Nuestra piel nos protege de agresiones externas y a través de ella percibimos nuestro entorno. Por lo tanto, tener una piel saludable es fundamental para nuestro bienestar físico y emocional. Tener una piel sana ha ido cobrando cada vez mayor importancia. No sólo porque la piel es nuestra “carta de presentación”, sino también porque es reflejo de nuestro estado de salud.
Actualmente encontramos a la venta numerosos productos que prometen hacer maravillas en nuestra piel, pero… ¿realmente funcionan? ¡Seguí leyendo para saber qué sustancias pueden ayudarte a tener una piel sana!
¿Cuándo está una piel sana?
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Una piel sana, es aquella que mantiene su función de barrera. Esta función de barrera mecánica se debe a su constitución en varias capas, con células y sustancias especializadas; lo que confiere su elasticidad y resistencia.
También funciona como barrera inmunológica, impidiendo la entrada a organismos patógenos. Asimismo, tu piel también te protege contra el daño por radiación ultravioleta (UV) y contaminación.
Algunas características de una piel saludable son:
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Adecuada elasticidad y firmeza.
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Adecuado nivel de hidratación.
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Textura y tono uniforme.
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Nivel de sebo regulado.
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Ausencia de áreas de enrojecimiento o malestar.
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Ausencia de lesiones hiperpigmentadas (puntos de oscurecimiento de la piel)
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Ausencia de impurezas.
Recomendaciones para una piel saludable
De acuerdo a la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, la piel sana envejece de dos formas:
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Envejecimiento extrínseco, como la radiación UV y la contaminación. Representa el 80% de los signos del envejecimiento de la piel. Incluye pigmentación moteada, opacidad, sequedad, arrugas y laxitud.
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Envejecimiento intrínseco, como la genética y las hormonas. Representa tan solo el 20%; sus resultados visibles son adelgazamiento cutáneo, arrugas y piel seca.
La radiación UV y la contaminación son los peores enemigos de una piel sana ya que ocasionan 80% de los signos del envejecimiento.
Es importante entonces, mantener hábitos saludables como los siguientes.
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Protegerte siempre de la radiación UV.
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Llevar una dieta balanceada.
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Tomar muchos líquidos.
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Tener una adecuada calidad del sueño.
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Evitar apoyar la cara contra la almohada al dormir (puede arrugar tu rostro).
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Llevar una rutina diaria de skincare.
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Evitar tomar alcohol.
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No fumar.
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Realizar chequeos médicos para descartar alguna afección que pueda afectar la salud de tu piel.
¿Qué mantiene la piel sana?
Además de adoptar un estilo de vida saludable, y mantener una rutina diaria de skincare, otro paso es identificar las necesidades de tu piel.
A continuación, te mostramos una lista con varios compuestos que pueden ayudarte a mantener tu piel saludable.
Ácido hialurónico
Es una molécula que puede retener casi 1000 veces su peso de agua.
Cuando envejecemos, el ácido hialurónico (AH) disminuye, lo que provoca que nuestra piel se vea seca, delgada y sin elasticidad. También provoca líneas finas, arrugas y pliegues nasolabiales.
El AH repone la hidratación cutánea, dando como resultado una piel más suave, tersa y radiante. También ralentiza la formación de arrugas y mejora las ya desarrolladas.
El AH también promueve la regeneración celular y estimula la producción de colágeno, dando como resultado una piel más elástica. El AH presenta excelente biocompatibilidad, biodegradabilidad, durabilidad y ausencia de toxicidad.
Ácido glicólico
Un atributo clave de una piel sana, es la luminosidad, definida por la reflectancia de la luz de la superficie cutánea.
Con la edad, las células muertas se acumulan en tu piel, ocasionando que ésta se vea áspera, seca, con poros dilatados y menos luminosa. Los exfoliantes, (físicos o químicos) se encargan de remover las células muertas de la capa superficial de la piel.
Los exfoliantes químicos más utilizados incluyen los α-hidroxiácidos, como el ácido glicólico (AG), el cual penetra fácilmente en la piel, estimulando su renovación celular.
Los beneficios del peeling con AG son:
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Aumenta el ácido hialurónico, aumentando la hidratación cutánea.
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Aumenta la firmeza y elasticidad en la piel.
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Antiinflamatorio y antioxidante.
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Disminuye el acné.
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Disminuye la hiperpigmentación post inflamatoria (manchas marrones o rojas en la piel después de un proceso inflamatorio).
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Afina los poros.
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Mejora la textura de la piel.
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Combate el fotoenvejecimiento.
Los efectos secundarios son: enrojecimiento, ardor leve e hiperpigmentación postinflamatoria transitoria. El AG se debe neutralizar para detener la acidificación de la piel, o puede causar ampollas y cicatrices.
