¿No estás ganando como corresponde? Si creés que es momento de pedir un aumento de sueldo, no te pierdas esta nota.
Sabemos que esta conversación como empleado es una de las más difíciles. Ya sea por inseguridad, vergüenza, o miedo, la mayor parte de las personas escapan de sentarse a negociar con su jefe.
Vamos a ver los principales factores a tener en cuenta a la hora de hablar del aumento de sueldo. Y no nos quedaremos solo en factores externos, también consideraremos actitudes y comportamientos adecuados para hacerlo.
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¿Cómo negociar un aumento de sueldo?
Son muchos los factores a tener en cuenta a la hora de pedir un aumento de sueldo. Esto hace que no haya una sola manera de lograrlo. Entonces, te explicamos paso a paso lo que debés tener en cuenta para elaborar tu propia estrategia.
Conoce el mercado
Antes de ir a negociar, es fundamental conocer el presente de tu rubro. Sin conocer la situación general, son más probables las fallas de criterio que te hagan cometer un error. No podés dejar pasar el contexto: cuestiones como el salario mínimo o la inflación son parámetros muy importantes.
Averiguá por distintos medios cuál es el sueldo promedio que las otras empresas están pagando a alguien en tu puesto. Si están pagando más que tu salario actual, esto puede ser un fuerte punto de apoyo a la hora de iniciar el pedido.
Situación de la empresa
En sintonía con el punto anterior, debés conocer el estado actual de la empresa antes de querer negociar un aumento de sueldo. ¿La empresa está en crecimiento, o más bien en un mal momento? No te saltes este paso.
Es primordial estar al tanto para imaginar acertadamente la posible postura de tu empleador. Habla con tus compañeros, ya sea de tu sector o de otros, para tener varios puntos de vista. Toda información sirve.
Conocer la situación económica general y la particular de tu empresa te dará buen criterio a la hora de negociar un aumento de sueldo.
Aparte de la situación de la empresa, debes valorar tu situación en ella. Este punto es clave para tu postura al pedir el aumento de sueldo: ¿Tu antigüedad suma otro año? ¿Has ascendido sin cambios económicos respecto del tu puesto anterior? O, incluso, seguís en el mismo puesto y sumaste responsabilidades, por lo cual lo que ganás ya no te parece justo.
Más allá de los ejemplos, lo importante es que no pierdas de vista qué te motiva a tomar esta decisión. ¿Por qué pedir un aumento de sueldo y por qué debería ortogártelo?
¿Cuál es tu salario ideal?
Cuando llegás a la conclusión de que es razonable pedir el aumento de sueldo, tus motivos deben ser claros. Si bien cualquier motivo personal es válido, es importante contar con argumentos objetivos y ordenados. Cuando suceda la negociación, es donde aparece la cuestión acerca del cuánto.
¡Es muy mala estrategia llegar al momento de la conversación salarial sin saber qué es lo que buscás! Es necesario, si vas a discutir un aumento de sueldo, que sepas cuál es tu ideal y hasta cuánto estás dispuesto a negociar.
Las averiguaciones anteriores son las que te habrán dado un panorama general, en ese sentido. A partir de llevarlas a tu situación, vas a llegar a un número ideal. Y ese es el monto que deberás defender.
Pedir un aumento de sueldo es una instancia válida en todo trabajo. Entonces, no sirve de nada bajar el monto apenas iniciada la negociación o aceptar la primera oferta sin chistar.
No sientas que te estás sobrepasando, o pidiendo algo que no te corresponde. Ponete firme en la cifra que creés justa y tratá de que la negociación finalice rondando la suma que buscabas.
Nunca pienses que pedir un aumento de sueldo queda fuera de lugar. Si creés que la cifra no es justa, estás en tu derecho de negociar.
Quizás sea algo arriesgado, pero si ves que la situación es favorable podés negociar otros aspectos más allá del salario. Del mismo modo, iniciar la negociación con un monto superior a tu ideal puede darte un resultado más satisfactorio del que esperabas. Pero con cautela… nadie querría ofender a su jefe con pedidos fuera de lugar o desproporcionados frente a la industria o el sector.
¿Qué valor tenés?
Estás brindando tu trabajo y tu compromiso a la empresa, y sentís que deberías ganar un poco más. Si vas a negociar un aumento de sueldo, es importantísimo saber qué valor tenés. Esa información, en términos de lo que como capital humano aportás a la empresa, te va a llevar más acertadamente a la cifra que te corresponde.
Además, la motivación y la satisfacción del trabajo también están en relación con el reconocimiento económico respecto de la tarea que se realiza.
Acá vas a tener que sumar cada cosa que te favorezca. No tengas vergüenza de hablar bien de vos. En última instancia, es la empresa la que sale beneficiada con tu trabajo y el plus de valor que le sumes a diario.
