Por décadas, se ha discutido la importancia de la inteligencia emocional dentro de los espacios de trabajo. Pero en la era del COVID-19, la inteligencia emocional juega un papel más grande, dada la incertidumbre y ambigüedad que se experimenta día a día.
Con las cambiantes políticas relacionadas a la pandemia, muchos empleadores y empleados aún permanecen con sus puestos de forma remota. Sin embargo, es importante prestar atención a lo que esta privación del espacio de trabajo puede causar en nuestras mentes.
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Estudios sugieren que ahora tanto empleadores como trabajadores deberían aproximarse al ambiente de trabajo de forma emocionalmente inteligente. Esta habilidad nos ayuda a establecer vínculos auténticos con los demás, mejorando la dimensión social, afectiva y laboral.
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es la habilidad que nos permite entender, reconocer y gestionar nuestras propias emociones. Comprende distintas capacidades, como la gestión de las emociones, automotivación, tolerancia a la frustración y conexión con los demás.
La inteligencia emocional no sólo nos permite gestionar nuestras reacciones y emociones, sino también las de los demás. A diferencia del CI (coeficiente intelectual), la inteligencia emocional puede entrenarse y desarrollarse a lo largo de la vida.
A diferencia de CI (coeficiente intelectual), la inteligencia emocional puede entrenarse y desarrollarse a lo largo de la vida.
De acuerdo con Daniel Goleman, “la inteligencia emocional es una manera de entender la inteligencia más allá del pensamiento lógico y racional”. Se define por cinco principios que abarcan diversos conflictos en la vida:
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Autoconciencia Emocional
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Autorregulación Emocional
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Motivación
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Empatía
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Habilidades Sociales
Desarrollar la inteligencia emocional nos ayuda a entender mejor a las personas a nuestro alrededor. Como así también a ser más efectivos ante situaciones nuevas o abrumadoras.
¿Por qué es tan importante la inteligencia emocional?
Ya que la inteligencia emocional se refiere a la adecuada gestión de las emociones y reacciones, su importancia en estos días tiene más relevancia que nunca. Un estudio realizado en 2018, muestra que las personas con esta inteligencia responden mejor a los desafíos laborales.
En el mismo estudio, las personas con puntaje más alto en inteligencia emocional mostraron tener más probabilidades de encontrar un empleo alineado con sus habilidades y valores. Puede mejorar el desempeño y resultados en el espacio laboral.
Elementos de la inteligencia emocional según Daniel Goleman
Daniel Goleman, psicólogo y periodista, escribió por primera vez acerca de la inteligencia emocional en 1995. En su libro “Emotional Intelligence’’ describe los cinco elementos o principios que describen esta habilidad:
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Autoconciencia Emocional: Se refiere a la capacidad de reconocer y entender las emociones propias. Al ser conscientes de nuestras emociones, podemos relacionar lo que sentimos con cómo lo expresamos y cómo lo viven los demás.
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Autorregulación Emocional: Se trata de la capacidad para controlar los impulsos primarios de forma asertiva y adaptada al contexto. Consiste en no dejarse llevar por la fuerza de la emoción, y pensar con mayor racionalidad antes de hablar o actuar.
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Motivación: Es la habilidad de dirigir tus emociones y pensamientos hacia un objetivo o meta específica. A pesar de las vicisitudes que puedan presentarse cada día, pensá en tus metas para motivarte a alcanzarlas.
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Empatía: Comúnmente se dice de la empatía como ponerse en los zapatos de la otra persona. Para entender las emociones y acciones de los demás, es importante poner conciencia en cómo la otra persona está manifestando sus pensamientos.
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Habilidades Sociales: Son un conjunto de capacidades que te permiten dar respuestas adaptadas al entorno y relacionarte mejor con las personas que te rodean. La asertividad y escucha activa son parte de estas habilidades.
Características de las personas con inteligencia emocional
Una de las características de las personas con inteligencia emocional es tanto la actitud empática como la curiosidad. Mantener una mente abierta facilita la práctica de la empatía, ya que nos acerca a las dificultades con racionalidad y una mente más fría.
Mantener una mente abierta facilita la práctica de la empatía, ya que nos acerca a las dificultades con racionalidad y una mente más fría.
Si bien mantener una mente abierta puede prevenir una situación de escalar a la agresividad, la característica elemental de una persona con inteligencia emocional es la tolerancia a la frustración. Evitar irritarse o rendirse habla de un buen control de impulsos.