Ácido ferúlico
Complementar la protección UV utilizando antioxidantes naturales, se sugiere como un enfoque prometedor. Los hidroxiácidos, especialmente el ácido ferúlico (AF), es un potente antioxidante y fortalece la función de barrera de la piel.
El AF inhibe la formación de especies reactivas del oxígeno y neutraliza los radicales libres provocados por la radiación UV y la contaminación.
Otros beneficios del AF incluyen:
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Antiinflamatorio.
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Actividad antimicrobiana.
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Agente aclarante, ya que inhibe la melanogénesis (mecanismo por el cual se produce melanina, el pigmento de la piel)
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Acelera la cicatrización de heridas.
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Anticancerígeno (para cáncer de piel).
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Previene la degradación del colágeno.
Gracias a que penetra profundamente en la piel, se utiliza como agente fotoprotector y para retrasar el fotoenvejecimiento.
Vitamina C
Los antioxidantes eliminan el estrés oxidativo, que es el daño que causan los radicales libres en las células sanas. Este daño se refleja como líneas finas, arrugas, laxitud, mayor cantidad de sebo, brotes de acné y manchas en tu piel.
Al eliminar los radicales libres, los antioxidantes previenen y corrigen estos signos visibles.
La vitamina C o ácido ascórbico, es el antioxidante predominante en tu piel. No obstante, esta vitamina no penetra en la piel sin volverse inestable; pero al combinarse con vitamina E y AF, se estabiliza.
Te contamos cuáles son los beneficios principales de la vitamina C.
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Disminuye la respuesta inflamatoria de tu piel a los rayos UV. Previene las quemaduras solares y el fotoenvejecimiento.
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Mejora los signos de daño cutáneo. Al reducir la inflamación, los antioxidantes permiten que la piel se repare a sí misma.
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Ilumina el tono de tu piel. La vitamina C suprime la melanogénesis, por lo que es un agente despigmentante eficaz.
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Previene ciertos tipos de cáncer.
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Aumenta la producción de colágeno.
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Repone los niveles de vitamina E en la piel.
Fijate que tus sueros o cremas hidratantes contengan tetrahexildecil ascorbato. Es una de las formas más estables del ácido ascórbico, y siendo liposoluble, penetra hasta los niveles más profundos de la piel.
Vitamina E
La vitamina E es un poderoso antioxidante con propiedades antiinflamatorias y también acelera el proceso de curación de la piel.
La vitamina E es eficaz contra el fotoenvejecimiento, la inmunosupresión y la fotocarcinogénesis. Además, al ser liposoluble, puede pasar a las capas más profundas de la piel y proteger a las células del estrés oxidativo.
La vitamina E disminuye la aspereza de la piel, la longitud de las líneas faciales y la profundidad de las arrugas. También elimina los radicales libres, disminuye la producción de sebo, suprime la degradación del colágeno y la melanogénesis.
Las vitaminas E y C son antioxidantes importantes para una piel sana ya que aumentan el potencial fotoprotector de los bloqueadores solares.
Las vitaminas C y E trabajan juntas eliminando las especies reactivas del oxígeno. Otorgan así mayor protección contra la radiación UVB en comparación con los tratamientos individuales.
Péptidos
Los péptidos son cadenas cortas de aminoácidos (los bloques de construcción de las proteínas) que al unirse en una cadena, forman un péptido.
Las propiedades de los péptidos son las siguientes.
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Antioxidantes.
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Antienvejecimiento.
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Hidratantes.
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Regeneración celular.
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Reparación de heridas.
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Estimulan la producción de ácido hialurónico, colágeno y elastina.
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Inhiben la degradación del colágeno.
Se clasifican en cuatro categorías:
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Péptidos señal. Previenen el envejecimiento al estimular las células de la piel para aumentar los niveles de colágeno y elastina.
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Péptidos portadores. Proporcionan elementos esenciales (como el cobre), para la curación de heridas.
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Péptidos inhibidores de neurotransmisores. Inhiben la liberación de acetilcolina, la sustancia que provoca la contracción muscular.
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Péptidos inhibidores de enzimas. Inhiben las enzimas (proteínas que aceleran reacciones químicas) que descomponen el colágeno.
Niacinamida
La niacinamida tópica (vitamina B3 o nicotinamida) es ampliamente utilizada para mantener una piel sana, ya que entre sus propiedades se encuentran:
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Antimicrobiana.
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Reducción de la gravedad del acné.
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Disminuye la producción excesiva de sebo.
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Despigmentante
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Antioxidante.
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Antiinflamatoria.
