Las causas y las consecuencias del envejecimiento es uno de los temas que más le han interesado al ser humano en la historia. Por lo tanto, hay millones de investigaciones al respecto día a día en todo el mundo y una de las más impactantes acaba de concluir que los cuerpos de las personas se deterioran más rápidamente a los 34, a los 60 y a los 78 años.
En esos momentos puntuales de la vida, el decaimiento se acelera, da saltos y es cada vez mayor. Según un estudio de la revista inglesa Nature, el organismo cambia su composición biológica, aunque este proceso también es distinto entre los hombres y las mujeres.
Sin embargo, más allá de la franja etaria, también hay otros factores fundamentales que influyen como la genética, la probable presencia de enfermedades crónicas (hipertensión, diabetes, sedentarismo) y más relacionados con el medio ambiente y con la sociedad en general. A pesar de que se puede ralentizar este inevitable envejecimiento en las personas con la actividad física y una dieta saludable, la edad y la genética tienen un 65% de impacto en dichas situaciones.
Estos detalles fueron conocidos mediante un arduo trabajo en la Universidad de Stanford y se alcanzaron los niveles de casi 3000 proteínas que se encuentran en los plasmas de más de 4000 voluntarios mayores de edad, por lo que se encontró que al menos 400 de estas proteínas (más de un 10%) variaban de acuerdo a la franja etaria de cada uno.
La vejez en los seres humanos
Se trata de la última etapa de los seres animados, es decir la que precede a su muerte. También muchas cosas inanimadas lo hacen por el paso del tiempo acompañado por su uso, como por ejemplo una prenda de vestir o un aparato electrónico. La vejez humana es la inevitable consecuencia de la existencia del tiempo y se calcula que, en la actualidad, hay alrededor de 700 millones de ancianos (mayores de 65 años) en el mundo, o sea aproximadamente el 9% de la población total.