Otra de las características de las personas con inteligencia emocional es la capacidad de adaptación. Las personas que se adaptan mejor a diferentes situaciones, lugares o personas tienden a aceptar con mayor serenidad los cambios, obstáculos o retos de la vida.
Signos de que tienes una inteligencia emocional alta
Tener una inteligencia emocional alta no quiere decir que te sientas bien y satisfecho en este momento. Desarrollar estas habilidades toma tiempo y de muchas pequeñas acciones conscientes que funcionan como una inversión a largo plazo, acercándote de a poco a tus metas u objetivos.
Sin embargo, puede que tengas inteligencia emocional de forma natural, ya que podría estar construida en tu personalidad. A continuación te decimos cuáles son los signos que muestran que tenés una inteligencia emocional alta:
Situaciones difíciles como un reto
Enfrentar las dificultades y obstáculos no te ponen irritable o agresivo, sino que son como un desafío. En lugar de rendirte, agarrás al toro por los cuernos y encarás los problemas con una actitud conciliadora que pretende más bien resolver en lugar de empeorarlo todo.
Comprender que la vida no siempre irá de la forma que queremos nos permite ser más compasivos con nosotros mismos cuando fallamos, o con los demás cuando nos fallan. La actitud compasiva te permite también relacionarte mejor con los demás.
Pensás en tus reacciones
Pensar en cómo reaccionás ante las cosas implica ser asertivo, en lugar de reactivo. La asertividad es la habilidad de decir lo que querés y necesitás de forma libre y sin necesidad de agredir a los demás o a vos mismo.
Como una persona asertiva, sos capaz de regular la intensidad de tus emociones y pensamientos. De manera que lográs comunicarte con franqueza y cordialidad. Aunque dentro de tu mente esté por arder Troya, te mantenés en una actitud serena y positiva acerca de lo que sucede.
Te ponés en el lugar de otro
Como consecuencia de los dos signos anteriores, tenés mayor facilidad para entender el punto de vista de los demás. Esto te permite comprender mejor cómo se sienten las personas y a ser parte de su red de apoyo.
Por ejemplo, si alguien llora a tu lado, te acercás a esa persona con curiosidad de lo que podría estarle sucediendo. Además, sentís su dolor o pesar como si fuera tuyo. Te permitís sentir lo que la otra persona está sintiendo para entender mejor lo que piensa, y saber cómo ayudarla.
Modificás tus emociones
Para evitar que una situación difícil se vuelva más difícil, modificás tus emociones para entender la imagen completa de lo que está sucediendo. Sabés que reaccionar negativamente ante las complicaciones no trae consecuencias positivas.
Modificar las emociones implica tener un buen control de impulsos y valorar el lado positivo de las cosas. Las emociones en ocasiones pueden ser intensas e incluso impregnarse en los pensamientos, llenando la mente de ansiedad e irritabilidad.
Las emociones en ocasiones pueden ser intensas y también impregnarse en los pensamientos, llenando tu mente de ansiedad e irritabilidad.
Aunque las emociones sean fuertes y sientas que estás por rendirte ante lo que estas puedan hacer con vos, te mantenés con una mente tranquila y racional. Gestionás y expresás tus emociones de forma más sensible y empática.
¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional difiere de la inteligencia cognitiva, la cual comprende diversas capacidades humanas, como la memoria y el lenguaje. En cambio, la inteligencia emocional se refiere a la gestión emocional dentro de la dimensión psicológica y social.
Como ya dijimos, es la habilidad para reconocer y entender las emociones y pensamientos tanto propios como de los demás. El mayor beneficio de desarrollar una gestión inteligente de las emociones es la mejora de las relaciones sociales y bienestar psicológico.
El mayor beneficio de desarrollar una gestión inteligente de las emociones es la mejora de las relaciones sociales y el bienestar psicológico.
Para poder desarrollar este tipo de inteligencia, es importante poner en práctica ejercicios. Estos irán desarrollando la sensibilidad por una aproximación más emocionalmente inteligente. A continuación te presentamos 12 pasos para desarrollar la inteligencia emocional:
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Conocete a vos mismo: Sin duda este es un paso fundamental, implica reconocer que, como cualquier ser humano, sos capaz de obrar bien o mal. Entender que tenés virtudes y defectos te dará una imagen precisa de quién sos y cómo te perciben los demás.