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Hidratante.
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Aumento de la síntesis de ceramidas (sustancias que restauran e hidratan la piel).
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Prevención del fotoenvejecimiento, fotoinmunosupresión y fotocarcinogénesis.
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Mejora la textura de la piel.
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Afina los poros.
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Mejora la estructura general y elasticidad de la piel.
Los efectos secundarios de la nicotinamida incluyen: ardor leve, comezón y enrojecimiento. Sin embargo, estos síntomas tienden a mejorar con su uso continuo.
Metil estradiolpropanoato (MEP)
Una causa del envejecimiento intrínseco en mujeres es la pérdida de estrógeno al inicio de la menopausia. Este cambio conocido como piel deficiente en estrógenos (PDE), se caracteriza por las siguientes señales.
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Deficiencia de colágeno.
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Disminución de biomoléculas funcionales y estructurales, como el ácido hialurónico.
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Menor defensa ante el estrés oxidativo.
Según la Revista de Medicamentos en Dermatología, esto resulta en: sequedad, comezón, aumento de arrugas, adelgazamiento de la piel y mala cicatrización.
Los estrógenos son básicos para mantener una piel saludable, en la menopausia hay una pérdida de 30% del colágeno.
La PDE suele tratarse con terapia de reemplazo hormonal. No obstante, esta terapia no está diseñada para beneficiar la piel. Además, puede aumentar el riesgo de cáncer de mama o embolias.
El metil estradiolpropanoato (MEP) es un compuesto no hormonal que activa los receptores de estrógeno en la piel. Te contamos cuáles son los beneficios del MEP.
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Induce la producción de colágeno.
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Reduce la degradación del colágeno.
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Aumenta la fuerza y elasticidad cutáneas.
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Disminuye las arrugas.
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Mejora en la opacidad, textura y color de la piel.
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Mejora la apariencia del daño solar.
Protector solar
Todos los días tienes que usar protector solar. Aún en días nublados; ya que los rayos UV atraviesan las nubes. También en casa, ya que el vidrio de las ventanas filtra los rayos UVB, pero no los rayos UVA.
Según un artículo de la Universidad de California, la protección contra los rayos UV debe iniciarse en la infancia. El 80% del daño solar en nuestra piel habrá ocurrido a los 18 años (aunque se hace evidente años después).
Un protector solar de amplio espectro, es decir que proteja contra rayos UVA y UVB, previene quemaduras solares, fotoenvejecimiento y cáncer de piel.
Idealmente, nuestro protector solar debe contener agentes químicos, que absorben los rayos UV y agentes físicos, que reflejen los rayos UV para una mayor eficacia.
El factor de protección solar (FPS), mide la eficacia del protector solar contra el enrojecimiento cutáneo. La Academia Americana de Dermatólogos recomienda el uso de bloqueadores con FPS >30 para una protección óptima.
La luz visible de alta energía (HEV) o luz azul, puede causar producción de radicales libres, hiperpigmentación y envejecimiento cutáneo. Por lo que los protectores solares también ofrecen protección contra la luz azul.
Retinol
Una terapia de prescripción fundamental desde 1969 para mantener una piel sana ha sido la forma tópica y sintética de vitamina A. El retinol es un derivado de la vitamina A.
Es eficaz en la prevención y reversión del fotoenvejecimiento, así como prevención contra el cáncer de piel. Algunos de los efectos del retinol son:
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Aumenta el grosor de la piel.
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Minimiza las líneas finas y las arrugas.
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Refina la textura de la piel.
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Disminuye las manchas, igualando el tono de la piel.
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Aumenta el ácido hialurónico.
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Aumenta la síntesis del colágeno y disminuye su degradación.
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Estimula el recambio epidérmico.
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Da firmeza mecánica y elasticidad a la piel.
Los efectos secundarios de los retinoides son: irritación, sequedad, descamación de la piel, y aumento de la fotosensibilidad. Sin embargo, el retinol tiene bajo potencial de irritación cuando se usa diariamente.
No debés combinar los retinoides con vitamina C, α y ß hidroxiácidos, ácido salicílico y peróxido de benzoilo. Ya que esto puede aumentar la severidad de los efectos secundarios del retinol.
Conclusión
Como espejo de nuestro bienestar general, una piel saludable y de aspecto juvenil mejora la confianza en nosotros mismos. Actualmente tenemos a nuestra disposición gran variedad de sustancias que nos ayudan a lucir una piel saludable.
Aún así, lo ideal es acudir con un dermatólogo para que puedas incluir los mejores productos en tu rutina del cuidado de la piel. ¡Seguí leyendo El Destape para enterarte de todo lo que necesitás saber en temas de salud!