Cámara Gesell del niño que peor la pasó, el mayor de los tres hermanitos. El testimonio de ese niño puede dar luz al camino de justicia que tanto esperan.
Lo que ocurre es que, en 2019, cuando todo comenzó, él no pudo hablar y contar lo que verdaderamente estaba ocurriendo en su casa, en las noches, en su vida. Ahora quiere contar todo y eso podría costarle la libertad al tío (quien fue acusado por abuso sexual gravemente ultrajante agravado, pero si causa cayó por la falta del testimonio del menor) y a su madre por complicidad y por los maltratos hacia sus hijos.
Cuando la causa se inició, el juez dictó el pedido de rescate para los tres menores, que en ese momento tenían 5, 8 y 11 años. Entonces, la Dirección de la Niñez comenzó a trabajar en la relación entre la madre y los hijos, pero no advirtió nada raro, porque los niños no querían hablar. “Pobrecitos, ellos dijeron que estaban bien con la madre, porque ella en el camino los había amenazado”, relató la abuela.
El día que M (así llamaremos a la abuela de los nenes) conoció la verdad de lo que estaba ocurriendo, lo primero que hizo fue agarrar el teléfono para pedirle explicaciones a la madre. “No puede ser, mi hermano será todo lo que sea, pero no es ningún violador”, esa habría sido la respuesta que la mujer le dio a su exsuegra. “Dijo que los niños hablaban cualquier cosa para que ella les hiciera caso. Él (la víctima mayor) me había dicho lo que pasaba, porque lo encontré llorando. Le pregunté qué pasaba y me dijo: se me ha metido a la cama y ha tenido “eso” conmigo. Me ha hecho mucho daño por eso no quiero volver”, reveló.
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Los abusos no sólo eran de tipo sexual. También había maltratos y torturas. “Todo lo que se puedan imaginar les han hecho, a los niños. Los mandaba a la pieza para dejarlos encerrados. A la nena más chica le decía: pendeja puta, por qué no te morís. No sé para qué naciste. Al nene del medio, sólo lo insultaba y lo golpeaba. Los encerraba en la habitación una semana, para que se mueran de hambre y de sed. Los hermanos de ella les pasaban tortitas y un vaso de agua a escondidas. Esto no lo digo yo, ellos lo dijeron en Cámara Gesell”.
La relación que la madre tenía con sus hijos se volvió cada vez más violenta cuando se enteró que la exsuegra había denunciado a su hermano por violación. “Les hacía sólo sémola hervida, un solo saquito de té para los tres, en agua caliente y un poco de pan. Eso les daba de comer, cobrando un sueldo por ellos, porque ella cobraba la asignación. Ellos no tomaban leche. En vez de uñas tiene un cartílago porque están sin calcio; los dientes se les caían solos”, lamenta la abuela, quien hoy se hace cargo de los chicos.
En un escalofriante relato, la mujer reveló que el más maltratado siempre fue el niño mayor, quien cumplió hace poco 14 años. “Le pegaba mucho en la cabeza y le decía que era un discapacitado, porque tiene un retraso madurativo leve”, contó.
Otra de las insoportables torturas que tuvo que soportar la pobre criatura sucedió un día que hicieron asado. Al mayor lo ataron de un árbol ubicado en el patio de la casa y le pasaron la carne por la cara: “Mirá hijo de p. lo que te estás perdiendo. Por buchón no vas a comer nada”, le decían, y lo dejaban sin probar bocado”.
De todos estos atropellos y vejámenes hay testigos. Están los que hablaron y hablarán, pero también los que vieron y tienen miedo de involucrarse. “La vecina de ellos me dijo: cómo voy a hablar, dónde me voy después; sí cuando yo hable me van a quemar la casa”, contó M.
La causa está por ser revisada por la Justicia con demoras y sin respuestas rápidas. A la espera del llamado a Cámara Gesell del mayor, la abuela espera cárcel para la madre de los niños y para el tío abusador.
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Por qué la causa no se mueve
Este expediente que inició la abuela de las víctimas, bajo la representación legal del abogado Benjamín Balmaceda, cayó en un juzgado que tenía el sistema judicial escrito, previo al Sistema Oral Acusatorio actual. Entonces, los tiempos eran demasiado lentos. Por eso, desde que se inicia la causa hasta que ocurre el primer llamado a Cámara Gesell de los dos más chicos, pasan varios meses.
Luego, llegó el Sistema Acusatorio, en el cual se abrieron nuevos juzgados orales y, para dejar lentamente atrás el sistema viejo, muchas de las viejas oficinas judiciales se cerraron. Las causas inconclusas de esos juzgados fueron captadas por la Unidad Conclusiva. En este momento, este expediente está allí y espera por determinaciones claras y urgentes.