Cuando se habla de la importancia de la salud bucal, casi siempre se relaciona con una bella sonrisa. Sin embargo, esto tiene un impacto en el bienestar integral de todo el cuerpo.
Al realizar un cepillado diario, se eliminan los residuos de alimentos manteniendo la zona limpia. Así, se reduce la aparición de afecciones que ponen en riesgo la salud de las piezas dentales, incluso del resto del organismo.
Además, contar con una buena salud bucal influye de forma positiva tanto en el aparato digestivo como en el respiratorio. Esto puede tener un impacto significativo en el sistema inmune, previniendo la aparición de otras enfermedades en el cuerpo.
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¿Qué es la salud bucal?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud bucal consiste en “la ausencia de dolencias o trastornos en la cavidad bucodental, que limiten o repercutan en el bienestar psicosocial de la persona”.
Para la OMS, la salud bucal es la ausencia de dolencias o trastornos en la cavidad bucodental, que repercutan en el bienestar del individuo.
Esto incluye cualquier incomodidad, dolor, inflamación, infección, trastorno, enfermedad o pérdida de dientes. La salud bucal es un indicativo y reflejo de cómo se encuentra la salud general del cuerpo.
Una buena higiene bucal representa el primer paso para mantener la salud general de esta área. Abarca la alimentación, los malos hábitos y la forma en que se efectúa el cepillado y limpieza de la boca.
Cuidado de cada parte de la boca
Los dientes, las encías, la lengua y todos los tejidos que comprenden la boca deben tener un cuidado particular. Para alcanzar una buena salud bucal es importante recordar que no solo se trata de mantener las piezas dentales saludables.
También, es necesario dedicarle el tiempo necesario al cepillado, procurando una limpieza profunda en cada parte de la boca. Conviene utilizar hilo dental para alcanzar todos los espacios interdentales y así eliminar eficientemente la comida.
Asegurate de cepillar tus mejillas, encías y lengua. Toda la boca entra en contacto con los alimentos y bebidas. Por eso, fijate de darle una buena limpieza a todas las zonas que puedan esconder residuos.
Señales de una mala salud bucal
Existen algunas señales que permiten detectar una mala salud bucal. Son signos que se presentan en toda la boca, las piezas dentales, las encías o la lengua. Al no atenderse a tiempo, pueden desarrollar otro tipo de complicaciones.
El primer indicativo de una mala salud es la falta de higiene adecuada. Aunque se suele recomendar un mínimo de dos cepillados al día, lo ideal es hacerlo después de cada comida.
La atención oportuna ante cualquier signo de malestar o mala salud es lo más importante. A continuación, ahondaremos con detalle en cada una de las afecciones que ponen en riesgo tu salud bucal.
Afecciones en la boca
Una de las afecciones bucales más comunes es el bruxismo: el hábito de apretar o rechinar los dientes al dormir. Esta situación genera un desgaste de las piezas dentales, lo que desequilibra la mordida y afecta al organismo entero.
Con el tiempo, el bruxismo puede hacer que experimentes dolores de cabeza, oídos, mandíbula y dientes. También, ocasionar desgastes, fracturas y, en casos más graves, dientes con movilidad y hasta provocar su pérdida.
Entre las causas más frecuentes del rechinar de dientes se encuentran el estrés y la ansiedad. Sin embargo, solo un especialista va a saber ayudarte a encontrar la causa y el tratamiento más adecuado para tu caso.
Afecciones en los dientes
Las caries son el principal enemigo de los dientes, sin importar la edad. De acuerdo a la gravedad de cada caso, puede representar un daño en el nervio. Mientras mayor sea el avance del problema, más probabilidad habrá de perder el diente.
También se presentan casos de dientes rotos o astillados debido al consumo de algún alimento duro. Otra manifestación es el oscurecimiento del diente como resultado de un golpe o traumatismo.
Hay que tener en cuenta que todas las afecciones de los dientes que se dejan sin atender, pueden terminar en la caída o pérdida definitiva de la pieza.
