Tu piel es un órgano multifuncional con funciones más críticas de lo que creés. Es por ello que resulta fundamental adquirir hábitos diarios que te ayuden a mantenerla sana el mayor tiempo posible.
Además, la apariencia física de la piel representa una importante vía de comunicación con otros miembros de nuestra sociedad. A continuación, describimos algunos hábitos que impactan positivamente en el cuidado de tu piel.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Acompáñanos en este artículo para conocer algunos hábitos diarios que te pueden ayudar a lucir una piel radiante.
Los mejores hábitos para una piel sana
Una piel sana es aquella que mantiene su función de barrera intacta. Debido a la naturaleza de este órgano, existen diversos factores que pueden afectar su funcionamiento.
Continuá leyendo para conocer los mejores hábitos diarios para mantener la salud de tu piel.
Manos siempre limpias
De acuerdo con la revista La superficie ocular, el contacto espontáneo de las manos con la cara es un hábito arraigado. En promedio, tocamos nuestra cara entre 9 y 162 veces por hora.
El problema de esta conducta es el riesgo de la autoinoculación. Es decir que con tus propias manos introducís material contaminado en otros sitios del cuerpo.
Por lo tanto, incluí en tus hábitos diarios mantener las manos limpias y lavar tus manos antes de lavar tu cara. Así evitarás cualquier transferencia de bacterias que pueden causar acné u otras infecciones cutáneas.
Genera hábitos de higiene en tu rostro
La limpieza de la piel es importante para eliminar la suciedad, los residuos y el sebo. De igual modo, desempeña un papel importante en la reducción del envejecimiento cutáneo prematuro inducido por la contaminación.
Asimismo, los hábitos diarios de limpieza y humectación, ayudan a controlar los niveles de pH cutáneo, lo que permite una retención suficiente de agua.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en zonas urbanas, más del 80% de las personas están expuestas a altos niveles de contaminación.
Un estudio publicado en la revista Dermatología experimental, demostró que la contaminación ambiental aumenta 20% el envejecimiento cutáneo extrínseco (arrugas y manchas pigmentadas).
Entonces, ¿con qué frecuencia debés lavar tu rostro? Si vivís en climas tropicales o tenés piel grasa, lavá tu cara de 2 a 3 veces al día. Mientras que si vivís en climas secos y fríos o tu piel es sensible o seca, lavá tu rostro 1 o 2 veces al día.
Humectá tu piel
El hábito diario de usar crema hidratante por la mañana y por la noche es básico para una piel sana y de aspecto más joven. Los productos humectantes aumentan el contenido de agua de la piel, por lo que mejoran la apariencia de líneas finas y arrugas.
Cuando la función de barrera cutánea se ve afectada, todo tipo de contaminantes, bacterias, radicales libres y rayos UV, atacan la piel. Esto daña las células sanas y acelera el proceso de envejecimiento cutáneo.
Los hábitos diarios de limpiar y humectar tu piel fortalecen la función de la barrera cutánea contra agresiones externas.
El mercado ofrece tres principales tipos de hidratantes:
-
Humectantes. Evitan la pérdida de hidratación al atraer agua de la atmósfera hacia la piel. Son ideales para pieles mixtas y grasas. Ejemplos: ácido hialurónico, glicerina, urea.
-
Emolientes. Funcionan rellenando las grietas entre las células de la piel y reteniendo el agua. Son ideales para pieles secas y sensibles. Ejemplos: lanolina, aceite mineral, ceramidas.
-
Oclusivos. Proporcionan una barrera protectora más gruesa para evitar la pérdida de agua. Son ideales para piel severamente seca. Ejemplos: manteca de karité, vaselina, cera de abejas y parafina.
Idealmente, aplicá tu crema hidratante con la piel húmeda. Además, recordá ajustar tu hidratante con cada estación: el invierno requiere productos más pesados como bálsamos, aceites y cremas; y en el verano son preferibles emulsiones y geles.
Hidratate
El estado general de tu piel es el resultado de varios factores y hábitos diarios. Entre ellos es clave la hidratación, es decir, la cantidad adecuada de agua en el estrato córneo (la capa cutánea más externa).
