La piel es el órgano más extenso de la economía corporal. Puede mostrar el estado de salud o señalar con precisión una enfermedad general o cutánea. La piel en el adulto mide de 1.4 a 1.8m2 y pesa aproximadamente 4 kg. La piel también exhibe nuestros caracteres étnicos o el efecto del paso del tiempo. Por estas y más razones, es importante que conozcas tu tipo de piel.
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Importancia de la piel
La principal función de la piel es de protección. Actúa como una barrera mecánica debido a su constitución, su elasticidad y resistencia, impidiendo la entrada de microorganismos.
La piel tiene una emulsión superficial constituida por sustancias solubles del sudor y por ácidos grasos de la secreción sebácea. Este manto protege de la humedad excesiva, de la desecación y de la entrada de bacterias y hongos.
El manto ácido de la piel permite tolerar sustancias de pH entre 5 y 10.
La piel protege también de la pérdida de líquidos corporales, de daño por fuerzas mecánicas y de cantidades dañinas de radiación ultravioleta (UV). También tiene la función de termorregulación (regulación de la temperatura).
La piel es la barrera del organismo contra los estímulos nocivos del medio ambiente.
¿Cómo saber cuál es tu tipo de piel?
De acuerdo a la Academia Americana de Dermatología, hay cinco tipos principales de piel: grasa, seca, normal, sensible y mixta.
Además, nuestra piel responde al entorno, por lo que algunas de sus características pueden cambiar dependiendo del clima, el estrés o condición general de salud.
Un artículo publicado en la revista Farmacología y Fisiología de la Piel menciona que en realidad el tipo de piel que tenés está determinado genéticamente.
En casa podés hacer una sencilla prueba para saber tu tipo de piel. Lava tu cara con un limpiador suave y esperá todo el día sin aplicar nada. Por la noche buscá los signos específicos de cada tipo de piel.
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Normal: suave, flexible, sin signos notables de grasa, sequedad o irritación.
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Seca: tensa y áspera al contacto, puede ser escamosa.
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Grasa: se ve brillante y se siente oleosa al tacto.
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Mixta: grasa en la zona T y seca o normal en el resto de la cara.
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Sensible: puede causar comezón, inflamación y estar roja.
A continuación te explicamos las características de cada tipo de piel, y los cuidados que requiere cada uno.
Piel grasa u oleosa
La piel grasa u oleosa se describe como un tipo de piel con producción aumentada de sebo. Es un problema cosmético común que da la apariencia de tener una piel brillosa y grasosa.
Las glándulas sebáceas secretan una compleja mezcla de lípidos, llamada sebo, a la superficie cutánea. Otra fuente de lípidos son los queratinocitos (células que producen queratina, proteína que ayuda a formar tejidos como pelo y uñas).
En la cara podemos tener hasta 900 glándulas sebáceas por cm2. La creencia de que lavar excesivamente la piel causa superproducción de sebo es errónea. Solamente hace que salga a la superficie el sebo almacenado.
La piel grasa es un problema cosmético que puede causar un problema con la auto-imagen.
¿Cómo identifico la piel grasa?
Esta piel tiene poros visibles y es propensa a la aparición de acné. Las características principales de la piel grasa son:
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Poros visibles
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Brillantez
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Piel engrosada y pálida
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Tendencia al acné
¿Cómo cuido la piel grasa?
El cuidado de la piel grasa está enfocado en el control de la producción excesiva de sebo.
La rutina de cuidado deberá ser a base de limpiadores faciales que remuevan suciedad, exceso de sebo y otras impurezas. Los productos astringentes pueden reducir el brillo.
No olvides humectar y optá sólo por productos “no comedogénicos” (que no produzcan “comedones” o granos).
Tampoco debés dejar de lado la protección solar. Elegí alguno dentro del amplio espectro, con factor de protección solar 50+, de textura ligera y rápida absorción.
Los peelings químicos superficiales con ácido mandelico también reducen el sebo. Los tratamientos tópicos son:
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Retinoides: el retinol es antiinflamatorio y suprime la producción de sebo. La tretinoína y el tazaroteno reducen el tamaño de los poros.
