A la encefalomielitis miálgica, también se le conoce como síndrome de fatiga crónica. Es una afección prolongada con una amplia gama de síntomas, siendo el más común, el cansancio extremo.
Puede afectar a cualquier persona, incluidos los niños. Es más común en mujeres y tiende a desarrollarse entre los 20 y los 40 años. En muchas ocasiones los síntomas suelen obviarse pero puede ser más grave de lo que parece.
Su complejidad radica en que no existe una causa única. Aunque muchas personas desarrollan los síntomas después de experimentar otra enfermedad o contraer infección o de vivir bajo períodos prolongados de estrés.
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Por ello, en este artículo te hablaremos sobre este síndrome. Qué es, cuáles son sus síntomas y sus posibles causas. Además te contamos sobre su tratamiento y cómo podés lidiar con esta condición.
Qué es el síndrome de fatiga crónica
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad compleja e incapacitante. Se estima que afecta de 17 a 24 millones de personas alrededor del mundo.
En 1994, fue clasificado como un trastorno neurológico por la Organización Mundial de la Salud. Pero puede afectar a muchas partes del cuerpo, incluidos el cerebro y los músculos, los sistemas digestivo, inmunológico y cardíaco.
El término "encefalomielitis miálgica" significa dolor en los músculos e inflamación en el cerebro y la médula espinal. Las investigaciones sobre esta afección aún continúan debido a que sigue habiendo mucho desconocimiento.
Si bien cualquier persona de cualquier edad puede desarrollar el síndrome de fatiga crónica, tiende a ser más común en adultos mayores de 40 años. Y aumentan los riesgos si hay antecedentes familiares.
Los científicos están comenzando a comprender algunos de los cambios biológicos en los cuerpos de las personas que la padecen. Pero todavía no han encontrado cómo prevenirlos y curarlos.
Muchos portales médicos especializados destacan que está asociado con problemas que involucran:
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La capacidad del cuerpo para producir energía a nivel celular.
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Sistemas inmunológicos, neurológicos y hormonales.
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Regulación de la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
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Digestión
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Dormir
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Cognición: qué tan rápido se procesa la información.
Puede afectar tanto a hombres, mujeres y niños de todas las edades, etnias y orígenes socioeconómicos. Pero la mayoría de ellos están asociados con el género femenino.
El 12 de mayo se celebra el Día Internacional de Concientización sobre la Encefalomielitis Miálgica/Síndrome de Fatiga Crónica.
Síntomas de la fatiga crónica
El síntoma principal se llama malestar post-esfuerzo (PEM). Esto significa un aumento de la sintomatología y una reducción de las funciones corporales después de una actividad física o mental mínima.
Quienes padecen del síndrome de fatiga crónica tienen una respuesta física a la actividad o al ejercicio diferente a la de otras personas. Esto incluye el agotamiento anormal después de cualquier actividad física o mental que no hubiera causado problemas antes de desarrollar la afección.
La cantidad de esfuerzo que causa el PEM varía según la gravedad de la enfermedad y puede cambiar con el tiempo. La respuesta puede retrasarse, quizás después de 24 o 48 horas, lo que puede dificultar determinar cuánta actividad es demasiada.
Dependiendo de la cantidad y el tipo de ejercicio o actividad, el PEM puede durar unos días o recaídas graves que duran semanas, meses o incluso años. Las personas con el síndrome de fatiga crónica descubren que las actividades que antes daban por sentado tienen un costo enorme en su salud.
Por ejemplo, dar un pequeño paseo, tomar un café con un amigo, preparar a su hijo para ir a la escuela. Estas situaciones que antes no causaban problemas, ahora pueden resultar muy difíciles o imposibles de realizar.
A veces, una única actividad está bien, pero agregar otra puede ser demasiado y conducir a PEM.
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad multisistémica y compleja, y las personas que lo padecen pueden experimentar muchos síntomas. No todos se verán afectados por todos estos síntomas y no todos son necesarios para el diagnóstico.
Los síntomas comunes incluyen:
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Problemas para pensar, concentrarse, pérdida de memoria, visión, torpeza, espasmos u hormigueos musculares (a veces llamados "problemas neurocognitivos").
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Sueño interrumpido
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Dolor o molestias en los músculos, las articulaciones o la cabeza.
