La bronquiolitis es una infección respiratoria aguda que ocurre con mayor frecuencia en los meses de otoño-invierno y que afecta principalmente a niños y niñas menores de 1 año. Según indicó la el ministerio de Salud de la Argentina, puede ser causada por distintos virus y entre ellos el más común es el Virus Sincicial Respiratorio (VSR).
Un cuadro de bronquiolitis afecta las vías aéreas pequeñas (esto supone la inflamación de los bronquiolos) y provoca dificultad para respirar, alimentarse y dormir y con manifestación de tos, decaimiento y agitación. No existen, aseguró el ministerio de Salud, tratamientos para el virus, por lo tanto es importante controlar que no afecte el compromiso respiratorio del bebé.
La mayoría de los niños y niñas con bronquiolitis se curan en aproximadamente 2 semanas, En algunos casos pueden quedar con mayor sensibilidad bronquial durante un tiempo y ser propensos a cuadros recurrentes de dificultad respiratoria.
Cuándo sospechar que un bebé tiene bronquiolitis
Si tiene uno o más de estos signos:
- Respiración muy rápida.
- Aletea la nariz.
- Se le hunde el pecho o las costillas al respirar.
- Se queja mientras respira.
- Entrecorta la alimentación o le cuesta prenderse al pecho.
- Esta irritable o le cuesta dormirse.
- Color azulado en la piel, las uñas o los labios debido a la falta de oxígeno (cianosis): en este caso necesita tratamiento urgente.
- Cómo prevenir la bronquiolitis y otras infecciones respiratorias
- Los virus que causan infección respiratoria aguda se transmiten de una persona a otra por el contacto directo entre las manos y superficies contaminadas, y a través de las secreciones nasales o las gotitas de saliva que viajan por el aire cuando una persona enferma habla, estornude o tose.
Las siguientes medidas contribuyen a prevenir las infecciones respiratorias:
- Mantener la lactancia materna.
- Cumplir con el Calendario Nacional de Vacunación.
- No exponer a los niños al humo del cigarrillo ni de braseros o estufas a leña.
- Higienizar frecuentemente, con agua y jabón, los elementos del bebé (chupetes, juguetes) y las superficies donde se lo cambia o donde se preparan sus alimentos.
- Practicar el lavado de manos frecuente, a los niños y a los convivientes, con agua y jabón. Se puede reforzar la higiene con alcohol en gel.
- Ventilar los ambientes de la casa al menos una vez al día.
- Mantener alejados a los bebés de las personas que están resfriadas o tienen tos.
- Si los cuidadores principales tienen alguna infección de las vías respiratorias deben lavarse las manos, especialmente antes de alzar, cambiar o alimentar al bebé. Pueden usar el tapaboca como medida de apoyo, para evitar el contagio por secreciones.
- No se debe colocar tapaboca en los niños menores de 2 años.
- En los niños con más riesgo de bronquiolitis grave (menores de 3 meses, prematuros, con enfermedades crónicas) no está recomendada la asistencia al jardín maternal.