Afecciones en las encías
La gingivitis es la más común de las enfermedades de las encías. Consiste en una inflamación, e inclusive sangrado, de los tejidos que rodean los dientes. Es ocasionada por una infección proveniente de la placa bacteriana.
Cuando se deja sin atender, puede evolucionar y producir una infección más complicada conocida como periodontitis. Se trata de la mayor causa de pérdidas dentales en los adultos, genera mal aliento y cambios en la mordida.
La gingivitis sin atención evoluciona en periodontitis. Esto puede ocasionar la pérdida de piezas dentales, afectando la salud bucal.
Otro tipo de infección en las encías es la candidiasis. Se presenta como una leve película de color blanco que cubre las superficies bucales. Está asociada con las enfermedades que comprometen el sistema inmune.
Afecciones en la lengua
La lengua es uno de los músculos más poderosos del cuerpo humano. Como se encuentra dentro de la boca, está expuesta a diversas afecciones relacionadas con la mala salud bucal.
Al igual que en el resto de la cavidad bucal, la limpieza de la lengua permite prevenir la aparición de infecciones que provocan halitosis.
Quizá el caso más grave que puede presentarse en la lengua es el cáncer, que afecta también al sistema linfático. Algunas enfermedades, como el HPV, ocasionan este tipo de afecciones. Aunque lo más común es que se deba al abuso de sustancias.
Tanto el consumo de tabaco como el de alcohol han demostrado estar fuertemente relacionados con la aparición del cáncer de lengua.
Guía básica para el cepillado de dientes
Un correcto cepillado permite mantener la salud bucal en cualquier etapa de la vida. Se recomienda hacerlo con calma, durante un mínimo de dos minutos. Pero ¿cómo debe realizarse el cepillado?
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Se coloca el cepillo en el límite entre la encía y la cara externa de los dientes con una angulación de 45° aproximadamente. Se hace un movimiento vibratorio y luego un barrido de arriba hacia abajo en los dientes superiores y de abajo hacia arriba en los dientes inferiores.
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Se realiza el mismo movimiento en la cara interna, utilizando el impulso de la muñeca para alcanzar cada diente.
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Al final se cepilla la cara masticadora, es decir, la zona donde los dientes se juntan para triturar la comida. Ahí se hacen movimientos circulares y de barrido para limpiar en profundidad cada surco.
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Por último, se cepilla la lengua, encías y mejillas internas de forma suave.
Salud bucal para niños
Debido a que la boca se encuentra en desarrollo durante la infancia, la salud bucal debe tratarse desde temprana edad. Una buena opción es utilizar cepillos suaves de cabeza pequeña. Con un dentífrico poco abrasivo se genera una mejor experiencia.
Es importante establecer una buena rutina de higiene bucal, pues eso favorecerá los hábitos saludables que se transfieran a la edad adulta. Las visitas regulares a un médico dental pueden ayudar a mantener la salud bucal en la infancia.
Los hábitos alimenticios también tienen un impacto positivo o negativo en la salud bucal. Lo más recomendable es llevar una dieta balanceada con bajo consumo de azúcares dañinos.
Salud bucal para jóvenes
Durante la adolescencia y la juventud, la importancia de la salud bucal resulta esencial para garantizar el bienestar a largo plazo. Las caries son uno de los problemas más frecuentes durante esta etapa de la vida.
Para evitarlas, es fundamental reducir la ingesta de azúcares. Recordemos que los alimentos que se consumen pueden tener un impacto negativo en el bienestar de las piezas dentales.
También se debe considerar el tipo de actividades y deportes practicados, así como el riesgo que representa para la salud bucal. Todos los hábitos están relacionados con la higiene y salud de la boca.
Salud bucal para adultos
En la edad adulta es importante atender de forma oportuna cualquier caries, inflamación, infección o enfermedad que aparezca. Es posible que exista una mayor sensibilidad y propensión a la inflamación, por lo que se requiere más atención.
La higiene diaria con un dentífrico y cepillo adecuados permitirán limpiar la zona de forma efectiva. Con ello se reduce la aparición de gingivitis que, al dejarse desatendida, puede convertirse en una periodontitis que afecte las piezas dentales.
