Un niño de 10 años murió tras quedar en medio de un tiroteo entre dos delincuentes y un policía de la Bonaerense, que se encontraba vestido de civil, en la localidad de Wilde, partido de Avellaneda. Bastián Escalante Montoya fue trasladado rápidamente, en grave estado, al hospital Presidente Perón durante la noche del miércoles y perdió la vida en la mañana de hoy. Hay dos detenidos por el brutal crimen.
Según indicaron fuentes policiales, el hecho ocurrió el miércoles alrededor de las 20, en la intersección de Caxaraville y Rondeau. El niño, junto a su madre Johana, salía del club de fútbol en donde jugaba a la pelota cuando cuatro personas, en dos motos, intentaron asaltar al efectivo que no vesía ni tenía ninguna insignia de la fuerza.
En el intercambio de disparos, entre los asaltantes y el policía, el niño recibió dos impactos de bala mortales: uno en la cervical derecha y otro en el omoplato izquierdo. Luego de ser trasladado de urgencia, no sobrevivió.
Cabe destacar que, hasta el momento, se desconoce si las balas que asesinaron al chico de 10 años fueron disparados por los delincuentes o por el policía -imputado por el delito de lesiones, aunque no fue detenido-. Frente a ello, el caso está en manos del fiscal Ignacio Colazo, a cargo de la UFI N°2 del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil del Departamento Judicial de Lomas de Zamora; quien dispuso la autopsia y las poteriores pericias balísticas para determinar quién disparó las balas mortales.
En un principio, a los delincuentes detenidos -de 16 y 18 años- se los imputó por el delito de "tentativa de homicidio calificado criminis causae y robo con armas"; aunque la imputación podría modificarse pronto por la muerte del niño. Por otro lado, se consideró que el policía actuó en legítima defensa.