El delicado estado de salud que atraviesa Silvina Luna por haberse sometido a una cirugía estética con el falso cirujano Aníbal Lotocki pone bajo la lupa el uso del metacrilato para este tipo de intervenciones. La actriz y modelo está internada por haber sufrido complicaciones tras padecer años atrás una intoxicación con la sustancia, que le provocó hipercalcemia e insuficiencia renal y la obligó a recibir un tratamiento de diálisis tres veces por semana. En rigor, en medicina se usa metacrilato, sobre todo en traumatología, pero se debe aplicar bajo estrictos protocolos. Lotocki no los siguió, aplicó inyecciones en zonas y en cantidades prohibidas por la ANMAT, y ahora Luna y otras enfrenta las consecuencias.
El metacrilato, técnicamente conocido como polimetil metacrilato (PMMA), acrílico o plexiglás es un plástico que se utiliza en la industria del automóvil, la arquitectura de interiores y la iluminación, entre otros, porque es uno de los materiales transparentes más rígidos del mercado. Pero también se convirtió entre los 90 y los 2000 en una alternativa más barata para las cirugías de glúteos a las que muchas mujeres recurrieron en la desesperación para ajustar su imagen a los estándares de belleza impuestos por la sociedad.
La ANMAT intentó frenar la fiebre del metacrilato que se vivió por eso años entre personas que aseguraban ser cirujanos estéticos en medio de la crisis política y social que atravesaba el país. "En el caso del metacrilato esta autorización es exclusiva para tratamientos y/o rehabilitación no para tratamientos de belleza sino en caso de por ejemplo, de cirugías reconstructivas", subrayaron. Esta sustancia está aprobada en el país para la marca Metacrill® en cirugías estéticas pero en cantidades mínimas. Está probado que el PMMA en el cuerpo humano en exceso puede generar procesos inflamatorios crónicos y graves.
El cirujano Daniel Félix le explicó a El Destape que, técnicamente, el material “se puede poner en cualquier lugar del cuerpo pero en cantidades limitadas”. En ese sentido, detalló que el cuerpo responde a los excesos de este material como si recibiera “un objeto extraño” por lo que se genera “una defensa autoinmune que a veces ocasiona una insuficiencia renal”.
Félix explicó que actualmente solo se lo puede utilizar de uno a dos centímetros en zonas específicas pero “no se usa para dar un aumento en glúteos o en las pantorrillas” para evitar precisamente estas complicaciones. “Ningún médico va a ofrecer hacer el aumento con metacrilato, sino más bien con una prótesis de silicona, con grasa propia o con ácido hialurónico”, aclaró además para los potenciales pacientes.
En traumatología, el metacrilato se usa por ejemplo para fijar prótesis de caderas y en neurocirugía, para cubrir defectos óseos del cráneo. En el campo de la cirugía plástica, se aplica en mínimas cantidades y suministrado por un médico idóneo para atenuar pliegues y arrugas faciales, remarcar bordes de labios y dar lugar a pequeñas proyecciones de pómulos y mentón.
La Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (SACPER) insta particularmente a la comunidad a tomar los recaudos necesarios al momento de someterse a este tipo de intervenciones, con profesionales adecuados y centros habilitados.
Consejos a tener en cuenta sobre el uso del metacrilato
Los expertos recomiendan a quienes optan por tratamientos con metacrilato o algún otro biopolímero verificar que el médico tratante sea cirujano o dermatólogo certificado. Siempre se puede buscar los nombres de los miembros en el registro del SACPER para una mayor seguridad.
- El metacrilato es blanco y el ácido hialurónico es transparente, al igual que la silicona.
- Las sustancias aprobadas por la ANMAT vienen en un envase cerrado. Nunca un médico puede aplicar estos componentes con una jeringa ya cargada. Siempre tiene que ser con un frasco nuevo que se abra delante del paciente.
- Todos los componentes de relleno aprobados por la ANMAT y la Comunidad Europea son de laboratorios grandes y están almacenados en estériles cerrados.
La cirugía a la que se sometió Silvina Luna
El cirujano plástico Aníbal Lotocki fue condenado en febrero del año pasado a cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación para ejercer la medicina por las "lesiones graves" que les provocó a cuatro de sus pacientes, incluida Luna.
El Tribunal Oral y Correccional 28 de la Ciudad de Buenos Aires lo encontró penalmente responsable por las lesiones que les provocó a Gabriela Trenchi, Silvina Luna, Stefanía Xipolitakis y Pamela Sosa.
Además de la condena a prisión, a Lotocki se le fijó una inhabilitación de cinco años para ejercer la medicina y la Justicia rechazó el pedido de la fiscalía para inhabilitarlo de manera provisoria hasta que quede firme la sentencia.
Lotocki causó lesiones en el cuerpo a Trenchi, Luna, Xipolitakis y Sosa con el uso de un relleno que contenía microesferas de polimetil metacrilato (PMMA), en lugares del cuerpo en los que está prohibido su uso y en cantidades superiores a las sugeridas por la comunidad científica.
Este material les produjo tumoraciones a estas mujeres, que se sometieron a una intervención en sus glúteos, pelvis y muslos, e inflamaciones crónicas. Sobre su situación actual, Luna había compartido en sus redes sociales a principios de este mes que se encontraba internada en el Hospital Italiano y que empezaba un "nuevo camino al trasplante".
"Me vine a internar porque salieron los resultados de la biopsia de la micobacteria y por fin se pudo detectar cuáles son los remedios específicos que tengo que tomar que son dos. Así que lo estoy probando ahora. Los tengo que probar acá, internada, para ver si los tolero", dijo la actriz en un video publicado en Instagram.
"Por ahora viene todo perfecto. Contenta con eso. Ya empecé otro camino que me tiene entusiasmada, que es el camino para combatir esta bacteria y el camino al trasplante", había aseverado. Sin embargo, este fin de semana las condiciones clínicas se agravaron, lo que derivó en su traslado a una sala de terapia intensiva, según indicó el abogado.
En tanto, esta mañana, varias figuras del espectáculo pidieron públicamente sumarse a una cadena de oración por la salud de la mediática.