Son hermanos de un mismo padre que abandonó a sus madres cuando quedaron embarazadas. Después de una larga lucha de 14 años lograron reencontrarse ,a partir de un aviso de missing children. A su hermano le habían cambiado el nombre y el DNI, creía que nunca iba a volver a verlo, pero ahora muy probablemente vivan juntos para recuperar el tiempo perdido.
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Desde chica Yamila supo vivir rodeada de necesidades. Su padre, al que ella define como un “eterno adolescente”, “desaparecía” de las relaciones cuando sus parejas quedaban embarazadas. Sin embargo su abuelo paterno luchaba por mantenerlos unidos. Así Yamila creció sabiendo que tenía tres hermanos por parte de padre. Dos mujeres y Adrian. Hace 14 años su hermano desapareció y ella empezó la búsqueda.
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“Me dijeron un montón de cosas. Desde que se había ido a Chaco hasta que podía haber muerto”, cuenta Yamila a El Destape en medio de un relato donde reconstruye cada paso que dio hasta lograr el reencuentro. “Yo nunca pude creer que él esté muerto, por eso siempre lo seguí buscando”, cuenta.
Las vueltas de la vida hicieron que Yamila dejara el conurbano y se fuera a vivir a Puán, una localidad de alrededor de 5 mil habitantes en el interior de la Provincia de Buenos Aires. Allí se convirtió en maestra y empezó a estudiar Abogacía.
“Cada vez que me tocaba en el aula un chico con alguna discapacidad yo daba un plus. Siempre me hacían pensar en mi hermano” cuenta Yamila. Con los años, la joven supo que su hermano no era discapacitado de nacimiento sino por un golpe que recibió de chico, los problemas de salud de Adrián eran un dato más para su incansable búsqueda.
Hubo dos detalles que se sumaron a la trama de la búsqueda. Con el paso del tiempo Yamila no bajó los brazos y tras muchas insistencias logró que su familia encontrara el apellido de la mamá de Adrián, de quien hasta el momento sólo sabían que se llamaba Marilin. Con ese dato, sumó a todas las personas con ese apellido a sus redes sociales y les escribió en busca de datos.
Pasaron semanas hasta que recibió una respuesta. Una familiar le pasó datos y allí pudo avanzar en la Historia. Así supo que Adrian había sido dejado en un hogar en manos de un grupo de monjas porque su mamá no podía darle los cuidados que necesitaba y su abuela, en Chaco, tampoco.
Con ayuda de sus media-hermanas que habían quedado en el conurbano, Yamila logró contactarse con el Hogar. Allí no reconocían a nadie con los datos de su hermano. Parecía que la búsqueda volvía a trabarse. Además, Marilin le contaba que las monjas le habían dicho que no vaya a verlo al hogar y, que si lo hacía, no le permitían ver al chico.
Con la misma fuerza de siempre, tras largos años de lucha, Yamila pasó por hospitales, iglesias y hogares hasta que encontró los datos que buscaba y que, todavía, no entiende. A su hermano le habían cambiado el nombre y el DNI. Sólo le dejaron Adrián de segundo nombre.
Con la nueva búsqueda apareció lo que Yamila tanto buscó. “Diego Adrián Tuso” era el nuevo nombre y figuraba en Missing Children como un chico que buscaba a su familia y estaba en un hogar de San Martín. La foto de él era de cuando tenía 13 años y ella no dudó en que había encontrado a su hermano.
El día que se volvieron a encontrar
Un viernes, Yamila logró comunicarse con Missing Children. Fue Ana Rosa Llobet, su presidenta, quien la atendió y escuchó su historia. Lloraron juntas y descubrieron que esta es la primera vez en la historia de la organización que una historia con tantos años de búsqueda tiene final feliz.
Así Yamila dejó Puán y viajó 600 kilómetros hasta Liniers. Desde allí al Hogar en San Martín. Llegó una hora antes de que se permitiera el ingreso de las visitas. Esperó hasta que pudo ver a Adrián y el reconocimiento fue inmediato. Desde allí, lo visita todos los días y no pierde un minuto sin estar con él.
Con ese resultado y después de tantos años de lucha, Yamila pudo cumplir su primer sueño, el de encontrar a Adrián. Pero sabe que no es el final de la historia.
“Quiero que mis 3 hermanos estén cuando reciba mi diploma de abogada” cuenta rodeada de una emoción que no puede ocultar. “Me falta una sola materia” detalla, sabiendo muy dentro suyo que su otro sueño está muy cerca.
Sin embargo, Yamila sabe que la historia debe continuar y para eso es necesario dejar que el tiempo juegue su papel. Ahora la Justicia debe avalar que Adrián se mude a Puán con Yamila y puedan recuperar algo del tiempo perdido.
“Se que no es lo último” aclara Yamila. “Quiero saber por qué las monjas le cambiaron el nombre y el DNI, por qué le robaron su identidad”, detalla. Una pelea que sabe que enfrentará luego de vivir con su hermano y de tener su ansiado título de abogada.