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Cambios en la presión arterial, sensación de mareo o palidez.
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Palpitaciones, aumento del ritmo cardíaco o dificultad para respirar con el esfuerzo o al estar de pie.
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Alergias o sensibilidades a la luz, olores, tacto, sonido, alimentos, productos químicos y medicamentos.
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Cambios gastrointestinales como náuseas, hinchazón, estreñimiento, diarrea.
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Problemas urinarios.
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Dolor de garganta, sensibilidad en los ganglios linfáticos y sensación de gripe.
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Cambio de peso marcado: pérdida o ganancia extrema
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Incapacidad para hacer frente a los cambios de temperatura.
Cómo se diagnostica
Actualmente, no existe una prueba única para diagnosticar el síndrome de fatiga crónica. Los médicos realizan un diagnóstico excluyendo todas las demás enfermedades que puedan estar causando síntomas y siguiendo criterios aceptados.
Los resultados de las pruebas médicas de rutina de los afectados suelen ser normales, pero pruebas adicionales pueden mostrar anomalías.
De acuerdo a la Academia Nacional de Medicina, para un diagnóstico de síndrome de fatiga crónica, la persona debe tener los siguientes tres síntomas:
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Reducción sustancial del funcionamiento y fatiga persistente y profunda durante al menos 6 meses. La persona no puede realizar el mismo nivel de actividad antes de enfermarse. Su fatiga no es el resultado de un esfuerzo significativo y no se alivia sustancialmente con el descanso.
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Malestar post-esfuerzo.
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Sueño reparador.
El diagnóstico también requiere al menos uno de los dos siguientes síntomas:
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Deterioro cognitivo (dificultad con la memoria, encontrar palabras, comprender, etc.).
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Intolerancia ortostática (síntomas como palpitaciones, sudoración, mareos, náuseas al estar de pie que se reducen o eliminan al acostarse).
El diagnóstico requiere que una persona haya tenido síntomas continuamente durante seis meses. La intervención temprana con estimulación y reposo puede ayudar a reducirlos, mejorar la calidad de vida y minimizar el riesgo de exacerbar la enfermedad.
Tratamientos
Los tratamientos para el síndrome de fatiga crónica tienen como objetivo ayudar a aliviar los síntomas. Por lo que es necesario hacer un examen previo para que se puedan adaptar a las quejas que los afectan.
Un diagnóstico temprano, tomar medicamentos para controlar ciertos síntomas y hacer cambios en el estilo de vida puede ser de gran ayuda. Este síndrome puede durar mucho tiempo y normalmente requiere adaptar la rutina diaria como parte del plan de tratamiento.
Si sufrís de este malestar, es posible que descubras que hay momentos en que tus síntomas mejoran. Pero en otros momentos pueden agravarse y es allí donde debés acudir rápidamente al especialista.
En pocas palabras el tratamiento lo determina tu médico de confianza y se basa en:
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La salud general e historial médico.
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Alcance de la condición
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Tolerancia a medicamentos, procedimientos o terapias específicas
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Expectativas para el curso de la condición.
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Opinión o preferencia
El tratamiento puede incluir medicamentos a base de corticoesteroides y antidepresivos, entre otros. Además de ejercicios de baja intensidad, relajación y meditación.
Cuáles son algunas de las posibles causas
A pesar de que se han identificado muchas anomalías biológicas en las personas que viven con la enfermedad, aún se desconoce la causa real.
Se cree que la inflamación del sistema inmunológico y los cambios químicos en el cuerpo pueden ser una de las razones principales. Pero aún no hay nada científicamente comprobado.
Para algunas personas, la enfermedad puede desencadenarse repentinamente por:
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Infecciones, como el virus de Epstein-Barr.
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Exposición a sustancias tóxicas
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Anestesia
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Cambios en el funcionamiento del sistema inmunológico.
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Trauma, como un accidente automovilístico.
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Altos niveles de estrés
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Cambios hormonales
En ciertas personas el síndrome puede aparecer de forma repentina, mientras que en otras puede desarrollarse lentamente durante meses o años.
Cómo puede controlar su enfermedad si la padece
Además de los tratamientos especializados también puede ser útil realizar cambios en el estilo de vida. Es importante comer con regularidad y llevar una dieta sana y equilibrada.