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Olumacostat Glasateril, un nuevo medicamento que podría disminuir la salida de sebo y la inflamación del acné. Aún se encuentra en fase clínica de prueba en varios centros de investigación en Australia, Canadá y Estados Unidos, patrocinados por la farmacéutica Dermira Inc.
Los tratamientos sistémicos son:
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Isotretinoina: disminuye la salida de sebo.
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Espironolactona: diurético (medicamento que aumenta la cantidad de orina) que reduce la producción de sebo.
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Anticonceptivos orales: disminuyen hormonas masculinas que estimulan las glándulas sebáceas de la piel.
Algunas sustancias útiles para la piel grasa son: aceite de árbol de té, niacinamida y L-carnitina. La toxina botulínica es otra opción de tratamiento tópico, en forma de inyección intradérmica.
En su revisión, la Dra. Endly del Centro Avanzado de Dermatología de Cáncer de Piel y Cirugía Láser de Colorado, refiere que esta toxina disminuye 80% el sebo.
Estos resultados son similares a los de la isotretinoína oral, refiere la Dra. Endly. Esta disminuye 60% a 90% la producción de sebo. Otros tratamientos incluyen terapia fotodinámica y láser.
La glándula sebácea está regulada por varias hormonas. Por ese motivo, es importante corroborar no estar sufriendo de algún desequilibrio hormonal.
La dieta es una fuente importante de sustratos para la síntesis de sebo, así que es clave también cuidar la alimentación.
Piel normal
Se refiere a la piel que está bien equilibrada, no es demasiado grasa ni demasiado seca. La producción de sebo está regulada así como el nivel de hidratación.
¿Cómo identifico la piel normal?
Las características de la piel normal son:
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Poros finos.
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Buena circulación sanguínea
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Textura aterciopelada, suave y lisa
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Ausencia de impurezas
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No es propensa a la sensibilidad
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Es elástica y resistente
¿Cómo cuido la piel normal?
Si tenés la fortuna de tener la piel normal, sólo necesitás limpieza e hidratación, tonificarla y utilizar protección solar. Los ingredientes a considerar para beneficio de tu piel son principalmente la vitamina C y productos con alfa-hidroxiácidos (AHA).
En su forma tópica, la vitamina C es un antioxidante efectivo que reduce el daño por radicales libres. Promueve la síntesis de colágeno, mejorando líneas de expresión y trastornos de la pigmentación.
Los alfa-hidroxiácidos han ganado popularidad como agentes anti-edad. Los que se usan más comúnmente son el ácido glicólico y el ácido láctico. Reducen la apariencia de líneas de expresión y de arrugas en la piel.
Piel seca
La piel seca es un tipo de piel que produce menos sebo que la piel normal. No cuenta con los lípidos necesarios para mantener un nivel de humedad óptimo y formar una barrera eficiente contra agentes externos.
Representa hasta el 40% de consultas dermatológicas, siendo más común en mujeres.
La piel seca con comezón crónica es la manifestación de varios trastornos de la piel como dermatitis atópica y psoriasis. También puede ser manifestación de enfermedades sistémicas, como enfermedad renal crónica, enfermedades crónicas del hígado y diabetes mellitus.
¿Cómo identifico la piel seca?
El síntoma principal es la comezón. Las demás características de la piel seca dependen de su grado:
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Piel seca: se percibe tirante, frágil y áspera; aspecto apagado y poca elasticidad.
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Piel muy seca: descamación, aspecto áspero o con manchas, sensación de tirantez, comezón, irritación y enrojecimiento.
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Piel extremadamente seca: se presenta en las zonas más susceptibles como manos, pies, codos y rodillas. Hay aspereza, grietas, callosidades, descamación, comezón intensa.
La causa principal de la piel seca es la falta de factores hidratantes naturales como urea, aminoácidos y ácido láctico, que fijan el agua. También hay falta de lípidos epidérmicos, como ceramidas, ácidos grasos y colesterol.
La piel seca se puede presentar en la dermatitis atópica, la psoriasis, la diabetes y padecimientos crónicos del hígado y riñón.
¿Cómo cuido la piel seca?
El punto clave es mantener la piel hidratada con emolientes para restablecer su función como barrera.
Es importante usar limpiadores suaves, como leches de limpieza, por ejemplo. Lo importante es que no quiten a la piel sus aceites naturales.