A medida que envejecemos, nuestras células tienen membranas más débiles que no pueden regular correctamente la cantidad de agua intracelular. Por ello, es importante mantenerse bien hidratado.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, un adulto sano necesita unos 35 ml de agua al día por kilo de peso. Recuerda que una piel bien hidratada, es una piel elástica, con mayor turgencia y brillo.
Alimentate sanamente
Incluir en tus hábitos la ingesta de nutrientes esenciales a través de la dieta diaria redunda en importante beneficios para los procesos biológicos cutáneos.
Una alimentación saludable proporciona nutrientes esenciales básicos para una piel sana. |
La piel es un tejido con alto potencial proliferativo, por lo que necesita una adecuada ingesta de proteínas, carbohidratos y grasas. Asimismo, las vitaminas, minerales y ácidos grasos protegen y restauran la barrera cutánea.
Además, la combinación de nutrientes garantiza un nivel adecuado de hidratación cutánea, y protección contra factores externos y el daño inducido por la inflamación.
Si no consumís la cantidad suficiente de nutrientes esenciales, tu piel lucirá seca, con erupciones, brotes de acné y tono pálido o ceniciento, en algunos casos. Además, tu piel será más propensa al daño solar.
Según las Pautas alimentarias para estadounidenses, una dieta variada y equilibrada incluye: 40-60% de carbohidratos, 20-30% de proteínas y 10-20% de grasas. Recordá también agregar estos nutrientes esenciales:
-
Antioxidantes (Vitaminas A, C y E). Protegen tu piel de los radicales libres.
-
Complejo B. Esencial para la cicatrización de heridas.
-
Vitamina D. Útil para tratar la inflamación de la piel.
-
Minerales. Mejoran el sistema inmune y la formación de colágeno.
-
Fibra. Eliminan toxinas y sustancias que el cuerpo no necesita.
Una ingesta dietética desequilibrada puede ser causa de enfermedades cutáneas, adelgazamiento de la piel y retraso en la cicatrización de heridas.
Utiliza protector solar todo el año
La mayoría del daño solar resulta de la exposición crónica a los rayos ultravioleta (UV). Por lo tanto, incluí en tus hábitos diarios protector solar. Se lo debe usar incluso en días nublados: según la OMS, 80% de los rayos UV atraviesan las nubes.
Después de 15 minutos de exposición solar, se activan las sustancias que promueven la inflamación de la piel. El daño cutáneo por radiación UV se asocia con la degradación del colágeno y disminución de su síntesis
El uso de protector solar, por otro lado, previene las quemaduras solares, el fotoenvejecimiento cutáneo y el cáncer de piel.
Incluye en tus hábitos diarios el uso de protector solar de amplio espectro con FPS 30 para prevenir el cáncer de piel. |
La Academia Americana de Dermatólogos (AAD) recomienda usar protector solar con un Factor de Protección Solar (FPS) de 30 para una protección óptima.
La AAD también recomienda usar protector solar de “amplio espectro”. Esta tecnología incluye bloqueadores químicos o físicos que filtran varias longitudes de onda UV (UVA y UVB), e incluso capas de luz infrarroja y luz azul.
Sin embrago, el protector solar no protege al 100% de la radiación UV, así que tomá medidas adicionales de protección. Podés usar sombreros de ala ancha, ropa protectora contra el sol y gafas de sol. Y sobre todo evitá las horas de máxima radiación UV: entre las 10 a.m. y las 4 p.m.
Procurá utilizar agua tibia o fría
¿Por qué? Porque los baños calientes prolongados reducen la capacidad de retención de agua del estrato córneo de la piel. Además, los estímulos térmicos del agua caliente aumentan la expresión de sustancias inflamatorias y de las especies reactivas de oxígeno.
Las especies reactivas del oxígeno son un factor importante en el envejecimiento cutáneo: destruyen la red de colágeno y elastina de la piel.
La exposición prolongada de la piel al agua caliente también puede eliminar los factores hidratantes naturales y los lípidos del estrato córneo. Esto resulta en una piel seca y alteración de la barrera cutánea.