Otro hábito, como el tabaquismo, provoca un desequilibrio en la salud bucal. Incrementa la aparición de placa poniendo en riesgo el estado de las piezas. Además, aumenta las probabilidades de padecer cáncer.
Salud bucal de los adultos mayores
Con la edad, el organismo va perdiendo la capacidad de absorber nutrientes, lo que fragiliza el cuerpo y los huesos. Dado que los dientes forman parte del sistema óseo, su salud puede verse impactada por una pérdida de calcio.
Un cepillo eléctrico resulta una buena opción para mantener la salud bucal en adultos mayores. Se recomienda realizar el cepillado dos veces al día, utilizando cerdas suaves que reduzcan el impacto en las encías y tejidos blandos.
En caso de tener puentes, prótesis o dentadura postiza, es importante prestar especial atención a su limpieza. La correcta eliminación de cualquier residuo de comida permite garantizar una buena salud bucal, sin importar la edad.
¿Cómo mantener una buena salud bucal?
Para mantener una salud bucal óptima, lo primero es ocuparse de la limpieza de las piezas dentales y encías. Dependiendo de tus hábitos, se recomienda un cepillado mínimo dos veces al día, después de comer y antes de dormir.
Recordá utilizar el cepillo y dentífrico adecuados, que se adapten a las necesidades de tu boca. Seguí una buena técnica y empleá hilo dental con frecuencia. Esto permitirá eliminar cualquier resto de comida que pueda provocar mal aliento o una infección.
Un cepillo y dentífrico adecuados permiten alcanzar una buena salud bucal, a través de una limpieza profunda.
Es importante considerar que la vida útil de un cepillo dental es como máximo tres meses. Por lo tanto, cambiá tu cepillo con frecuencia. En su superficie crecen bacterias que se transfieren de nuevo a la boca en un círculo vicioso.
¿Cuándo visitar a un dentista?
Programar limpiezas con el dentista, dos veces al año, previene las enfermedades de encías y dientes. Con ello, se logra evaluar de forma integral toda la salud bucal. Esto es de especial ayuda para detectar complicaciones a tiempo.
Cualquier síntoma que indique un peligro a tu salud bucal debe ser atendido de inmediato. Aquí hay algunos ejemplos que pueden ser señal de alarma:
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Encías rojas, inflamadas o sensibles.
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Encías con sangrado al cepillar o utilizar hilo dental.
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Encías con sangrado espontáneo.
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Separación entre encías y dientes.
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Piezas dentales flojas.
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Sensibilidad ante frío o calor.
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Mal aliento, mal sabor de boca.
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Dolor al comer, hablar, beber o dormir.
Ante cualquier incomodidad, acudí de inmediato a un especialista que pueda evaluar tu situación particular.
Si no cuidás tus dientes, podés afectar a tu cuerpo
Las consecuencias de llevar una mala higiene bucal pueden ser catastróficas. Las caries son de las primeras afecciones en aparecer. En general, se manifiestan debido al consumo de alimentos y bebidas altas en azúcares y ácidos.
El tabaquismo y la mala higiene bucal ocasionan halitosis. Esto también es un síntoma de gingivitis, que inflama las encías. Al dejarse sin tratamiento, se corre el riesgo de afectar de forma directa a los dientes ocasionando periodontitis.
Cuando la enfermedad llega a este punto es posible que se presente una pérdida ósea y de piezas dentales. Esto se debe a la destrucción de tejidos por la infección constante, la cual provoca una pérdida ósea.
Conclusión
La salud bucal consiste en algo más que cuidar las piezas dentales. Todos los tejidos blandos y óseos que comprenden la cavidad bucal están en contacto con alimentos, bebidas y otros hábitos relacionados con la boca.
Esto tiene un impacto directo en el equilibrio de los aparatos digestivo y respiratorio, favoreciendo un bienestar general. Sin embargo, cuando se presenta una mala salud bucal, es posible que haya complicaciones en todo el organismo.
Algunas enfermedades como las caries, gingivitis y periodontitis pueden prevenirse a través de una buena higiene. Lo más importante es visitar de forma regular al dentista para mantener el equilibrio en la salud bucal.
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