Los emolientes mejoran la humedad de la piel formando una película protectora que impide la evaporación y pérdida de agua. El emoliente ideal contiene cinco ingredientes clave:
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Humectantes, que atraen el agua de las capas profundas de la piel.
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Lípidos no fisiológicos, aceite vegetal o mineral.
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Lípidos fisiológicos, ceramidas, ácidos grasos libres.
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Agentes humectantes/antipruriginosos, contra la comezón.
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Agentes que apoyan la diferenciación epidérmica.
Piel sensible
La piel sensible es una condición de hiperreactividad a factores ambientales. Es una condición que afecta al 70% de las mujeres y al 60% de los hombres.
Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero la cara es el lugar más común. La pérdida transepidérmica de agua facilita la penetración de agentes irritantes como los rayos UV, contaminantes y productos químicos.
¿Cómo identifico la piel sensible?
Los síntomas de la piel sensible son:
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Escamas, enrojecimiento, erupciones.
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Inflamación, descamación y aspereza.
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Comezón, ardor, tirantez y “pinchazos”.
Estos síntomas se presentan frente a estímulos que normalmente no causan dichas sensaciones. La cara es el lugar más frecuentemente afectado, seguido de las manos (58%), cuero cabelludo (36%) y pies (34%).
La piel sensible es más común en mujeres. Puede estar relacionada con procedimientos cosméticos, edad y otros factores ambientales.
¿Cómo cuido la piel sensible?
Primero se debe discontinuar todo producto que pueda causar sensibilidad. La piel sensible requiere una rutina mínima que limpie e hidrate sin causar irritación.
Si tenés piel sensible, tenés que usar limpiadores suaves. Es decir, jabones sintéticos (syndet) que reemplacen a los jabones detergentes.
Es necesario que uses productos con formulaciones especiales para piel sensible. Estos productos se caracterizan por la escasez de ingredientes agresivos como perfumes y la ausencia de agentes sensibilizantes e irritantes mínimos.
Es importante usar un producto humectante que contenga ingredientes calmantes.
Evitá los exfoliantes, jabones en barra, cualquier producto con alcohol o con fragancias agregadas, retinoides y tretinoína.
Piel mixta
Las personas con piel mixta presentan características de un tipo en la zona T, y de otro tipo en las mejillas. Generalmente la zona T tiene tipo de piel grasa y la zona U (mejillas) tiene tipo de piel seca.
¿Cómo identifico la piel mixta?
La piel mixta se caracteriza por:
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Zona T grasa
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Poros visibles e impurezas en esta zona
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Zona U con piel normal o seca
¿Cómo cuido la piel mixta?
Utilizá productos gentiles que puedan hidratar tanto áreas secas como grasas del rostro. Aplicá tratamientos de acuerdo a tus necesidades, sin olvidarte de tonificar e hidratar. Tampoco te olvides de usar protector solar de amplio espectro.
Podés usar un producto exfoliante muy suave una vez por semana. Considerá acudir como ingrediente al ácido hialurónico, que hidrata sin aumentar la grasa en la zona T. Evitá usar en la zona U ácido salicílico y ácido láctico, ya que pueden agravar la resequedad.
Los antioxidantes, como la vitamina C, te protegen del daño ambiental. Lo podés usar de manera segura en todo tu rostro.
Si preferís las opciones naturales, acá te mencionamos algunas:
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El aceite de coco es una buena opción para las zonas secas de la piel. Se ha demostrado que tiene propiedades hidratantes y antiinflamatorias. Sin embargo, es comedogénico, así que evitá aplicarlo en la zona T.
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La miel es un humectante para la piel. También es antibacterial y un antiséptico natural.
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La avena funciona para eliminar el exceso de sebo, absorbiendo la grasa y calmando la irritación. Además, ayuda a retirar las células muertas.
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La niacinamida funciona bien para la piel mixta ya que disminuye el sebo sin resecar la piel.
Conclusión
Hay una amplia variedad de tipos de piel y combinación de los mismos. A pesar de que no podemos elegir nuestro tipo de piel, sí podemos elegir amarla y cuidarla.
Actualmente existen múltiples productos para necesidades específicas para cada tipo de piel.Tu dermatólogo te puede indicar la rutina ideal de cuidado para tu piel.
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