Así que lavá tu piel con agua tibia para minimizar la posibilidad de irritación o evitar empeorar situaciones de pieles sensibles, secas o con brotes de acné.
Exfoliá tu piel al menos una vez a la semana
Un rostro luminoso es un rostro joven. La luminosidad está determinada por la reflectancia de la luz de la superficie cutánea.
A medida que la piel envejece, la luminosidad disminuye porque la tasa de renovación celular se ralentiza drásticamente. Las células muertas se mantienen en la superficie cutánea, lo que acentúa líneas finas y hace que tu cutis se vea opaco y sin vida.
Hay una manera de compensar esta ralentización gradual y mejorar el tono y textura de la piel casi de inmediato: la exfoliación.
Se trata de un proceso con muchos beneficios inmediatos y a largo plazo:
-
Desvanece las manchas de la piel al eliminar las células cutáneas muertas que contienen el pigmento.
-
Minimiza la aparición de poros dilatados y cicatrices superficiales.
-
Hace que las líneas finas y las arrugas sean menos visibles porque la capa de piel recién expuesta refleja mejor la luz.
-
Permite una mejor absorción de humectantes, antioxidantes y sueros al eliminar la capa superior de células muertas y dañadas.
Hay dos tipos de exfoliantes: exfoliantes físicos (utilizan la fricción para eliminar manualmente las células muertas de la piel) y exfoliantes químicos (utilizan ácidos o enzimas para eliminar las células muertas).
Ahora bien, si tenés la piel sensible, buscá exfoliantes con base en enzimas, porque permiten un proceso de exfoliación seguro y suave.
En cualquier caso, tené cuidado con la exfoliación excesiva, ya que se puede lesionar la piel y recordá mantener tu piel humectada y usar protector solar.
Duerme lo suficiente
Una buena calidad de sueño ayuda a mantener la adecuada función de barrera de la piel. Esto se verificó en un estudio japonés que asoció afecciones de la piel con la calidad del sueño.
Ese estudio encontró que un sueño deficiente se asocia significativamente con un mayor pérdida transepidérmica de agua. Además, las personas que duermen bien tendrían un 30% más de recuperación de la barrera cutánea en comparación con las que duermen mal.
Al respecto, la Revista Internacional de Investigación Ambiental y Salud Pública señala que el número adecuado de horas para dormir es de 7.5 h. Las personas que duermen menos de 6 h viven en un estado de restricción crónica del sueño.
Evitá el cigarro
De acuerdo con la Revista Internacional de Macromoléculas Biológicas, fumar puede acelerar el proceso de envejecimiento cutáneo un 20%. Además, el riesgo es mayor en mujeres y se correlaciona con el número de cigarrillos diarios.
Este proceso de envejecimiento se da través de la formación de radicales libres y de la disminución de la síntesis de colágeno y del aumento de su degradación.
El contacto directo con el humo del cigarrillo aumenta la aparición de arrugas al reducir los niveles de humedad e inducir una reacción inflamatoria. La exposición pasiva al humo del tabaco también induce el envejecimiento cutáneo prematuro.
De igual modo, empeora la dermatitis de contacto y la dermatitis atópica; también propicia la aparición temprana de canas y calvicie. Por último, fumar tiene un efecto sinérgico con la exposición al sol en el envejecimiento de la piel.
Conclusión
Sabemos que la piel cambia continuamente. No obstante, de acuerdo con la revista Abierto Global de Cirugía Plástica y Reconstructiva, solo el 20% del envejecimiento cutáneo depende de nuestra genética.
Eso nos deja con un margen de 80% para modificar cómo lucirá nuestra piel a través del tiempo. Ahora ya sabés qué hábitos diarios de salud debés incorporar para el mejor cuidado de tu piel y mantenerla sana durante más tiempo.
Por supuesto, tu estado general de salud es un aliado estratégico: tu piel es reflejo de tu bienestar integral. ¡Continuá leyendo El Destape para enterarte de los mejores cuidados para la salud de tu piel!
Si te gustó esta nota, te puede interesar.
1. Identifica el cáncer de piel.