Por qué me duele al orinar: las razones detrás y qué hacer

24 de octubre, 2023 | 09.30

Las infecciones de vejiga son las infecciones de vías urinarias (IVUs) más frecuentes.

Según el último Estudio de la Prevalencia de la Infección Nosocomial en España, se presentan en 18.5% de las personas. A partir de los 3 meses de vida y hasta los 50-65 años, las mujeres tienen IVUs con mayor frecuencia que los hombres. Aproximadamente un 20% de las mujeres tendrá una IVU a lo largo de su vida. A partir de los 65 años, la frecuencia aumenta en varones, coincidiendo con padecimientos de próstata

Debido a que son sumamente molestas y pueden complicarse; te contamos lo más relevante de las IVUs para que puedas buscar atención médica adecuada.

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¿Qué es la cistitis?

Tu sistema urinario comprende los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. La función de este sistema es eliminar lo que tu cuerpo no necesita en forma de orina.

Tus riñones se encargan principalmente de producir orina. Tus uréteres son un par de estructuras tubulares que llevan la orina a la vejiga. Tu vejiga almacena la orina. Y tu uretra es el pequeño tubo por donde sale la orina.

La cistitis se refiere a la infección de las vías urinarias bajas, o más específicamente, la vejiga urinaria. Puede clasificarse como complicada o no complicada.

La cistitis no complicada se refiere a una IVU en hombres y mujeres no embarazadas, que por lo demás están sanos. La cistitis complicada se asocia con factores de riesgo que aumentan el peligro de la infección o las posibilidades de fracasar en el tratamiento.

 

Las infecciones de vejiga son la afección más común de las vías urinarias y están causadas por bacterias que invaden la uretra.

 

La cistitis generalmente se desarrolla debido a la colonización de tu uretra por bacterias. Estos patógenos provienen de la flora fecal o vaginal y ascienden por la uretra hasta la vejiga.

¿Cómo se diagnostica?

La sospecha clínica puede ser suficiente para hacer el diagnóstico e iniciar el tratamiento sin confirmación de laboratorio. No obstante, se recomienda realizar un análisis de orina y un cultivo de orina antes de iniciar tratamiento antibiótico.

Las pruebas de laboratorio que te pueden solicitar para diagnosticar infecciones de vejiga son las siguientes.

Tiras reactivas

Las más útiles son aquellas que analizan:

  • Esterasa leucocitaria. Es una enzima producida por los leucocitos (o glóbulos blancos), que sirve para contabilizar estas células.

  • Nitritos. Los nitratos son sales que obtenemos de algunos alimentos. Las bacterias descomponen los nitratos en nitritos, así que una prueba de nitrito positiva sugiere fuertemente IVU.

  • Hemoglobina. La hemoglobina es una molécula adherida a los glóbulos rojos que ayuda a transportar el oxígeno por el cuerpo. Sirve para detectar glóbulos rojos en la orina, o hematuria, causada por bacterias.

Examen general de orina

Es la prueba de laboratorio más importante en el diagnóstico de las infecciones de vejiga. Se analiza:

  • Apariencia visual. Aislada es poco confiable, ya que una orina clara puede estar gravemente infectada y una orina turbia (por ejemplo con proteínas), puede ser estéril.

  • Piuria. Presencia de al menos 10 glóbulos blancos en una muestra de orina, casi siempre está presente en las infecciones de vejiga. La ausencia de piuria es sugestiva de otro diagnóstico.

  • Hematuria. La microhematuria se define como la presencia de más de 3 glóbulos rojos por campo. Los glóbulos rojos en la orina pueden provenir de una enfermedad renal o una infección de vejiga.

Urocultivo

El cultivo de orina permite aislar los microorganismos causantes de la cistitis y realizar el estudio de sensibilidad para dirigir el tratamiento.

Las mujeres con cistitis no complicada, generalmente pueden identificar una IVU correctamente, por lo que no se recomiendan los urocultivos rutinarios. Además, el cultivo es molesto, costoso y la disponibilidad de sus resultados es tardía.

No obstante, los urocultivos están indicados en:

  • Todos los hombres con síntomas de infección de vejiga

  • Mujeres con factores de riesgo para IVUs complicadas.

  • Personas con síntomas atípicos

  • Personas que no responden al tratamiento

  • En caso de reaparición de los síntomas dentro de 2 a 4 semanas.

 

La mayoría de las IVUs están causadas por una bacteria llamada Escherichia coli uropatógena. Y según el Estudio de la Prevalencia de la Infección Nosocomial en España, esta bacteria causa el 70-95% de casos de cistitis.

