Jorge Néstor Mangeri, el ex portero condenado a prisión perpetua por el femicidio de Ángeles Rawson, pasa sus días en el pabellón de ofensores sexuales del penal Rawson, en Chubut, pero quiere regrasar al penal de Ezeiza en Buenos Aires.
En diciembre del 2023, Mangeri fue traslado del módulo 1 del penal federal de Ezeiza, donde pasó diez años preso, trabajaba, estudiaba y tenía un 10 en conducta, al penal de Rawson por cuestiones operativas del Servicio Penitenciario.
En la cárcel de Buenos Aires, el encargado del edificio en el que vivía la adolescente de 16 años a quién primero quiso atacar sexualmente y, como se resistió, terminó asesinándola, tenía una conducta "ejemplar". Pasó diez años como trabajador de limpieza de su pabellón e, incluso, empezó sus estudios en el CUE, el centro universitario de la cárcel, donde cursaba la carrera de sociología, con buenas notas.
El traslado a Rawson alejó a Mangeri de quien continúa siendo su esposa y todavía cree en su inocencia, Diana Saettone. "En enero de este año fue trasladado a Rawson, ahora él no sólo está lejos de su mujer, si no también de su familia", sostuvo la nueva abogada del femicida, Patricia Croitoru, en diálogo con NA.
Hoy, el femicida de Ángeles vive en la celda número 2 del pabellón número 16 de la cárcel patagónica, donde realiza tareas menores y genera aportes en blanco que le envía a su esposa.
Cómo fue el crimen de Ángeles Rawson
Ángeles tenía 16 años y vivía junto a su familia en el departamento "A" de la planta baja del edificio ubicado en la calle Dr. Emilio Ravignani 2360, en el barrio porteño de Palermo, a donde fue vista por última vez en horas de la mañana ingresando el 10 de junio de 2013.
"Mumi", como le decían sus amigos y familiares más cercanos, había asistido a su clase de gimnasia en el colegio y, según lo acreditado durante el juicio, no logró ingresar a su departamento. La Justicia indicó que se topó en el hall con el portero, Jorge Mangeri, quien con algún engaño la llevó a un sitio del edificio -para la fiscalía, el sótano y para la querella, la portería del octavo piso- donde intentó abusarla, pero la adolescente se resistió y Mangeri decidió asesinarla.
La joven murió estrangulada y sofocada, en menos de cinco minutos. Además, el asesino le fracturó cinco costillas, la clavícula derecha y una vértebra. Según indica la sentencia, la ató y acondicionó el cuerpo de la adolescente dentro de bolsas de residuos para luego desecharlo en algún contenedor de basura.
Una vez que se encontró el cuerpo, se desató una investigación policial y judicial que fue también televisada. Si bien en un principio se sospechó que el autor del femicidio fue una persona que la interceptó en la calle camino a su casa, la aparición del video que probaba que había llegado a su casa a las 9.50 del 10 de junio y no había abandonado el edificio, posó la mirada sobre el entorno familiar de la víctima. El principal apuntado por la fiscalía, la prensa y parte de la sociedad, en ese momento, fue su padrastro Sergio Opatowski. Algo que finalmente se descartó.
Dos años después, el 15 de julio de 2015, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº 9 de Capital Federal condenó a Mangeri a prisión perpetua como autor de los delitos de "femicidio en concurso ideal con abuso sexual y homicidio agravado criminis causae", sentencia que fue confirmada hasta por la Corte Suprema. Según los argumentos de los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Gettas, el crimen fue un "femicidio" porque el asesino "cosificó" a la víctima y la mató en un contexto de violencia de género.