Aunque suenen a protagonistas de una película de ficción, las “superbacterias” son reales. Se trata de bacterias resistentes a los antibióticos disponibles, aspecto que dificulta su tratamiento. De hecho, en el presente, dicha facilidad para escapar a la respuesta de los antibióticos las convierten en uno de los principales problemas de salud pública a nivel global. En un artículo publicado en la revista Nature Communications, un grupo de investigadores de Barcelona y Salamanca exploraron cómo y dónde se daban las mutaciones que resultaban en la resistencia. Encontraron que aparecían en una parte de la célula bacteriana conocida como ribosoma; el sitio donde, por ejemplo, se producen las proteínas necesarias para llevar adelante todos los procesos metabólicos. Desde la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ te contamos estas nuevos aportes y exploramos cuáles son sus implicancias.
Los ribosomas están formados por proteínas y un tipo particular de ARN ribosomal o ARNr. La producción de proteínas es posible porque el ribosoma traduce la información que da otro tipo de ARN: el mensajero o ARNm. Los antibióticos impiden que se traduzca la información del ARNm o evitan que actué el ARNr. Esta es la acción, por ejemplo, de la estreptomicina, la neomicina y la kanamicina, antibióticos de amplio espectro que se utilizan hace más de cincuenta años y su eficacia está amenazada.
En el trabajo publicado en Nature, los investigadores españoles expusieron a varios cultivos de una bacteria muy conocida como es la Escherichia coli (que usualmente provoca diarreas) a los antibióticos que impedían la síntesis proteica y luego estudiaron las moléculas de ARNm y ARNr. Si bien no encontraron cambios apreciables en el ARNm, estos si aparecían en el ARNr y eran específicos para cada antibiótico. Según los especialistas, las modificaciones del ARNr son rápidas y proponen que estudiarlas puede dar respuestas a combatir las resistencias bacterianas.
Para poder llegar a este resultado, los investigadores españoles utilizaron técnicas de secuenciación rápida realizadas mediante nanoporos. Este innovador método utiliza poros muy pequeños por donde puede pasar una hebra de ARN y, por como interacciona con la corriente eléctrica que se aplica en ese pequeño hueco, se puede determinar la secuencia de la macromolécula. Luego, los científicos utilizaron algoritmos para realizar comparaciones con las bases de datos existentes. A este conjunto de metodologías lo llamaron NanoConsensus.
La secuenciación de ARN por nanoporos es la indicada para capturar cambios rápidos provocados por señales ambientales como, en el caso de las bacterias, la presencia de antibióticos. La técnica de secuenciación es la más sensible desarrollada hasta el presente.
La resistencia a antibióticos es la responsable, al menos, de un millón de muertes al año en el mundo y se prevé que 39 millones de personas también perderán su vida de aquí a 2050 debido a la misma causa. Según los investigadores que llevaron adelante el trabajo, si en el mediano plazo se logra profundizar en las causas de las modificaciones, podría alcanzarse una manera de evitarlas y así salvar millones de vidas.
Con información de la Agencia de Noticias Científicas