Mujeres con padecimientos mentales del hospital neuropsiquiátrico "Esteves", de la localidad bonaerense de Temperley, fueron insertadas al ámbito laboral en el marco de la inauguración de un bar atendido exclusivamente por ellas en el que trabajadores del centro de salud, familiares y otros pacientes pueden degustar cafés, tortas, pizzas y tartas, también elaboradas por las internas.
La iniciativa del hospital neuropsiquiátrico, que tiene el objetivo de favorecer la inclusión laboral de las pacientes y propiciar un espacio de encuentro, es parte del programa Buenos Aires Sin Manicomios, que puso en marcha el gobierno de Axel Kicillof. En este marco, la directora ejecutiva de ese hospital exclusivo de mujeres, María Rosa Riva Roure, detalló que "el bar es la punta de lanza de un montón de emprendimientos que vamos a llevar adelante e incluye una huerta donde incluiremos trabajadores de la comunidad; un emprendimiento textil y un restaurante abierto a la comunidad".
La directora explicó que el hospital Esteves se fundó hace 113 años como una colonia de verano del Moyano, ante la superpoblación de ese neuropsiquiátrico. "Desde el año 1999 se empezó un programa de rehabilitación y externación asistida de pacientes, acompañadas por un equipo interdisciplinario. Las mujeres salían a vivir a casas de la comunidad, y muchas luego se revinculaban con sus familias o formaban pareja y se iban a vivir a las casas de ellos", contó a Telam. Estimó que más de 150 mujeres pudieron externarse del neuropsiquiátrico.
"Llegamos al 2020 con una propuesta desde la gestión provincial actual pero con la pandemia estuvimos un poco quietitas porque las pacientes de aquí son de riesgo. Teníamos 620 mujeres, más de la mitad de ellas arriba de los 65 años", explicó.
En este marco, relató que durante la pandemia "se contagiaron más de 350 internas de Covid-19, pero con cuidados extremos y mucho apoyo a nivel local y provincial sólo tuvimos 16 fallecidas entre la primera y segunda ola". "Tenemos aquí mujeres grandes, pobres, que padecen patología mental, lo que complicaba pensar en su inserción laboral. Sentíamos que no alcanzaba con conseguirle una casa para alquilar, una pensión para que paguen el alquiler, teníamos que generar un espacio para que recuperaran o adquirieran capacidades laborales", sostuvo.
En este marco surgió la idea para el proyecto del bar, que tiene dos sectores: en uno trabajan cinco mujeres, cuatro de ellas aún internadas en el hospital, y una quinta que ya está externada, que son las que se encargan de atender al público. Hay otro sector en el que trabajan ocho mujeres que están internadas y se ocupan de elaborar budines, empanadas, pizzas y alfajores para venta al público.
"Fue muy lindo ver a familiares de las mujeres reunidos en el bar almorzando una tarta, por ejemplo, algo impensado hasta ahora", completó. El bar actualmente atiende de 9 a 13, pero se espera que próximamente pueda ampliarse al turno tarde.