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Gestioná tus estados de ánimo: El segundo paso es ser consciente de lo que estás sintiendo, en el momento en que lo sentís. De esta forma va a ser más fácil no dejarte llevar por las emociones y poder pensar racionalmente, a pesar de la intensidad de la emoción.
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Empatía: Implica aceptar a los demás como son, independientemente de estar de acuerdo o en desacuerdo. Aproximarse a los demás sin juzgar lo que haya dentro de sus mentes te permite crear relaciones más fuertes, ya que estarán basadas en la negociación y no en el poder.
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Identificar emociones: También es importante estar atento a que esos pensamientos pueden estar motivados por emociones. Al reconocer y aceptar las emociones de los demás, podés crearte una imagen más completa de qué es lo que compone a las personas que te rodean.
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No te autocastigues: Esto implica adoptar una postura más compasiva ante las cosas. Practicá la empatía como si la practicaras con alguien más, pero hacelo con vos mismo. Jordan B. Peterson, en su libro “12 Reglas para la Vida”, lo resume en una frase: “Trátate como alguien a quien tienes la responsabilidad de ayudar”.
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Comunicación no verbal: La comunicación verbal es sólo una parte del cómo nos comunicamos. Si la comunicación corporal o gestual no es coherente con lo que se dice verbalmente, habrá complicaciones al momento de querer establecer relaciones nuevas.
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Controlar la mente: Este paso es uno de los más difíciles, muchas veces parece que nuestra mente tiene vida propia y se manda sola. Para tener un mejor control sobre lo que sucede dentro de tu mente, podés practicar técnicas como la meditación, el yoga, ejercicios de respiración o psicoterapia.
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Evidenciar las emociones en el momento que las sientas: Cuando sientas que una emoción está por dominarte, tomate unos segundos. Respirá, alejate por un momento y pensá si reaccionar con la emoción al rojo vivo traerá el resultado que querés.
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Sé honesto: Al ser honesto con las personas, estas entenderán con mayor facilidad cuáles son tus necesidades y deseos. Permitirte ser honesto, aunque la verdad sea desagradable, ayudará a que los demás empaticen con vos, facilitando así el ejercicio de la auto-empatía.
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Asertividad: Sé preciso con lo que decís. Expresá lo que necesitás, decí la verdad y no te vayas por las ramas. Si no manifestás tu forma de ser en el mundo, las personas difícilmente entenderán quién sos y por qué hacés lo que hacés.
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Escucha activa: La escucha activa es una de las habilidades más difíciles de llevar a cabo en estos días. Podés practicar la escucha activa si te recordás lo siguiente: quizá esta persona sabe algo que yo no.
¿Cómo trabajar la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional puede practicarse a partir de pequeñas acciones que se llevan a cabo día a día. Por lo general, a las personas que no han cumplido sus metas o que llevan una racha de fracasos les cuesta más trabajo desarrollarla.
Sin embargo no es imposible, podés asistir a grupos de inteligencia emocional o a una psicoterapia grupal presencial o en línea. Es importante mencionar que el trabajo no se termina al mentalizarte en trabajar en tus emociones.
Este trabajo se debe realizar desde que despertás hasta que volvés a dormir. Tenés que adoptar micro hábitos que a la larga vayan construyendo una rutina de bienestar. Existen diversas técnicas como la meditación o el yoga, pero también hay grandes beneficios en el ejercicio y una buena alimentación.
Cuando adoptás un estilo de vida basado en la inteligencia emocional, el cristal con el que mirás el mundo se vuelve más llevadero. El sufrimiento es parte de la vida, y mientras veas las cosas negativas como una oportunidad para crecer y aprender, vas a tener la posibilidad de ser feliz.
Cuando adoptás un estilo de vida basado en la inteligencia emocional, el cristal con el que mirás el mundo se torna más llevadero.
Conclusión
La inteligencia emocional es una habilidad que nos permite relacionarnos mejor con las personas que nos rodean social, laboral y familiarmente. Nos permite gestionar y entender las emociones que sentimos, y nos ayuda a comunicarlas efectivamente a los demás.
En estos días, muchas personas viven en una constante incertidumbre por lo que vendrá después, lo cual demanda mucha energía emocional. Es por eso que tener una inteligencia emocional alta es más importante que nunca.
Poner en práctica la inteligencia emocional puede traer grandes beneficios, como mejorar relaciones sociales, tener un mejor desempeño en el trabajo y una efectiva gestión emocional. Para encontrar más contenido sobre psicología y salud, seguí leyendo El Destape.