 

Las infecciones de vejiga están causadas hasta un 95% por una bacteria del tracto gastrointestinal llamada Escherichia coli uropatógena.

 

Las cifras de 105 UFC (unidades formadoras de colonias) por mililitro o más, indican bacteriuria (presencia de bacterias en orina) clínicamente relevante. No obstante, los recuentos de 102 UFC/ml, son indicativos de infección de vejiga.

Sin embargo, la mayoría de los laboratorios clínicos no informan recuentos tan bajos. Por lo tanto, es razonable utilizar un recuento de 103 UFC/ml, en hombres y mujeres sintomáticos.

Causas de la infección de la vejiga en mujeres 

Una publicación de la Universidad de Creighton, analizó la frecuencia de IVU en mujeres. Un tercio de las mujeres habrán tenido un episodio de IVU a los 24 años, y la mitad a los 32 años. 

Las mujeres son particularmente susceptibles a la infección de vejiga. Esto debido a la proximidad de la uretra al recto y a la vagina, así como a la longitud uretral relativamente corta en las mujeres.

 

En las mujeres las infecciones de vejiga son más comunes debido a la longitud corta de la uretra.

 

La uretra femenina mide alrededor de 4cm de longitud versus la uretra masculina, que mide de 25 a 30cm. Otras causas incluyen:

  • Uso de anticonceptivos (espermicidas o diafragmas).

  • Menopausia.

  • Embarazo.

Causas de la infección de la vejiga en hombres

De acuerdo a una publicación de la Universidad de Creighton, la frecuencia de infección de vejiga en los hombres es relativamente baja. Se estima que es menos de 10 casos por año por cada 10,000 hombres menores de 65 años.

Las cistitis son menos comunes en varones debido a la uretra más larga, un ambiente periuretral más seco y las defensas antibacterianas del líquido prostático.

Los síntomas recurrentes o las reinfecciones, la fiebre y el dolor pélvico sugieren prostatitis. La prostatitis es la inflamación de la glándula prostática; y puede estar causada por una infección bacteriana.

En varones jóvenes, se debe descartar la uretritis, una enfermedad de transmisión sexual que afecta la uretra y cursa con disuria y secreción uretral. En varones mayores de 50 años deben descartarse problemas de la próstata, especialmente si presentan IVU recurrente.

Todas las IVUs en varones son consideradas complicadas. Sin embargo, las IVUs no complicadas pueden ocurrir ocasionalmente en hombres entre 15 y 50 años, no circuncidados, con vida sexual activa.

Esto, siempre y cuando no tengan ningún factor de riesgo para IVUs complicadas. Cuando los hombres presentan un primer episodio de cistitis, se debe derivar a un urólogo para garantizar que no haya anomalías estructurales o funcionales.

 

Síntomas de infección de vejiga

Las infecciones de vejiga se caracterizan por la aparición de típica sintomatología irritativa: 

  • Disuria, dolor o dificultad para orinar. 

  • Urgencia, deseo intenso y súbito de orinar, difícil de posponer

  • Tenesmo vesical, sensación persistente de ganas de orinar tras haber finalizado la micción.

  • Polaquiuria, necesidad de orinar con elevada frecuencia, muchas veces acompañado con micciones de bajo volumen.

 

Se suele acompañar de hematuria, dolor pélvico y más infrecuentemente de febrícula (temperatura corporal entre 37.1ºC y 37.9ºC).

En mujeres, la distinción entre cistitis, vaginitis (inflamación de la vagina) y cervicitis (inflamación del cuello del útero) no plantea problemas diagnósticos.

En general, las infecciones del tracto genital cursan con comezón, irritación y flujo vaginal; y la sintomatología se presenta de forma gradual.

La probabilidad de cistitis en mujeres jóvenes que presenten al menos dos síntomas típicos, sin síntomas que sugieran infecciones del tracto genital, es superior al 90%. Esto acorde a la Asociación Americana de Microbiología.

Los hombres con cistitis manifiestan los mismos síntomas que las mujeres, pero en caso de inflamación prostática, puede haber síntomas obstructivos asociados a la IVU, como:

  • Vacilación, dificultad para iniciar a orinar, y retraso al comienzo de la micción.

  • Nicturia, levantarse durante la noche una o más veces por la necesidad de orinar.

  • Flujo urinario débil o intermitente

  • Goteo terminal, el chorro de orina termina en forma de goteo. 

