El estado de situación epidemiológica del dengue anticipa un año récord en términos de contagios en gran parte del territorio nacional y preocupa a especialistas por un crecimiento del 700% de los casos sospechosos en la temporada 2022/2023. En el AMBA ya se registra circulación autóctona en diferentes localidades y además se suma la circulación del virus chikungunya que es otra enfermedad transmitida por mosquitos. En la provincia de Buenos Aires, desde el área de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, están impulsando campañas de prevención, al tiempo que se continúa con las tareas de limpieza, descacharramiento y fumigación.
A nivel nacional se registraron 4.828 casos de dengue en todo el país, según el Boletín Epidemiológico Nacional del Ministerio de Salud. Además se produjo la muerte de una persona por la infección en Santa Fe. Según información oficial del Ministerio de Salud bonaerense, hasta el 16 de marzo, se registraron 200 casos autóctonos, es decir que adquirieron la infección en la provincia, mientras que 24 casos provienen de otras provincias o países limítrofes que viajaron a Argentina.
Teresa Varela, directora de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, indica que “los brotes registrados son causados por los serotipos DENV-1 y DENV-2. El primero es el que circuló varios años y acumula más antecedentes de otras épocas; y el segundo ha circulado menos pero está muy presente en otras provincias y sobre todo en países limítrofes”.
Pero además, en esta temporada, se suma la circulación del virus chikungunya, que es otra enfermedad transmitida por mosquitos y agrega complejidad a la situación epidemiológica. Según cifras oficiales a nivel provincial se han registrado alrededor de 70 casos autóctonos y 86 importados, principalmente de Paraguay.
En términos geográficos, los casos de dengue se localizan principalmente en zonas como Berazategui y Lanús, pero también en la zona Oeste, en municipios como La Matanza y 3 de febrero. Mientras que los de Chikungunya se ubican mayormente en Pergamino, Quilmes, Almirante Brown, La Matanza, y Lomas de Zamora. “Todo el AMBA comparte las mismas condiciones epidemiológicas y ambientales, por eso el dengue puede extenderse en el resto de los municipios, y por eso las acciones de prevención y control se llevan a cabo en todos los sitios en riesgo”, explica Varela.
Los síntomas y la prevención del dengue
Ambas son enfermedades virales transmitidas a los humanos a través de la picadura de mosquitos infectados de las especies Aedes aegypti. Según la especialista, coinciden en los síntomas iniciales: dolor de cabeza, fiebre, dolores musculares, dolores en las articulaciones que impiden que la persona pueda manejarse normalmente. No obstante el dengue en su forma grave puede además provocar dolor abdominal persistente, vómitos y hemorragias en la nariz y boca.
“Si estás en un área de circulación es muy importante consultar rápidamente ante cualquier síntoma, mantener una buena hidratación y para bajar la fiebre evitar el uso de aspirinas. Siempre es mejor el paracetamol para bajar la fiebre. Generalmente la enfermedad se atraviesa en su formato corto y leve, sin embargo, hay una pequeña proporción que pueden desarrollar un cuadro más grave y prolongado. Si una persona ya tuvo dengue en otra temporada y vuelve a infectarse, tiene más chances de que la enfermedad se agrave. Recomiendo estar atentos a la aparición de los síntomas cuando empieza a disminuir la fiebre que es en general después de 5 días. Una vez que pasan los signos más agudos pueden aparecer los signos de alarma”, explica la directora. Además, aclara que no existe riesgo si una persona tuvo dengue y se contagia de fiebre chikungunya.
Las políticas de prevención son fundamentales para evitar los contagios y en la provincia de Buenos Aires comienzan con los programas de Descacharrado durante la temporada de invierno, cuando la circulación de mosquitos es menor. Lo principal es propiciar la eliminación de todo los posibles criaderos de mosquitos tanto en las viviendas como en sus peri- domicilios: latas, botellas, trozos de plástico, neumáticos, lonas, baldes, tambores, palanganas, tanques, cisternas, bebederos.
“Este mosquito se caracteriza por vivir muy cerca de las personas y se puede reproducir en cualquier recipiente. La principal medida es tirar todos aquellos recipientes que puedan acumular agua, cambiar el agua de bebederos, lavar las paredes de los recipientes y jarrones que se utilizan, y taparlos si es necesario para evitar que sigan acumulando agua”. Luego, ya durante el verano el trabajo se focaliza en las acciones de preparación de los servicios de salud como principal medida de prevención de la enfermedad.
“Otra tarea importante es el control de los mosquitos con productos como larvicidas biológicos, que son amigables con el medio ambiente. Y en último lugar a partir de las fumigaciones que tienen un efecto limitado porque son productos químicos que se usan para eliminar los mosquitos adultos, es decir que tienen un efecto muy transitorio y no actúan sobre los mosquitos que están creciendo”, explica Varela.
Además de la eliminación de todos los posibles criaderos, para prevenir la enfermedad, se recomienda el uso del repelente, sobre todo en las primeras horas de la mañana y al atardecer que es el horario donde más pican estos mosquitos; usar prendas que cubran la piel, sobre todo tobillos y muñecas; elegir preferentemente ropa clara porque atrae menos; y en caso de presentar síntomas, consultar rápidamente para poder ser evaluados e hidratarse de forma permanente.