El 19 de octubre se celebra mundialmente el Día Internacional de lucha contra el Cáncer de Mama, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de crear conciencia y promover que cada vez más mujeres se realicen controles, accedan a diagnósticos y tratamientos oportunos y efectivos para combatir la enfermedad. Es el tipo de cáncer más frecuente y la causa más común de muerte por cáncer en mujeres a nivel mundial.
Desde el Hospital de Clínicas explican que también es el más frecuente en nuestro país "con 21.000 casos nuevos por año" y además, "la primera causa de muerte por cáncer en la mujer con 6.400 muertes por año". Tanto es así que el riesgo de padecerlo, a lo largo de la vida, es de 13%; es decir 1 de cada 8 mujeres lo sufren.
"La mayoría de estos casos son de origen esporádicos y un porcentaje mucho menor tiene antecedentes heredofamiliares o genéticos que lo puedan predisponer a la enfermedad, es importante controlarse en ambos casos", señala el Dr. Sebastián Alba Posse, médico Mastólogo de la División Cirugía Oncológica del Clínicas. Mientras que destaca que los signos de advertencia pueden ser distintos, variar en cada persona y hasta en algunos casos no presentarse.
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Entre las señales más comunes del cáncer de mama, se remarcan la aparición de un bulto nuevo en la mama o la axila (debajo del brazo), el aumento del grosor o inflamación de la mama, irritación, retracción o hundimientos en la piel de la misma, el enrojecimiento o descamación en la zona del pezón y cualquier tipo de dolor en la parte de la mama. Si bien los especialistas recomiendan el "autoexamen", para detectar algún tipo de alteración, sostienen que no alcanza y es necesario realizarse estudios.
Desde el Clínicas hablan de un periodo ventana de 9 años desde el momento de una mutación a nivel celular hasta que se hace una tumoración clínicamente palpable. En sus primeras etapas, el índice de recuperación es del 97%, por lo que el diagnóstico precoz aumenta mucho las posibilidades de curarlo. "Es muy importante que la mujer aprenda a conocer sus mamas, como lo es estar atentas a la aparición de nódulos, derrames de sangre por pezón, retracción de la piel o cualquier otro signo fuera de lo común", sostiene Alba Posse.
"No es el autoexamen mamario el diagnóstico precoz por excelencia. Las lesiones palpables suelen tener al menos 1 centímetro de diámetro, el beneficio de los estudios de screening o tamizaje como la mamografía es detectar estos tumores en etapa subclínica, siendo la posibilidad de curación más alta. En caso de aparición inesperada de un nódulo palpable, es importante no perder la calma y recurrir al profesional para su estudio y control", añade.
Si bien el cáncer de mama se puede desarrollar a cualquier edad, suele darse con más frecuencia entre los 50 y los 80 años. Normalmente, este tipo de enfermedades está relacionada a la posibilidad de tener algún tipo de mutación genética -algo que se puede sospechar a través de la historia de enfermedades familiares-.
Existen dos tipos de factores de riesgo: los modificables y los no modificables. En el primer grupo aparecen: sobrepeso, falta de actividad física, alcoholismo, tratamientos hormonales y un grupo reducido de anticonceptivos orales con altos niveles de estrógeno y progesterona. En el segundo, se incluyen los antecedentes familiares de cáncer de mama, el comienzo de la menstruación antes de los 12 años y de la menopausia después de los 55 años ya que exponen a las mujeres a niveles de estrógenos por más tiempo, lo cual aumenta el riesgo de cáncer de mama.
“Si consideramos que un tumor puede estar en el organismo sin detectarse durante un periodo variable de aproximadamente 9 años, cumpliendo con los estudios de control anual, tenemos 9 oportunidades para detectar el cáncer antes de que sea palpable", explica el especialista del Clínicas.. Por esa razón, destaca que la mamografía es el único método de imágenes que en la actualidad ha demostrado reducir tanto la mortalidad por cáncer de mama (30-40%) como la incidencia de cáncer de mama avanzado (25%). A partir de los 40 años, se recomienda un estudio anual.
Por último, Alba Posse se refirió a las reacciones emocionales y sobre todo a la ansiedad por la incertidumbre en relación a la enfermedad para los pacientes. "Hoy en día la mayoría de los cánceres de mama diagnosticados en etapas iniciales se curan. Los tratamientos han cambiado ofreciendo cirugías menos agresivas pero igualmente efectivas en cuanto a la seguridad oncológica que ofrecen, así como los tratamientos con medicación oncológica actualmente más efectivos y dirigidos a cada paciente, demostrando resultados muy alentadores que abren la posibilidad de una sobrevida mayor a lo que se veía décadas atrás", concluye.