La justicia de San Juan esclareció un caso aberrante ocurrido en 2019 que tuvo a la provincia en vilo por varios días. Lo que comenzó siendo un supuesto rapto de tres menores (dos gemelas de 8 y otra nena de 6 años) terminó por destapar una realidad abrumadora. Un hombre llevaba cada fin de semana a las tres niñas para abusarlas sexualmente con el consentimiento de la madre.
Por esta razón, Mario Alberto Ortíz (44), apodado “el Chingolo” acordó una condena de 17 años de prisión por abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante y reiterado, en un juicio abreviado que tuvo su cierra a última hora del miércoles en los tribunales. La madre de las nenas, M.P. recibió una condena de 11 años por encubrimiento, aunque en un primer momento había querido zafar simulando ser víctima de la situación.
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El caso se develó por el llamado de una vecina que contó lo que estaba ocurriendo, luego de que su hija menor le revelara la charla que había tenido con su amiguita, una de las víctimas. La mujer, desesperada, llamó a la Policía y pidió ayuda por lo que había descubierto. Un hombre, apodado “el chingolo” llevaba a las niñas en una camioneta para abusarlas sexualmente cada fin de semana.
Las niñas fueron vistas por última vez antes de la denuncia al 911, subiendo a una camioneta con el Chingolo y la policía comenzó una búsqueda incansable, hasta que las encontraron 17 horas después, vagando por la zona. El sujeto las había tenido cautivas y cuando se enteró que la policía las buscaba, las dejó ir, abandonándolas a varias cuadras de su vivienda.
La madre de las nenas encabezó la búsqueda y estuvo presente en los programas de televisión expresando su desconcierto, ya que el Chingolo era un “amigo de la familia” y que no quería hacerles daño a las nenas. Luego, cuando la policía lo detuvo, cambió su postura contra el chingolo y se manifestó indignada, pero siempre ajena a la situación.
Sin embargo, la Fiscalía no creyó en su palabra, porque había elementos que apuntaban a su culpabilidad. Así fue como, un año después del hecho, pudo imputarla por complicidad, al encontrar pruebas que la delataban como partícipe del aberrante hecho.
Una vez presa, decidió afrontar su responsabilidad y aceptó la culpa en un juicio abreviado que se debatió en los tribunales sanjuaninos. Además, le endilgaron el delito de exhibiciones obscenas, confirmando que la mujer mantenía relaciones sexuales con otros hombres delante de las nenas. Como resultado recibió una condena de 11 años de prisión en el Servicio Penitenciario Provincial.
El hecho
Cuando en 2019 el caso salió a la luz, hubo conmoción en la provincia sanjuanina. Lo que parecía un rapto fue acordado por dinero entre dos personas: el sujeto violador y la madre de las tres niñas víctimas.
El sujeto había vivido un tiempo en esa casa, por lo cual la justicia cree que los abusos fueron sistemáticos desde hace varios tiempos atrás. Cuando se develó que él las buscaba para abusarlas en su rancho, Chingolo dijo que “las quería mucho” y que se las llevaba para que “vacacionaran” con él, ya que él era como de la familia.
La madre, sólo dijo que “no podía creer” lo que él había hecho y que se las entregaba “de buena fe”, por la confianza que tenían, creyendo que las nenas iban a divertirse al rancho del hecho, en buenos términos.