Si bien es común que la antigüedad sea la que avale un pedido (ya que los años te dan experiencia y acrecientan su conocimiento), puede haber otras maneras de que cambie el nivel del salario. Si mientras trabajabas en la empresa realizaste estudios y profesionalizaste tus responsabilidades y tareas, además de aumentar tu nivel educativo, aportaste capital cultural y simbólico al negocio.
Por supuesto que el conocimiento que tenés es un generador de valor, y hay otros hechos que también pueden incrementarlo. Por ejemplo, si recientemente hiciste un movimiento que generó una ganancia extraordinaria a la empresa. O bien, tenés un proyecto altamente prometedor para presentar, todo ello será de ayuda a la hora de negociar tu salario.
No te quedes de brazos cruzados ni menosprecies tus propios logros. Solo si lográs reconocer lo que valés, podrás transmitirlo a tus empleadores.
Comunicá tus logros
Así llegamos a este punto crucial. Si lograste aceptar tus virtudes y logros, ¿cómo comunicarlos correctamente?
Imaginemos que tu ambiente de trabajo es estresante. A esta situación diaria se le suma la sensación de insatisfacción con el pago. Y como si fuera poco, estás a punto de comunicarle a tu jefe que querés un aumento de sueldo. Un error de comunicación tendría costos muy altos, y no ayudaría en nada.
En un trabajo la comunicación es fundamental, como en toda clase de tarea en equipo. Si bien ahora veremos cómo comunicar esta necesidad en sí, estos métodos te servirán en tu día a día.
Primero vas a tener que identificar por completo cómo te sentís. Incluso si hubiera un descontento, no debes dejar que eso tome el control. Los principales errores de comunicación nacen de darle las riendas a las emociones, y necesitás ser totalmente claro.
Está clarísimo que lo que querés es un aumento de sueldo. Pero no es tan fácil pedirle a alguien más dinero del que viene pagando. Por eso, otro punto acá es que sepas mostrarte empático y activo al escuchar. ¿Qué mejor que tu jefe vea que estás comprometido con su situación y la de su empresa?
En ese mismo sentido, no te serviría de nada entrar a la negociación a la defensiva o la ofensiva. Tiene que ser, sobre todo, una charla amena y fluida, donde las cosas vayan decantando solas. Un aumento de sueldo debe sonar lógico y alineado con el negocio, de ninguna manera debería parecer un capricho.
Teniendo todo esto en cuenta, queda que elijas las palabras adecuadas para iniciar la conversación e incluso tener en mente algunas respuestas a posibles objeciones o consultas. Podés practicar y repasar en tu casa los términos ideales e imposibles de esas conversaciones: todo vale. Y no le quitará autenticidad al pedido el hecho de que no estés improvisando.
Por último, sé paciente en el momento de recibir la respuesta de tu jefe. De más está decir que deberás estar preparado para renegociar o replantear alguna negativa. No demuestres enojo, rencor ni hagas algún mal gesto, si rechaza tu primera oferta.
No hables de otros
¿Es necesario explicar lo mal visto que está hablar de otras personas que no están presentes? No. Si vas a negociar un aumento de sueldo, compararte con otros compañeros no es un buen plan.
Llegar a la conversación teniendo como carta una comparación despectiva con algún otro compañero puede traerte problemas. Más allá de si tu jefe comenta esto a dicha persona u a otro colaborador, habrás generado una mala impresión sobre tu profesionalismo y capacidad de trabajo en equipo. Es decir, no solo tu situación no va a mejorar, sino que podría empeorar.
Por eso recordá no hablar de otros. Tu valor y el de tu propuesta están en tu trabajo y herramientas.
Encontrá el momento indicado
Llegando al final de estos consejos para pedir un aumento de sueldo, no podía faltar este: saber elegir el momento es tan importante como identificar el tono y seleccionar los argumentos.
¡Cuidado! Que cierto día entiendas que es tiempo de pedir un aumento, no quiere decir que ese sea el día indicado. Aquí también entran en juego las emociones, y lo mejor es que tengas la cabeza fría.
Si tuviste en cuenta cada uno de los consejos que venimos enumerando, la pregunta por el cuándo se responde sola.
Una vez que tengas tu propuesta armada sólidamente, te aconsejamos solicitar una reunión. No vayas a librar una negociación tan seria e importante de manera informal. Nadie consiguió un aumento de sueldo por hacer un comentario pícaro, o quejarse en voz alta.
Si querés negociar tu sueldo, se formal y profesional para un mejor resultado. Siempre se aconseja pedir una reunión privada con tu jefe.
Sé formal y demostrá profesionalismo. Solicitar una reunión privada para discutir una situación de estas es la mejor opción. Seguro va a generar una buena impresión en tu jefe, y posiblemente mejor predisposición. No olvidés que todo punto favorable te acercará a tu meta.
