El Día Mundial de la Salud Mental se conmemora cada 10 de octubre con el objetivo de concientizar acerca de los diversos problemas de salud mental que se observan en todo el mundo y de la importancia que tiene una mente sana para la salud y el bienestar generales, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de ello, en la actualidad, 1 de cada 8 personas en el mundo padece algún tipo de problema de salud mental que repercute en todos los ámbitos de su vida.
Quien impulsó este día, en 1992, fue Richard C. Hunter, subsecretario adjunto de la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH, por su siglas en inglés). Su objetivo era difundir el conocimiento en la comunidad global sobre los temas críticos de salud mental, generar conciencia de una manera empática y que se lleven adelante diversas actividades en dicha fecha, como conferencias, seminarios, campañas de sensibilización y eventos comunitarios.
Con motivo de un nuevo día conmemorativo, la OMS decidió señalar -como tema principal- el vínculo esencial que existe entre la salud mental y el ámbito laboral; remarcando que los lugares de trabajo seguros y saludables protegen a la salud mental mientras que aquellos con atravesados por la estigmatización, la discriminación y la exposición a diversos riesgos –como acoso y otras condiciones de trabajo deficientes– terminan siendo riesgosos para la calidad de vida en general y en consecuencia, a la participación y productividad laboral.
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"La salud mental hace referencia a un estado emocional, psicológico y social, que permite que las personas se desenvuelvan con facilidad en su entorno y tengan la capacidad de afrontar los retos que se presentan. Podemos afirmar que una persona tiene una buena salud mental cuando su percepción sobre sí misma es positiva, tiene una buena autoestima, y cuenta con habilidades para manejar y expresar sus emociones", indica la licenciada Malena Casasola, especialista en Psicología Deportiva del centro de salud DIM.
Hay diversos signos que indican que una persona puede estar experimentando problemas de salud mental y ante la persistencia de dichos síntomas, es clave consultar con un profesional. Entre ellos, la profesional enumera: cambios repentinos en el humor o en el estado de ánimo (tristeza, ansiedad o irritabilidad persistentes), alteraciones en el sueño (insomnio o dormir en exceso, pesadillas recurrentes, cambios en los hábitos del sueño), dificultades en la concentración durante tareas cotidianas, aislamiento (evitando actividades familiares o sociales, pérdida de interés en pasatiempos), cambios en el peso o en el apetito, sentimientos de incapacidad o culpa y alteraciones en la energía (ya sea agotamiento emocional o físico).
Es clave, en este marco, cuidar la salud mental todos los días y especialmente, cuando crecen las situaciones de estrés o ansiedad. Entre los principales consejos para ellos, los expertos señalan: hacer ejercicio regularmente, consumir alimentos saludable, hidratación, cuidar la higiene del sueño, practicar diariamente actividades relajantes (como yoga o meditación) y cuidar las relaciones familiares y sociales, entre otras.
Desde el Hospital de Clínicas, en la nueva conmemoración por el Día de la Salud Mental, los especialistas señalan que se encuentran frente a un nuevo paradigma frente a la irrupción de la terapia online. Si bien, para el paciente, la terapia presencial y virtual "no suele estar tan marcada"; distinto es el caso del terapeuta, que observa "diferencias sustanciales" en el tratamiento, según indica Juan Ingelmo, jefe interino del Departamento de Salud Mental del hospital de la UBA.
Ingelmo señala que, a partir de la virtualidad, se pierde la observación completa del cuerpo del paciente y no pueden observarse "detalles sutiles del movimiento corporal, que pueden ser cruciales para un diagnóstico preciso como un ligero temblor fino en las manos", cosas que no pueden detectarse a través de una pantalla. "El hecho de que la imagen de uno mismo aparezca en la pantalla, añade un elemento de distracción", señala y el delay de las videollamadas puede afectar la fluidez de la comunicación.
Por esa razón, el médico del Clínicas señala que "la consulta virtual solo debe ser utilizada cuando la presencialidad no es posible" o en el caso de "una circunstancia especial". Más allá de esto, cabe destacar que la terapia virtual ofrece un importante beneficio: la accesibilidad, para personas con problemas geográficos o de movilidad. También es clave el nivel de privacidad y comodidad con el que el paciente contará para encarar la terapia. Lógicamente, en caso de que haya situaciones de riesgo para el bienestar o la vida del paciente, Ingelmo sostiene que esta herramienta no es recomendable.
Claves de la OMS sobre la relación entre salud mental y trabajo:
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La salud mental y el trabajo están íntimamente relacionados.
Las condiciones de trabajo favorables pueden hacer que mejore la salud mental, ya que ofrecen objetivos y estabilidad. En cambio, las condiciones laborales deficientes perjudican el bienestar mental, al reducir la satisfacción laboral y la productividad.
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Los trabajadores están expuestos a riesgos para su salud mental.
Los trabajadores están expuestos a diversos riesgos para su salud mental, como la discriminación, las condiciones laborales deficientes o la falta de autonomía. La inseguridad laboral y los salarios bajos también aumentan los riesgos psicosociales debido a la falta de medidas de protección adecuadas.
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Consecuencias para la persona.
Si no se abordan, los problemas de salud mental pueden minar la autoestima, reducir la satisfacción en el trabajo y limitar la capacidad laboral. Pero estos problemas no solo impactan a la persona afectada, sino también a su familia y a sus cuidadores.
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Repercusiones más amplias en el trabajo y la sociedad.
Los problemas de salud mental reducen el rendimiento, aumentan el absentismo y propician la rotación del personal. En todo el mundo, la depresión y la ansiedad hacen que se pierdan unos 12.000 millones de días de trabajo al año, con unos costos sociales y económicos considerables.
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La estigmatización crea barreras al empleo.
La estigmatización y la discriminación pueden disuadir a las personas con problemas de salud mental de buscar ayuda o conservar su empleo. Los empleadores pueden reducir estas barreras mediante la formación, la sensibilización y el trabajo con personas que han experimentado problemas de salud mental.
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Ayudar a los trabajadores a desarrollar su potencial.
Los empleadores deben hacer ajustes adecuados en el lugar de trabajo para las personas con problemas de salud mental a fin de mantener su productividad y motivación, por ejemplo, ofreciéndoles horarios flexibles, organizando regularmente reuniones de apoyo y facilitándoles un lugar para almacenar la medicación.
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Formar a los directivos para promover la salud mental.
Los empleadores deben formar a los directivos para que reconozcan y gestionen los factores de estrés en el trabajo, de modo que puedan ayudar eficazmente a sus equipos y crear un ambiente laboral más solidario y saludable.
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Las autoridades públicas deben actuar y cooperar.
Las autoridades públicas, los empleadores y las organizaciones profesionales representativas deben cooperar para formular políticas que prevengan los riesgos para la salud mental, promuevan el bienestar y creen entornos de trabajo favorables que prioricen la salud mental.
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Cuidar de la propia salud mental.
Aunque las autoridades públicas y los empleadores son los principales responsables de preservar y promover la salud mental en el trabajo, todos podemos actuar para promover nuestro propio bienestar. Con ese fin, se pueden aprender técnicas para gestionar el estrés, vigilar la propia salud mental y, si es necesario, pedir ayuda a amigos, familiares, compañeros de trabajo o profesionales de la salud de confianza.