Recibir consejos prácticos sobre cómo lidiar con la situación, por ejemplo, si los síntomas te dificultan comprar o preparar alimentos. Puede ser útil comer alimentos ricos en almidón, comer poco y con frecuencia y tomar bebidas lentamente. Si esto no funciona, se pueden recetar medicamentos.
Es posible que tengas problemas para dormir o que empeoren tus síntomas. Por ejemplo, podés:
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Tener problemas para conciliar el sueño
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Tener un sueño poco reparador o inquieto
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Necesitar una cantidad excesiva de sueño
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Dormir durante el día y estar despierto por la noche
Investigá sobre cómo establecer un patrón de sueño normal. Dormir demasiado no suele mejorar los síntomas y dormir durante el día puede impedir que duermas por la noche.
Debés cambiar tu patrón de sueño gradualmente. Si el sueño no mejora después de realizar los cambios, es posible que tengas un problema subyacente que deberá abordarse.
Otros cambios en el estilo de vida para controlarlo incluyen:
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Equipo: algunas personas pueden necesitar una silla de ruedas, un salvaescaleras u otras adaptaciones para tu hogar.
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Cambios en el lugar de trabajo o estudio: cuando estés listo y lo suficientemente repuesto para regresar a trabajar o estudiar, tu médico debería poder aconsejarte sobre cambios que podrían facilitar tu regreso. Todo esto dependerá de la situación particular de cada paciente.
Recordá que no debés realizar ejercicio vigoroso sin supervisión, como ir al gimnasio o correr, ya que esto puede empeorar los síntomas.
Un retroceso o una recaída es cuando tus síntomas empeoran durante un período de tiempo. Es algo muy común en este síndrome y puede ser causado por varios factores, como una infección o una actividad no planificada. A veces no hay una causa clara.
Los médicos que te tratan pueden ayudarte a manejar un revés o una recaída al:
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Incluir más descansos con niveles de actividades actualizados
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Enseñarte técnicas de relajación y respiración.
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Animarte a ser optimista acerca de tu recuperación
Cuál es el pronóstico de las personas con síndrome de fatiga crónica
El síndrome de fatiga crónica no limitará tu esperanza de vida. Pero la naturaleza a menudo debilitante de la enfermedad, junto con su imprevisibilidad, puede hacer que vivir con esta afección sea extremadamente difícil.
Portales médicos especializados reseñan que los estudios han demostrado que, en promedio, el 5% de las personas que padecen este síndrome se recuperan por completo y casi el 40% mejoran con el tiempo.
No existe una forma única de controlar el síndrome de fatiga crónica que funcione para todos, pero existen varias opciones de tratamiento adaptado a los síntomas de cada paciente.
Por otro lado, aproximadamente del 8% al 30% de los pacientes encuentran que su condición mejora lo suficiente como para poder regresar al lugar de trabajo. Sin embargo, entre el 5% y el 20% descubre que sus síntomas empeoran con el tiempo.
Mientras tanto, los niños y adolescentes que lo desarrollan tienen una probabilidad significativamente mayor de recuperarse de la afección que los adultos que la desarrollan.
Conclusión
El síndrome de fatiga crónica es una afección prolongada que incide en varios sistemas del cuerpo. Como su nombre lo indica causa fatiga extrema e implacable, problemas para dormir, dolor muscular y dificultades cognitivas.
Desafortunadamente, es complicado que los investigadores comprendan completamente la afección, lo que también hace que su diagnóstico y tratamiento sea complicado.
Por ello, contar con un profesional de la salud que comprenda a fondo el tema y defienda tus mejores intereses te quitará parte de la presión.
Por otro lado, es bueno contar con amigos y familiares o un grupo de apoyo en línea. Te beneficiarás de tener algunas personas en tu vida que empaticen con tu condición y estén comprometidas a estar ahí para ti durante tu tratamiento.
Tené en cuenta que constantemente se realizan nuevas investigaciones para mejorar los resultados de las personas con el síndrome de fatiga crónica. Los tratamientos más novedosos incluyen medicamentos antivirales e inmunoterapia.
Si creés que podrías ser candidato para un nuevo tratamiento, hablá con tu médico para conocer las opciones que existen actualmente. Para seguir leyendo más artículos como este, no dejes de visitar El Destape.