¿Qué hacer si igualmente me niegan el aumento?
Quizás te excediste en tu pedido, o tuviste problemas para expresarte. O bien, la empresa no está en condiciones de solventar el aumento de sueldo que merecés.
No creas que es el fin del juego.
Mantenete calmado y razonable, empático respecto del planteo de que no es un buen momento para esa negociación. No demostrar que la decisión te toma por sorpresa (o que te enoja) es fundamental.
Dar cuenta de una posición firme y madura es también parte de tu estrategia de negociación. Mantente atento y predispuesto a escuchar si tienen alguna oferta. Una vez que la hagan, no digas automáticamente que sí o que no. La mejor respuesta en ese caso es decir que vas a considerarlo o pensarlo, para luego darles una respuesta acorde.
Si esta vez no sucede, recordá que podés volver a intentarlo. Y en última instancia, la única salida no es el dinero
Tené en cuenta que hay otras alternativas para acordar una mejora en la relación de tu trabajo y tus ganancias: no solo el aumento de sueldo es la solución.
Dependiendo de la empresa, podés conseguir beneficios de algún tipo para vos o tu familia. Por ejemplo descuentos en algún rubro, o bien días extras de vacaciones. O, por qué no, la opción de cambiarte de área a una que te guste más.
¿Cómo negociar el salario en una entrevista de trabajo?
Acabamos de ver los distintos puntos a tener en cuenta si tenés la idea de pedir un aumento de sueldo. También algunas estrategias clave. Pero ¿qué sucede si en vez de ya ser empleado de la empresa, estás a punto de entrar?
Imaginemos que enviaste tu curriculum vitae y recibiste el llamado de la empresa que te interesa. La persona al teléfono te sugiere un encuentro personal, y logran ponerse de acuerdo en una fecha y horario.
Ahora bien, ¿vas a ir sin saber algo tan importante como cuánto desearías ganar? Imposible. De hecho, es probable que te pregunten acerca de tus expectativas salariales. Y para esa situación, te acercamos estos consejos.
Está de más aclarar que tu aspecto y actitud son claves en estas reuniones: que no se te escape ningún detalle. Pero más allá de vos, existen factores que debés considerar para lograr tu objetivo.
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No sería satisfactorio conseguir el trabajo por un salario que no creés justo. Aunque tampoco quedarte sin él por una exigencia salarial fuera de lugar, ¿no?
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Tené en cuenta a qué rubro pertenece la empresa que se contactó con vos. Con tiempo averiguá en qué valores rondan los salarios de mercado en el puesto que creés que te ofrecerán (o para el que te postulate). Si bien es un estimado, te dará un buen comienzo.
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No vayas a la entrevista sin recordar en detalle cada punto que te da valor profesional, tanto estudios académicos como años de experiencia, o experiencias laborales interesantes. Luego, vas a poder ir puliendo el número teniendo en cuenta por ejemplo, tu formación. Todo en este caso sirve.
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Si actualmente estás trabajando en otra empresa, y tenés algún proyecto exitoso para mostrar, va a sumar. Mismo, alguna anécdota interesante puede darle un buen condimento, tanto como una carta de recomendación.
Pero cuidado en este punto: puede que hablar de tu trabajo actual haga que te pregunten cuánto estás ganando. Si estás buscando una empresa por un sueldo mejor y conocen el actual, puede que te ofrezcan apenas más. Nuevamente aquí es fundamental la capacidad de escucha activa para poder dar la información adecuada, en el momento justo y, a su vez, formular las preguntas necesarias para que la negociación avance sin puntos muertos o de difícil resolución.
En fin, es importante que entiendas que tenés tu valor y debés defenderlo, sin llegar a un exceso que te podría dejar sin el pan y sin la torta. Lo más importante acá, además de seguir estos tips, es que prestes mucha atención a la situación comunicativa.
Recordá siempre manejarte de manera cordial, formal y profesional aunque las cosas no salen como querías. Que recibas una negativa no quiere decir que no puedas tener una nueva oportunidad de negociar, más adelante o en otro contexto.
Conclusión
Entendemos que en ninguna circunstancia es fácil hablar de tu sueldo con tu empleador. Sin embargo, es una instancia totalmente justa y necesaria. En ningún caso se debe dejar pasar esta negociación por vergüenza, miedo o inseguridad.
Mientras más tiempo dejes pasar para pedir un aumento de sueldo, se hará cada vez más difícil encontrar el momento adecuado. Teniendo en cuenta todos los consejos que vimos, vas a poder preparar tu discurso para hacerlo de la mejor manera.
Y, repetimos, ya sea para quienes piden un aumento o quienes estén a punto de ser contratados: un no como respuesta no significa que no puedas volver a intentarlo. Recordá la importancia de la amabilidad en tu trato y la buena comunicación para poder conseguir tu sueldo ideal.
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