El Ministerio de Salud reportó este domingo un caso con "síntomas compatibles con viruela de mono" en Argentina y encendió las alarmas sobre la viruela, enfermedad erradicada en todo el mundo en 1980, cuando todos los países fue oficialmente declarados libre del virus, un hito que nunca más se logró alcanzar.
La viruela del mono, en tanto, es una enfermedad poco frecuente que se detectó por siglos a habitantes de África y ahora comenzó a circular en varios países del mundo, incluidos Estados Unidos, Canadá y varias naciones de Europa. Está infección no tiene vacuna pero las personas inmunizadas contra la erradicada viruela están protegidos durante décadas y esta se extiende a la viruela símica. Esto es porque esta última pertenece al género Orthopoxvirus, al que también pertenece la viruela (Variola virus). Por lo tanto, ambas son muy similares.
La viruela del mono no tiene vacuna pero las personas inmunizadas contra la erradicada viruela están protegidos durante décadas y esta se extiende a la viruela símica
Un informe en Inglaterra durante un brote a principios del siglo XX demostró que el 93% de los mayores de 50 años vacunados en la infancia evitaron cuadros graves y la muerte por la enfermedad, mientras que, la mitad de los contagiados de esa edad sin vacunar falleció.
“Encontramos que el 90% de los voluntarios vacunados entre 25 y 75 años atrás todavía tenían una inmunidad humoral [de anticuerpos] y celular [de linfocitos T], o ambas, contra el virus de la viruela”, detallaban los investigadores de un trabajo publicado en Nature Medicine en 2003. Un estudio observacional realizado en Zaire (hoy República Democrática del Congo) entre 1980 y 1984 ya demostraba que la protección era de un 85%.
Vacunación contra la viruela en la Argentina
La vacuna contra la viruela llegó a Buenos Aires el 5 de Julio de 1805 por iniciativa del Virrey Marqués de Sobremonte, quien fundó el primer Conservatorio de Vacuna, bajo la dirección del Canónico Dr. Saturnino Segurola. En tanto, su aplicación comenzó el 20 de julio de 1805 en Buenos Aires. Juan Manuel de Rosas, por entonces comandante de milicias de Buenos Aires, fue quien influyó en la aceptación de la práctica, tanto en la población hispano-criolla como en comunidades originarias.
Finalmente, luego de 173 años, la enfermedad se consideró erradicada formalmente en 1978, cuando se suspendió la vacunación antivariólica.
A nivel mundial, el 8 de mayo de 1980, la OMS declaró al planeta oficialmente libre de viruela, un hito que nunca más se logró alcanzar con otra enfermedad. En este marco, Sudamérica se declaró libre de la viruela en 1971; Asia en 1975 y África en 1977.