La primera dama Fabiola Yáñez continúa realizando distintas acciones solidarias en un marco de pandemia por COVID-19 que azota fuertemente a las distintas provincias del territorio argentino. En esta oportunidad, a través de una videoconferencia y movilizada por el bienestar de los niños, ayudó a la Fundación Pampa Energía, un centro de lucha contra el cáncer infantil en Mendoza.
Quien también es la presidenta del Consejo asesor de Primera Infancia, junto a la fundación anteriormente nombrada, concretó la donación de diferentes materiales para construir una sede de la Asociación de Jóvenes por la Lucha contra el Cáncer Infantil "La Casita de Malen" ubicada en la ciudad de San Rafael.
Junto a Yáñez, participaron del encuentro el presidente de la Asociación, Maximiliano Martínez, el director de la Fundación, Pablo Díaz; además de los distintos voluntarios y familias beneficiadas con esta ayuda. La construcción de este primer centro de contención para niños con enfermedades oncológicas permitirá albergar a familias de bajos recursos que necesitan atención médica en la capital de la provincia.
Recordemos que la Asociación de Jóvenes por la Lucha Contra el Cáncer Infantil nació en el año 2012 en homenaje a Malen Martínez, una nena de 4 años a quien le diagnosticaron cáncer y no pudo superar la enfermedad tras seis años de lucha. Su familia fue la encargada de crear el organismo donde asisten muchas familias que atraviesan la misma situación.
La sede, actualmente en construcción, tendrá espacios para consultorios y también salas de contención familiar, junto a un salón de usos múltiples para actividades recreativas y de capacitación. "Es un privilegio haber podido compartir tiempo con ustedes. Conocer la historia de Maximiliano, quien a partir del dolor de la pérdida de Malen decidió embanderar esta causa y ayudar a tantas familias", expresó Yáñez.
Además de destacar su acción "admirable", expresó que "no es un sueño egoísta, sino colectivo" y que con este logrará "abrazar a muchas vidas que están necesitando de este apoyo". Quienes llevan adelante este proyecto son jóvenes voluntarios y autoconvocados de entre 18 y 25 años. Aportan tiempo, recursos económicos, movilidad y sus casas para ayudar a los niños que atraviesan esta durar enfermedad.