El dulce de leche es una de las preparaciones más deseadas y requeridas en la Argentina y en buena parte del mundo, por lo que entonces bien vale la pena conocer su receta de cocina paso a paso, qué ingredientes lleva y qué hay que hacer para que quede lo más rico posible. Si bien no parece tan sencillo, realmente es fácil, rápido y accesible.
También conocido en otros países como manjar, arequipe o cajeta, se trata de un producto lácteo espeso que se da como consecuencia de la cocción de la leche con el azúcar. Generalmente, se utiliza como cobertura de postres o para untar encima de algún otro alimento como el pan, las galletitas y demás.
Cómo hacer dulce de leche casero paso a paso
Los ingredientes:
- 1 litro de leche.
- 350 gramos de azúcar.
- Media cucharadita de bicarbonato de sodio.
- Esencia de vainilla.
La preparación:
- Calentar todos los ingredientes juntos en una olla a fuego medio, removiendo constantemente.
- Una vez que el azúcar se disuelva, bajar el fuego e ir revolviendo con una cuchara de madera cada cierto tiempo por aproximadamente dos horas. No debe romper hervor.
- Si en algún momento la preparación hierve, retirarla del fuego mientras se sigue removiendo y, cuando se logre bajar la temperatura, se puede volver al fuego.
- Una vez que la elaboración quede más espesa, se debe tener mayor cuidado y revolver otra vez constantemente para que no se pegue ni se formen grumos.
- Cuando ya se haya conseguido una consistencia similar a la de un postrecito o natilla, retirarla del fuego.
- Continuar revolviendo por aproximadamente diez minutos más hasta que se enfríe: va a espesarse un poco más.
- Una vez frío, guardar todo en frascos y refrigerar o esterilizar.
Cómo nació el dulce de leche
Si bien existen varias versiones no comprobadas con relación al origen europeo de esta exquisitez, la que tiene que ver con la Argentina indica que la creadora involuntaria de este manjar a comienzos del siglo XIX fue una de las criadas del entonces General Juan Manuel de Rosas, quien olvidó al fuego una "lechada", es decir una mezcla de leche y azúcar, mientras se fue a hacer otra cosa.
Cuenta la leyenda que, al regresar corriendo a retirarla, ella se encontró con una sustancia espesa y de un color similar al marrón. Si bien al principio se arrepintió por lo ocurrido y se puso muy triste, de inmediato llegaron las buenas noticias para la mujer en cuestión: su sabor le encantó al exgobernador de la provincia de Buenos Aires, que compartió la preparación como parte de la conversación durante una reunión con el General Juan Lavalle para discutir los principales puntos del Pacto de Cañuelas, con el objetivo de detener la guerra civil que asolaba al lugar en ese entonces.