En ancianos, la disuria, urgencia o tenesmo, pueden estar relacionados con la hiperplasia prostática en hombres, o prolapso vesical (descenso de vejiga) en mujeres.

Los síntomas pueden ser sutiles o atípicos en los muy jóvenes y los muy ancianos. En pacientes debilitados; síntomas generales, como cambios en el estado mental, fiebre, escalofríos y caídas están asociados con un diagnóstico presuntivo de IVU.

Factores de riesgo de una infección urinaria


Los factores que aumentan la probabilidad de padecer infecciones de vejiga incluyen:

  • Pertenecer al sexo femenino.

  • IVU previa.

  • Nueva pareja sexual en el último año.

  • Antecedentes familiares de IVU en un pariente femenino de primer grado

  • Sondaje vesical

  • Trasplante renal.

  • Inmunocompromiso (o sistemas inmunes débiles, por ejemplo en personas con diabetes).

  • Urolitiasis (cálculos o piedras en el riñón).

  • Insuficiencia renal (pérdida de la función de los riñones).

  • Cirugía de vías urinarias

  • Anomalía anatómica o funcional del tracto urinario.

 

Cómo tratar la infección de la vejiga

La cistitis se trata con terapia antibiótica; la selección del medicamento debe ser individualizada. Los pacientes que no responden en 48-72 horas al tratamiento, requieren una evaluación adicional.

La recomendación actual es prescribir tratamiento antibiótico empírico, con base en la sintomatología clínica y en la sensibilidad a antibióticos de E. coli. 

El tratamiento de la cistitis suele ser sencillo con uno de varios regímenes antimicrobianos efectivos de corta duración. No obstante, la resistencia antimicrobiana continúa incrementándose y puede complicar el tratamiento.

Los pacientes con patógenos no resistentes, son tratados con uno de los agentes antimicrobianos de primera línea:

  1. Nitrofurantoína. De acuerdo a la Clínica Mayo, este antibiótico no promueve la resistencia bacteriana. Tiene una tasa de curación del 79-92% y puede ser usado de manera segura en ancianos, siempre que la función renal esté preservada.
  2. Trimetoprima/Sulfametoxazol (TMP/SFX). Tiene buena penetración a los tejidos, incluyendo la próstata. La tasa general de curación clínica es 79-100% de acuerdo a un ensayo clínico de la Revista de quimioterapia antimicrobiana.
  3. Fosfomicina. De acuerdo a un ensayo clínico publicado en la revista Terapéutica clínica, tiene una tasa de curación similar a la nitrofurantoína. Además conserva su eficacia contra muchos organismos resistentes a medicamentos.

En pacientes con factores o circunstancias que impiden el uso de los agentes de primera línea, se utilizan los agentes antimicrobianos de segunda línea:

  1. Ciprofloxacino.
  2. Amoxicilina/Ácido clavulánico.
  3. Cefalexina.
  4. Doxiciclina.

Prevención de la infección de vejiga

Existen varias recomendaciones que podés seguir para disminuir el riesgo de padecer infecciones de vejiga.

  • Oriná al término de las relaciones sexuales.

  • Aumentá tu ingesta de líquidos.

  • No retrases de manera rutinaria la micción.

  • Lavate las manos antes de limpiarte y después de orinar.

  • Usá toallitas húmedas para adultos o bebés en lugar de papel higiénico normal.

  • Limpiá solo una vez, de adelante hacia atrás, después de ir al baño.

  • Evitá usar ropa interior ajustada.

  • Evitá las duchas vaginales y desodorantes en spray.

  • Usá un jabón líquido con un mínimo de productos químicos o perfumes para limpiar el área vaginal. Para la aplicación, de preferencia usa paños suaves de algodón o microfibra.

  • Lavá primero la abertura vaginal para evitar la contaminación o el movimiento de bacterias hacia la uretra.

  • Tomá jugo de arándano.

Conclusión

Si tenés una infección de vejiga y ya iniciaste tratamiento, te debes sentir mejor en los primeros 3 días del tratamiento. Aunque ya no tengas molestias, es importante cumplir correctamente el tratamiento o podrías tener complicaciones.

Entre dichas complicaciones, se destacan; cistitis recurrentes, infecciones más graves de la vejiga, de los riñones, pérdida de tu función renal o infección generalizada de tu organismo. 

Por lo tanto, si creés que puedes tener una infección de vejiga, es importante que acudas a tu médico. Así podrás recibir el tratamiento adecuado para sentirte mejor y evitar complicaciones que puedan dañar tu salud. 

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